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Benny Gantz, elegido presidente de la Knesset tras un sorpresivo acuerdo con Benjamin Netanyahu

En un nuevo giro de la siempre enrevesada política israelí, quienes se presentaban como enemigos irreconciliables, Benny Gantz y Benjamin Netanyahu, han alcanzado un acuerdo para formar «un Gobierno de unidad nacional» que hoy ha dado el primer paso con la elección de Gantz como presidente de la Knesset (Parlamento).

Benny Gantz, en la ciudad de Ramat Gan el 7 de marzo. (Ahmad GHARABLI/AFP)
Benny Gantz, en la ciudad de Ramat Gan el 7 de marzo. (Ahmad GHARABLI/AFP)

El líder del partido Blanco y Azul, Benny Gantz, ha sido elegido hoy presidente del Parlamento israelí (Knesset), con el apoyo de Benjamin Netanyahu y todo su bloque parlamentario, tras un inesperado acuerdo entre los dos rivales para formar un Gobierno de unidad liderado por el primer ministro.

Según los medios locales, el líder de Blanco y Azul ocupará brevemente este cargo hasta que sea nombrado ministro de Exteriores en un Ejecutivo con el partido Likud de Netanyahu, quien se mantendrá como jefe de Gobierno los primeros 18 meses.

Gantz recibió 74 apoyos de los 120 escaños de la Cámara, entre ellos los 58 diputados del bloque del Likud, y sus aliados derechistas y ultraortodoxos; al tiempo que parte de su propia lista, Azul y Blanco, y de los partidos de centro e izquierda le boicotearon.

«Estos son tiempos inusuales y requieren decisiones inusuales. Por eso tengo la intención de explorar la formación de un Gobierno nacional de emergencia», declaró Gantz, candidato a formar Ejecutivo, sobre la crisis sanitaria por el coronavirus y la institucional.

Maniobra inesperada

La sorpresiva maniobra ha sido interpretada como una traición por parte de su coalición, que camina a su desintegración con la oposición de su número dos, Yair Lapid.

Gantz recibió el encargo presidencial de formar el Gobierno en Israel tras las elecciones del 2 de marzo, al conseguir la mayoría de las recomendaciones de los diputados de su bloque parlamentario.

Sin embargo, esta semana estalló una crisis institucional con un choque sin precedentes entre el Tribunal Supremo y el Parlamento, cuando el presidente de la Cámara y aliado de Netanyahu, Yuli Edelstein, se negó a convocar la sesión para votar su sucesión.

Los grupos de oposición, incluido Azul y Blanco, presionaron para presentar un proyecto de ley que invalidara que un acusado de corrupción -como se encuentra Netanyahu- pudiera ser primer ministro, y solicitaron la renovación de Eldestein, encargado de la agenda legislativa, para poder votar este proyecto.

Eldestein dimitió ayer y Gantz presentó su candidatura poco antes de la sesión de votación, creando un nuevo drama político en Israel.

Gobierno de emergencia

Gantz y Netanyahu reiniciaron las estancadas conversaciones anoche y habrían avanzado hacia un acuerdo para formar un Ejecutivo de unidad de emergencia con un reparto de carteras y una jefatura rotativa que iniciaría el actual primer ministro.

El líder de Blanco y Azul se había negado hasta ahora a gobernar con Netanyahu por su situación judicial, aun siendo la posibilidad más factible tras dos procesos electorales (setiembre y abril) en los que los bloqueos parlamentarios no permitieron alcanzar mayoría, lo que ha bloqueado políticamente Israel desde hace más de un año.

Las medidas de prevención por el coronavirus obligaron además a aplazar el juicio por corrupción contra Netanyahu hasta el 24 mayo, por lo que, de formalizarse el Ejecutivo de unidad, este se sentará en el banquillo de los acusados como jefe de Gobierno.