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Piqué certifica el fin del ciclo del Barcelona tras el escandaloso 2-8 ante el Bayern

Pocos precedentes hay de un resultado así en la elite mundial; si acaso, el 1-7 de la semifinal del Mundial de Brasil, también con Alemania como ejecutora. El Bayern de Munich se ha ensañado con el Barcelona enterrando un ciclo glorioso de doce años, desde la llegada de Guardiola en 2008.

Piqué ha puesto voz al derrumbe. (MARCHANTE | AFP)
Piqué ha puesto voz al derrumbe. (MARCHANTE | AFP)

Gerard Piqué ha tomado la palabra tras el 2-8 de Lisboa para certificar que se acaba un ciclo en el Barça, cargado de éxitos desde el sextete de 2008-09. La voz más influyente de este equipo ha reconocido «vergüenza» y reclamado cambios estructurales a todos los niveles, ofreciéndose incluso a dejar el club si es necesario.

El Barcelona ha sido arrollado sobre todo en el aspecto físico. Y la falta de alma mostrada ya en las eliminaciones de Roma y Liverpool le ha hecho irse del partido con mucho tiempo por delante, sin que el rodillo alemán aflojara.

En la primera parte el Bayern fue una apisonadora para el Barcelona y en el minuto 31 ya vencía por un contundente 1-4 (Müller por partida doble, Perisic y Gnabry) a causa de su implacable efectividad ante la portería rival, de una defensa azulgrana endeble y de las constantes pérdidas de los de Quique Setién en la salida del balón.

Aun así, el Barcelona gozó de varias ocasiones de gol para evitar que el resultado fuera tan definitivo en la media parte. Pero ni Suárez en un mano a mano ante el portero ni Messi después de una gran jugada individual consiguieron perforar la meta de Neuer, quien sí fue batido por su compañero Alaba al despejar de forma defectuosa un centro de Alba.

La esperanza regresó en el minuto 56, cuando un recorte de Suárez ante Boateng lo dejó solo dentro del área para fusilar a Neuer y recortar distancias. Pero el sentimiento duró poco.

En el 63, Alphonso Davies se inventó una jugada extraordinaria por la banda izquierda que dejó retratado a Semedo y cedió la pelota a Kimmich para que tan solo la tuviese que empujar para hacer el quinto. En el 82, Lewandovski puso el sexto con un remate de cabeza y Coutinho, cedido por el Barcelona al Bayern, culminó la goleada con el séptimo y el octavo en el 86 y el 89, respectivamente.

El resultado es extremadamente abultado, pero lo cierto es que ha podido ser aún peor. La grieta que abre en el club culé es abismal; ahora todo está a debate (incluso Messi) por no decir sentenciado (Setién y seguramente el presidente Bartomeu). De paso, se confirma que el destituido Txingurri Valverde no era el problema.