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El Museo de Nafarroa muestra la actividad artística de la fotógrafa iruindarra Lydia Anoz

El Museo de Nafarroa ha inaugurado la exposición ‘Lydia Anoz. Hacia la luz y hacia la vida. Décadas 1970 y 1980’, dedicada a la fotógrafa iruindarra, dentro del proyecto ‘Todo el arte es contemporáneo’. Es una continuación de la muestra de trabajos realizados por esta artista entre 1947 y 1956, que acaba de finalizar y que, junto con la documentación actual, fueron donados el año pasado por la familia.

Una de las fotografías de Lydia Anoz expuestas en la muestra. (GOBIERNO DE NAFARROA)
Una de las fotografías de Lydia Anoz expuestas en la muestra. (GOBIERNO DE NAFARROA)

La exposición, que podrá visitarse hasta el 11 de octubre de 2020, recoge, además de fotografías, complementos de su equipo fotográfico, hojas de contacto, notas de trabajo manuscritas y otros documentos.

La comisaria de la exposición, Celia Martín Larumbe, doctora en Historia del Arte y profesora de educación secundaria, realizará una visita guiada el domingo, 24 de noviembre, a las 12:30 horas.

Una extensa producción artística
Lydia Anoz (1925-2017) nació Iruñea. De formación autodidacta (como asistente de estudio y laboratorio de Pedro Mª Irurzun desde 1946), desarrolló una extensa producción artística en dos etapas diferenciadas: entre 1947 y 1956 y posteriormente, tras un periodo de abandono de la fotografía artística, entre 1970 y la década de 1980.

En los años 70 retomó su bagaje técnico, su talento natural para el trabajo en el estudio y su capacidad creativa para sumergirse en una nueva etapa creativa, en consonancia con su actitud y carácter independiente y activo.

Asumió los valores plásticos característicos del estilo fotográfico de la época como una propuesta atractiva, sin perder un ápice de su personalidad, manejando fluidamente los nuevos códigos.

Fue posible ya que la inconfundible estética de la fotografía del momento encajaba a la perfección con los ejes de su trayectoria artística anterior: la manipulación técnica como instrumento esencial de la fotografía artística, la creación de un espacio plástico ajeno a la mímesis de la realidad, al registro descriptivo o al esteticismo blando. Recuperaba técnicas del pasado y procedimientos que subrayaban los elementos plásticos y expresivos que, sin contradicción, permitían desarrollar una verdadera fotografía de autora.

Abordó en estas décadas géneros que no había trabajado en los años 1940 y 1950: el retrato y el paisaje. Prefirió estos géneros durante los años 1970 y 1980 para desarrollar sus propuestas artísticas, aunque también realizó reportajes de calidad con carácter documental. Sus series de la década de 1980 sobre acontecimientos históricos nos dejan entender que la fotografía fue para Lydia una manera de vivir, de mirar el mundo, de aprehenderlo.

También en este periodo fue asidua del circuito salonista fotográfico estatal e internacional y siempre estuvo vinculada al mundo de la fotografía. Incluso en sus periodos de alejamiento de la creación artística, Lydia nunca dejó la fotografía como parte de su vida.