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El abogado del exgerente de Osasuna pide su absolución porque ejecutaba «órdenes» de la directiva

El abogado de Ángel Vizcay ha afirmado en su exposición de conclusiones que el exgerente de Osasuna no actuó «motu proprio» en los hechos enjuiciados, sino que se limitó a «ejecutar las órdenes recibidas» del presidente y de la Junta Directiva, por lo que ha reclamado su absolución.

Ángel Vizcay, en el centro, antes de entrar al tribunal en una de las sesiones del juicio. (Jagoba MANTEROLA / FOKU)
Ángel Vizcay, en el centro, antes de entrar al tribunal en una de las sesiones del juicio. (Jagoba MANTEROLA / FOKU)

El letrado ha definido a Vizcay como un «instrumento ciego», considerándolo «una persona subordinada que ejecuta las órdenes de sus superiores y los únicos que toman decisiones son los administradores».

Así, ha justificado que «el sujeto que ha actuado como instrumento ciego al cumplir las órdenes firma reintegros bancarios o gastos, pero todo lo que se ha acreditado en el juicio no lo ha hecho ‘motu proprio’ sino por ejecutar las órdenes recibidas», por lo que «queda exonerado de responsabilidad penal».

La defensa del exgerente, que está acusado de apropiación indebida, falsedad documental y corrupción deportiva, ha afirmado que Vizcay «no se ha apropiado de ningún dinero de Osasuna» y no tenía «ninguna autonomía e independencia» en el club.

Tres atenuantes

En el supuesto de que hubiera condena, el letrado ha pedido que se apliquen tres atenuantes: la atenuante por dilaciones indebidas; la atenuante muy cualificada de confesión, argumentando que su declaración «ha tenido gran relevancia a efectos de investigación de los hechos», y la reparación del daño, ya que el 15 de enero de 2020 Vizcay presentó un escrito para poner «todo su patrimonio» a disposición de Osasuna en el supuesto de que fuera condenado.

Durante su exposición, el abogado se ha referido también a los casos de amaños que relató Vizcay en las temporadas 2012/2013 y 2013/2014, ha defendido la credibilidad de su cliente y ha afirmado que «resulta difícil obtener prueba de amaños por la ley de silencio que impera en el mundo del fútbol. Es difícil obtener pruebas directas de los pagos, pero existen multitud de rastros».