Maite Ubiria

Los Artesanos de la Paz tachan de «falsa e interesada» la versión de Urkullu sobre el desarme de ETA

Los artesanos de la paz Txetx Etxeberri y Mixel Berhokoirigoin han emitido hoy un comunicado por el que censuran en duros términos el informe ‘Descripcion y valoración del papel desempeñado por el Gobierno Vasco en el desarme y disolución de ETA’ hecho público la pasada semana y a través del cual el Ejecutivo de Lakua defendió el trabajo realizado por esta institución con respecto al proceso de paz denostando, de paso, la labor realizada por otros actores que jugaron un papel destacado en el final de ETA.

Txetx Etcheverry, cuando entregó el dossier sobre el desarme de ETA al representante del Vaticano, el día del desarme.
Txetx Etcheverry, cuando entregó el dossier sobre el desarme de ETA al representante del Vaticano, el día del desarme.

Los Artesanos de la Paz aparecen mencionados en repetidas ocasiones en el informe divulgado la pasada semana por el Gobierno de Lakua, y el Ejecutivo de Iñigo Urkullu no se refiere precisamente en los mejores términos a estos representantes de la sociedad de Iparralde.

En ese informe se combina la descripción de diversos episodios, como reuniones y cruce de propuestas con diversos agentes, con valoraciones que derivan por lo habitual en la crítica al papel del resto de intervinientes y el elogio a las propuestas planteadas por Lakua, obviando su grado de éxito o no a la hora de desbloquear materias tan relevantes como la política penitenciaria o el desarme de ETA.

El informe, en todo caso, viene a constatar las dificultades del equipo de Urkullu para abordar de manera compartida con otros agentes, tanto vascos como internacionales, etapas relevantes de ese proceso. Y refleja su recelo hacia todo paso que no estuviera pilotado desde un Ejecutivo que prioriza en todo momento la interlocución con Madrid.

El informe da cuenta así de las relaciones difíciles con la Comisión de Verificación, hasta el punto de reconocer la contra programación que implicó, de hecho, que a finales de 2014, el mismo día en que ese grupo de expertos emitiera su nota sobre el proceso de sellado de arsenales de ETA, el Ejecutivo de Lakua pusiera sobre la mesa un plan alternativo al respecto.

La relación no fue más fructífera con los Artesanos de la Paz, con cuyos representantes se reunió el grupo de Urkullu en hasta nueve ocasiones, según recoge el informe.

Nada nuevo. En materia de desarme, el Gobierno de Lakua también se aferró a su propio modelo hacia un «desarme rápido, viable y efectivo». Y en su informe asegura que, detalles arriba o abajo, el desarme se produjo tal como auguró Lakua aunque «con tres años de retraso». Y ello pese a ser conocido y darse fe en el informe de la nula confianza de Urkullu en que el desarme pudiera materializarse, como finalmente ocurrió, en Baiona.

«Reescritura falsa e interesada»

A partir de ahí, las críticas a los Artesanos de la Paz se suceden una tras otra. Se les reprocha buscar la «adhesión ciega» a sus planteamientos para denostar después su «exceso de parafernalia, exhibicionismo y propaganda».

Reconoce el informe la tensa relación con Jean-René Echegaray, de quien se dice que «presionó» para que el desarme se desarrollara donde finalmente se materializó con éxito.

«Se trata de una reescritura de la Historia, falsa e interesada», afirman en su comunicado los artesanos Txetx Etxeberri y Mixel Berhokoirigoin.

«La impresión que el lector del informe puede extraer es en algunos casos diametralmente opuesta a los hechos y al papel jugado por el Gobierno Vasco en el proceso que llevó al desarme total, sin incidentes ni detenciones, de la organización ETA», añaden en su comunicado.

Los Artesanos de la Paz, que han declinado ahondar en la cuestión más allá de lo expresado en su nota, prefieren tomarse su tiempo y poner en marcha los medios precisos para en un futuro dar cuenta de lo tratado en las numerosas reuniones y entrevistas mantenidas con el Gobierno de Lakua y que esta institución ha recogido, a su juicio, «de manera parcial y falseada» en el informe que Urkullu puso encima de la mesa durante un seminario organizado por la fundación de su partido.