Elijah Cummings, uno de los congresistas demócratas más veteranos, un brillante orador y defensor de los pobres, los drogodependientes y los afroamericanos, ha fallecido en el Hospital Johns Hopkins de Baltimore, según un breve comunicado remitido por su oficina a los medios de comunicación.

Nacido en Baltimore, era uno de los siete hijos de unos padres que trabajaban como granjeros en la misma tierra en la que sus ancestros fueron esclavos. Elegido congresista en 1996, apoyo clave en los primeros pasos de Barack Obama, en la actualidad ejercía como presidente de la Comisión de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes y se había erigido como el exponente más visible y activo del posible «impeachment» a Trump.

No obstante, sus choques y enfrentamientos con Trump y responsables de su administración habían sido notorios y constantes. Acusó al presidente de EEUU de «tener un déficit de empatía» por el tratamiento que dio a los menores en los centros de detención de migrantes, que llegó a considerar como «abuso infantil patrocinado por el Estado». Cummings impulsó la batalla en el Congreso para examinar las finanzas de Trump e interrogó a Michael Cohen, abogado personal de este, que realizó un relato devastador sobre su exjefe.

Trump la tomó personalmente contra Cummings, al que calificaba de «congresista matón», y llegó a calificar a Baltimore, la ciudad por la que era representante (de mayoría afroamericana), como «un desastre asqueroso, infestado de ratas y roedores».