Dabid LAZKANOITURBURU

Sudán confirma su giro geoestratégico al indemnizar a los familiares del USS Cole

Sudán indemnizará a los familiares de los marines muertos en el ataque al destructor USS Cole en Yemen en 2000 para que Washington le retire de la lista de su «lista negra». El anuncio confirma el giro geoestratégico de Jartum tras la entrevista del jefe del Gobierno de transición, el general Abdel Fattah al-Burhane, con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Coincide además con la disposición del país africano a entregar a La Haya al derrocado Omar el-Beshir.

El general Abdel Fattah al-Burhane es el jefe del Gobierno de transición de Sudán. (AFP)
El general Abdel Fattah al-Burhane es el jefe del Gobierno de transición de Sudán. (AFP)

El Gobierno transitorio de Sudán ha anunciado que ha llegado a un acuerdo con los familiares de los marines muertos en el ataque contra el destructor USS Cole en Yemen hace 20 años, a los que dará una compensación millonaria aunque insista en no asumir la responsabilidad por el atentado reivindicado por Al Qaeda y que se considera el preludio de los ataques del 11-S.

El ataque, que mató a 17 soldados estadounidenses e hirió a otros 39, fue perpetrado el 12 de octubre de 2000 por dos kamikazes a bordo de una lancha cargada con explosivos contra el destructor estadounidense cuando se aprovisionaba de carburante en la bahía de Aden, en el sur de Yemen. Los autores del ataque, que reventó todo el flanco del barco, habían sido entrenados en Sudán, donde el ya desaparecido fundador de la red yihadista, Osama Bin Laden, se refugió de 1992 a 1996.

Sudán estaba dirigido por aquel entonces por Omar el-Beshir, quien había formalizado una alianza con un partido islamista para seguir en el poder. El-Beshir fue destituido por el Ejército en abril del año pasado por presión de una revuelta popular. El actual Gobierno de transición ha hecho de la retirada de la lista negra estadounidense una prioridad.

Jartum figura desde 2003 en esta lista y el nuevo poder sudanés negocia desde hace meses con Washington su retirada, para la cual la indemnización a las víctimas es una cuestión innegociable para EEUU.
 
El Ministerio de Justicia sudanés ha informado de que «el pasado 7 de febrero se firmó un acuerdo de solución con las familias de las víctimas del USS Cole». Concluido en Washington, el acuerdo «deja claro que Sudán no fue responsable de aquel atentado ni de ningún otro y que su firma se debe exclusivamente a cumplir la condición establecida por la Administración americana para retirarnos de esa lista», ha insistido.

Una fuente del Ministerio de Justicia sudanés asegura que el acuerdo estipula el pago de unos 30 millones de dólares a las familias de las víctimas, después de que Sudán rebajara la cuantía de compensaciones, que en 2012 fue establecida en 300 millones por un juzgado de Washington. En marzo de 2018, la Corte Suprema estadounidense anuló aquel juicio por cuestiones procedimentales.

Además de incluirlo en su lista negra, EEUU impuso un embargo económico al país antes, en 1997, que no levantó hasta 20 años más tarde.

El Gobierno sudanés se queja de que su inclusión en esa lista impide su acceso a las transacciones financieras internacionales y le cierra la puerta a las inversiones extranjeras, estrangulando su ya deteriorada economía.

Grave crisis económica

Sudán está sumido en una grave crisis, con una inflación anual del 60% y prácticamente sin reservas de divisas. La separación y constitución en 2011 de Sudan del Sur como estado, donde se concentran las reservas petroleras, supuso un duro golpe para la economía del norte.

La crisis económica crónica fue uno de los elementos catalizadores de la ola de protestas que estalló en diciembre de 2018 y que echó del poder a El-Beshir.

Destituido por el Ejército, el Consejo Militar que le sucedió tuvo que acceder a compartir el poder con las formaciones políticas que participaron en la revuelta y, tras meses de negociaciones, se creó un Consejo Soberano, instancia cívico-militar encargada de supervisar y pilotar un proceso de transición.

Además de la compensación a las familias del destructor USS Cole, EEUU exige como segunda condición la «cooperación en la lucha contra el terrorismo».

Reunión con Netanyahu

A principios de este mes, el jefe del Consejo Soberano y comandante general del Ejército, Abdelfatah al Burhane, generó una tormenta en Sudán al reunirse en la localidad ugandesa de Entebbe con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

El líder sionista presentó el histórico encuentro en el marco de «el inicio de una cooperación que normalizará la relación entre los dos países».

El jefe del Gobierno de transición sudanés, Abdallah Hamdok, situó la reunión como «una iniciativa individual» del general Burhane y negó que se hablara de normalizar relaciones, una cuestión, insistió, que «supera el mandato limitado de este Ejecutivo».

Por contra, y frente a las criticas casi unánimes de las formaciones políticas, el Ejército sudanés saludó el encuentro y lo enmarcó en el objetivo de «preservar nuestra seguridad nacional».

La OLP calificó el encuentro de «puñalada en la espalda al pueblo palestino». Y es que, hasta la fecha, Sudán ha formado parte de los países árabes que boicotean a Israel por la ocupación de Palestina.

Por de pronto, el general Burhane ha sido ya invitado oficialmente a Washington, en la que sería la primera visita de un alto cargo sudanés a EEUU en 30 años.

Entrega de El-Beshir

Esta misma semana, el Consejo Soberano ha anunciado su intención de entregar al derrocado presidente Omar el-Beshir al Tribunal Penal Internacional de La Haya, que exige desde 2009 su extradición por «genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad» en el enclave de Darfur, donde las milicias janjawid pro-régimen ahogaron en sangre en 2003 una revuelta matando a 300.000 personas y provocando 2,5 millones de desplazados.

El anuncio fue realizado por Mohamed al-Taayichi, miembro del Consejo, quien, aunque no concretó fechas, añadió que también serán entregados Ahmed Haroun, entonces secretario de Estado de Interior; Mohammad Hussein, ministro de Defensa e Interior; y Ali Josheib, jefe de las milicias islamistas Janjawid.

La entrega de El-Beshir, que cumple dos años de condena por apropiación de fondos entregados por Arabia Saudí en un correccional para personas mayores, es una exigencia no solo de la llamada comunidad internacional sino del movimiento de protesta que acabó con sus 30 años en el poder, además de la población de Darfur y de los grupos rebeldes del enclave.

Pero mientras el Ejército lidera el giro geoestratégico del nuevo Sudán, esta entrega levanta ampollas entre los militares, que prefieren posponer una decisión en este sentido hasta que se forme el gobierno que surja de las urnas en 2022.

Cabe recordar que entre los generales que integran el Consejo Soberano está, entre otros, Mohamed Hamdan Magalo, mano derecha de Al Burhan y responsable de muchas de las masacres perpetradas en Darfur.