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Kais Saied, elegido presidente de Túnez con el 72,71% de los votos

La instancia electoral de Túnez ha confirmado el triunfo, con más del 72% de los votos, del jurista conservador Kais Saied en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebrada ayer, en la que fue decisiva la movilización de los jóvenes.

Kais Saied celebra su victoria el domingo. (Fethi BELAID / AFP)
Kais Saied celebra su victoria el domingo. (Fethi BELAID / AFP)

Kais Saied, profesor de Derecho jubilado y casi un desconocido en la escena política, ha recibido en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales un claro mandato de los tunecinos y tiene ahora por delante el desafío de revitalizar a la joven democracia tunecina.

Saied, de 61 años, ha obtenido el 72,71% de los votos, según datos oficiales, o lo que es lo mismo, 2,77 millones de sufragios,frente al millón logrado por su rival en la carrera presidencial, el magnate Nabil Karoui (27,29%).

«Ganó muy cómodamente», dice el politólogo Selim Kharrat. Este resultado «es un mensaje para el Parlamento», añade Kharrat, director de la ONG de seguimiento de la actividad parlamentaria Al-Bawsala. «Los electores optaron por un proyecto de moralización de la vida política, de lucha contra la corrupción y que brinda más poder a las entidades locales», destaca.

A su juicio, la principal diferencia entre ambos finalistas de la presidencial esta vinculada a sus «bases morales»: «Nabil Karoui representa la clase política dirigente que paga por los compromisos, y utiliza dinero y poder para sus intereses personales».

Karoui ha estado encarcelado desde el 23 de agosto por fraude fiscal y blanqueo de dinero, en plena campaña electoral, hasta su liberación el pasado miércoles, a cuatro días de la cita con las urnas.

Más allá del voto de castigo de la primera vuelta, en la que quedaron fuera de todos los dirigentes políticos salientes, los resultados de Saied, especialmente entre los jóvenes –más del 90% entre los votantes de entre 18 y 25 años, según un instituto de sondeos– evidencias una adhesión al proyecto de este candidato sobrio e incluso rígido, afirman los expertos.

Arduas negociaciones

El conservadurismo social asumido por el futuro presidente ha sido objeto de debate en campaña, pero su posicionamiento globalmente original destrozó la tradicional división entre progresistas e islamistas.

Tras su discurso soberanista y su llamamiento a una reforma radical del régimen político, se alinearon unidos grupos de izquierda, nacionalistas árabes y el islamista moderado Ennahda, que controla el Parlamento con 52 escaños.

Este mandato claro le brinda una fuerte legitimidad y la gran responsabilidad de responder ante una población con grandes expectativas, tras ver decepcionadas las esperanzas que despertó la revuelta del 2011 que derrocó la dictadura de Zinedine Ben Ali.

Queda aún por ver si conseguirá que se aprueben sus propuestas sin un partido para transmitirlas en el Parlamento, esencia del poder según la Constitución de 2014.

La nueva Asamblea estará compuesta por una multitud de partidos divergentes, lo que augura arduas negociaciones para formar Gobierno –lo que correspondería a Ennahda– en tanto se acumulan las urgencias socioeconómicas.

Saied asumirá a fines de octubre.