El exteniente René Yusshy Mendoza ha declarado ante la Audiencia Nacional española en el juicio por el ataque mortal contra cinco jesuitas en 1989 en El Salvador, entre ellos Ellacuría, entonces rector de la Universidad Centroamericana (UCA) e ideólogo de la Teología de la Liberación.

El exmilitar ha señalado explícitamente al alto mando –presidente y cargos políticos de Defensa– junto al estado mayor como los responsables y autores intelectuales de los crímenes que ejecutó el batallón Atlácatl, del que el testigo formó parte por orden de sus superiores.

Su declaración, tras ser exonerado de toda responsabilidad penal al inicio de la vista, se antojaba clave contra Montano, toda vez que Mendoza ya había confesado y colaborado con la Justicia.

El exteniente ha relatado que la masacre fue ordenada por el alto mando salvadoreño en una reunión con el coronel Guillermo Benavides, a quien se encargó que ejecutara la matanza y quien a su vez eligió a Mendoza para que junto a otro mando de la Escuela Militar dirigieran la operación.

Mendoza ha relatado todo lo que Benavides, condenado a 30 años de cárcel en 1992, amnistiado en 1993 y capturado en 2016 para cumplir la pena, le dijo antes de dirigirse a la Universidad.

«Toda la operación estaba ordenada por el alto mando, Benavides me dijo que tenía que ejecutar la orden que había recibido y que Montano fue una de las personas que dio la orden de eliminar a Ellacuría, me lo dijo varias veces», ha afirmado Mendoza, que ha incriminado así al excoronel, que se enfrenta a 150 años de prisión.

Pero también al presidente Cristiani, porque según el testigo, el alto mando iba a informarle de la operación en un encuentro en el edificio del Estado Mayor y que si se oponía a la operación se informaría de ello. «Si no hubo contraorden es que el presidente lo tuvo que haber aprobado», ha apostillado el exmilitar.