Thierry Breton, candidato francés para ocupar la poderosa cartera de Mercado Interior –que engloba la política industrial, digital, espacial y de defensa– de la Comisión Europea ha pasado con un aprobado raspado el examen preliminar ante los europarlamentarios que, mediante votación –12 votos a favor y 11 en contra–, han estimado que no presenta riesgos de un conflicto de intereses.
La Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo, encargada de examinar si su pasado como ministro de Economía francés y en el sector privado como presidente de Atos, una consultora de servicios informáticos, podía o no interferir en sus decisiones como comisario, ha eximido a Breton de toda sospecha. Ha decidido también que no es necesario ningún examen complementario, con lo que el camino hacia su designación queda más despejado aunque todavía debe pasar mañana otra audición en el Parlamento que decidirá después si validar o no su candidatura.
Cabe recordar que Breton había sido propuesto dos semanas después de que la efímera ministra francesa de Defensa, Sylvie Goulard, fuera rechazada por los europarlamentarios precisamente por el conflicto de intereses que presentaba su pasado como consultora de un lobby californiano.
«El pasado no es un pasivo»
Conociendo esos antecedentes y el rechazo que generaba entre los grupos parlamentarios de Los Verdes y la Izquierda Unitaria Europea, Breton se ha presentado al examen «sin ningún interés patrimonial», «tras haber vendido todas las acciones» que poseía y haber dimitido «de todos sus cargos» en los consejos de administración de Worldline, Carrefour, el operador telefónico senegalés Sonatel y la filial francesa del Bank of America.
Durante la audición, ha defendido con vehemencia que haber tenido un pasado no inhabilita a nadie para poder tener un futuro, que «un pasado no necesariamente quiere decir un pasivo». Y a punto de ser el primer gran empresario que se convierte en comisario europeo, ha prometido solemnemente que se abstendría «automáticamente» de toda decisión de gestión financiera, contractual o similar que concierna directamente a Atos o alguna de sus filiales.
Y dado que la cartera de la que se hará cargo Breton incluye los dosieres de inteligencia artificial, las supercalculadoras o la ciberseguridad, relacionados con Atos, los europarlamentarios que votaron ‘no’ han exigido que Breton presentepor escrito nuevas aclaraciones. Han denunciado también la hipocresía de haber rechazado a Sylvie Goulard con menos y menores sospechas de un hipotético conflicto de intereses.