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Las cárceles catalanas clasifican en segundo grado, no en tercero, a los presos del «procés»

Dos años después de los encarcelamientos, las juntas de las cárceles bajo Administración catalana han propuesto segundo grado para los nueve líderes independentistas presos. ERC y JxCat consideraban que debían ser clasificados en tercero, facilitando las salidas, pero también habrá que ver si la Fiscalía no lleva el tema al Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria de Madrid.

Acto por los presos catalanes, en octubre ante la cárcel de Lledoners. (@Esquerra_ERC)
Acto por los presos catalanes, en octubre ante la cárcel de Lledoners. (@Esquerra_ERC)

Las juntas de tratamiento de las cárceles de Lledoners (Barcelona), Puig de les Basses (Girona) y Mas d'Enric (Tarragona) han propuesto para los presos independentistas condenados por el Tribunal Supremo español por el 1-O la clasificación de segundo grado.

Lo ha explicado este miércoles en rueda de prensa el secretario de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la víctima de la Conselleria de Justicia, Amand Calderó.

Este martes, las defensas de los dirigentes de ERC encarcelados ya previeron que se les aplicaría el segundo grado y anunciaron que lo recurrirían, y desde JxCat, su abogado, Jordi Pina, mostró el firme convencimiento de que la clasificación debería ser de tercer grado, un régimen de semilibertad.

Parece probable que la decisión no sea satisfactoria para nadie. El segundo grado muy difícilmente facilitará permisos por el momento (entre otros requisitos hace falta haber cumplido una quinta parte de la condena, lo que no ocurre todavía en los casos de mayores condenas, de hasta trece años en el caso de Oriol Junqueras), por lo que para los encarcelados seguramente será insuficiente.

Pero por el otro lado también la Fiscalía tiene la opción de recurrir para intentar llevar el tema al Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, dependiente de la Audiencia Nacional, y tratar así de retenerlos en primer grado. En última instancia, podría tener que volver a decidir el Supremo, el mismo que dictó graves condenas contra estos nueve líderes.

Entre segundo y tercero, sin unanimidad

Amand Calderó ha explicado que en las juntas de tratamiento ha habido un intenso debate entre los partidarios de clasificarlos en segundo grado y quienes veían más adecuado el tercero, que sí hubiera facilitado mucho los permisos. Las decisiones se han adoptado finalmente sin unanimidad, ha precisado.

El asunto no se resolverá a corto plazo, puesto que la Dirección General de Servicios Penitenciarios de la Generalitat tiene dos meses para ratificar o no las propuestas de las juntas de tratamiento, a la espera de posteriores recursos.