Amalur ARTOLA

‘The Audition’, la ansiedad por el perfeccionismo

La frustración que nace de la obsesión por la perfección es el tema central de ‘Das Vorspiel/The Audition’, de la berlinesa Ina Weise. Nina Hoss interpreta a una profesora de violín obsesionada con uno de sus alumnos.

Los actores y la directora llegando al photocall. (Jon URBE / FOKU)
Los actores y la directora llegando al photocall. (Jon URBE / FOKU)

Bien es sabido que la perfección no existe, pero la sociedad en la que vivimos no para de exigirnos que intentemos alcanzarla. Es lo que le sucede en ‘Des Vorspiel’ a Anna (Nina Hoss), una profesora de violín insegura y un tanto excéntrica que se obsesiona con uno de sus alumnos hasta el punto de relegar a su familia a un segundo plano.

Su hijo, que también toca el violín, se siente desplazado y presionado por no poder alcanzar el nivel que le exige su madre, y la situación se verá desbordada cuando, en un dúo, quede de manifiesto el abismo en cuanto a técnica entre el alumno y el hijo de la profesora.

De ahí en adelante, la directora berlinesa nos va desgranando aspectos de la vida de Anna, quien se aleja cada vez más de su familia para internarse en un bucle en el que la perfección se convierte en ansiedad y frustración, y no solo para ella.

En la rueda de prensa posterior a la proyección de la cinta, que compite en Sección Oficial, la directora se ha referido al triple significado del título: «Es un título con varios significados. Hay una audición central, también ella tiene una audición cuando la llaman para formar parte de un quinteto, y la película en sí es una audición para ella», opinión que defiende también Hoss: «¿La audición [del alumno] no es también una audición para ella? La vida es una audición tras otra, no puedes tener éxito en este mundo sin pasar de una audición a otra».

Sobre su personaje, Hoss ha destacado la psicología compleja de Anna: «Es una persona que en un determinado momento de su vida se plantea: ya estoy donde quería estar, ¿y ahora qué? Pero algunas puertas se le cierran y está viviendo cosas que escapan de su control. Le parece que la vida ya no es controlable, ella no vive la vida sino que es la vida la que la vive a ella, y el caballo se desboca. Tiene una parte controladora que no es capaz de soltar, y con sus planteamientos traspasa fronteras y hiere a la gente que la rodea. Hay una parte de ella que busca siempre la perfección, y no puede alcanzarla», ha concluido.

En opinión de Weisse, es un personaje lleno de contradicciones: «como todos nosotros, porque todos tenemos un motor que nos hace querer llegar a ser mejores. Es una tensión muy humana y hay determinados oficios que requieren de ese impulso». Ha definido el personaje como una «persona rota» que en ocasiones no sabe lo que quiere y otras lo tiene muy claro, por ejemplo lo que quiere alcanzar con sus alumnos. «Es un personaje con muchas facetas», ha recalcado.

Un lugar en el mundo

La directora ha narrado que de niña tocaba el violín y que su madre y su padre han formado parte de orquestas, por lo que tiene «una relación muy estrecha» con la música, pero ha recalcado que la película no es autobiográfica. «No se trata de mí, trata de una persona que busca su lugar en el mundo; lo busca en su familia, en la música y dentro de ella misma».

Weiss, que anteriormente ha trabajado como actriz, también ha hablado de su trabajo como directora. La berlinesa ha asegurado que ha tratado de dar espacio a los actores y actrices «para que se sientan libres, porque es eso lo que yo he apreciado cuando hacía trabajo actoral», y que intentó observarles al detalle para «poder proporcionarles siempre aquello que necesitan. Sé lo difícil que es estar ante la cámara, abrirse y mostrar lo que una lleva dentro sin perder las referencias, y es eso lo que les he pedido, porque solo teníamos 28 días para rodar. Hemos trabajado con gran intensidad para llegar al punto a donde yo quería llegar», ha asegurado.