Ekhi Martin
Entrevue
Marina Palacio
Cineasta

«Yo buscaba hacer una película que tuviera más relación con la vida que con el cine»

‘Ya no duermo’ es la ópera prima de Marina Palacio (Donostia, 1996), integrante de la primera promoción de Elías Querejeta Zine Eskola. En la misma relata la bonita relación entre Miguel y su tío Kechus, los cuales quieren hacer una película de vampiros.

Marina Palacio forma parte de la primera promoción de EQZE. (Andrea SANCHEZ LAÑEZ)
Marina Palacio forma parte de la primera promoción de EQZE. (Andrea SANCHEZ LAÑEZ)

La joven directora donostiarra Marina Palacio estrena hoy en la sección Zabaltegi-Tabakalera su cortometraje ‘Ya no duermo’, en la que ha aplicado sus conocimiento sobre cine pero también sobre fotografía, su otra pasión.

Pertenece a la primera promoción de la Elias Querejeta Zine Eskola. ¿Qué tal ha sido la experiencia? ¿Cree que una cineasta sale de la escuela preparada para hacer una película desde cero?

Yo tenía intención de hacer la película desde el momento en que llegué. Lo que me ha aportado Elias Querejeta, sobre todo, ha sido un constante contacto con gente profesional, con gente que lleva proyectos cinematográficos, y también tuve el acompañamiento de Maider Oleaga, quien estuvo en el proceso desde el comienzo. Ha sido un lujo estar en un espacio donde compartes tiempo con gente que tiene un continuo contacto con el cine. Sales de allí con la sensación de que merece la pena y de que existe gente con muchísima pasión por el cine. No es una escuela al uso en la que te enseñen ‘cinco pasos para hacer una peli’. Te van a hacer pensar, y es lo que buscaba.

Esa escuela, por lo tanto, está empezando a dar sus frutos y además con éxito, pues estrena en Zinemaldia.

Es algo que en la vida jamás hubiese imaginado, sobre todo con el primer corto en el que he podido trabajar más. Es una felicidad inmensa. Nunca había estado tan en contacto con el festival.

Además viene del programa Kimuak, que es un gran impulso.

De hecho, una de las cosas más comunes cuando se realiza un cortometraje aquí que se intenta es entrar en Kimuak, y por lo que tenía entendido es bastante complejo entrar, por lo que estoy doblemente agradecida. Lo que hace es que te da mucha visibilidad, no solo en Euskadi sino a nivel internacional. Se ponen en contacto con festivales de todo el mundo. Cuando me cogieron sentí que ya se iba a ver el corto. Es como un pasaporte a que el trabajo realizado tenga mayor visibilidad.

En cuanto a la película, creo que el título ‘ Ya no duermo’ nos da una pista de por dónde puede ir el argumento.

Quería que no fuese un título demasiado obvio, pero sí es cierto que evoca algo que no es normal; que alguien no duerme… ya sea por la fantasía o la ilusión de poder hacer una peli.

Los actores tienen mucha naturalidad, ¿tienen un guion o improvisan?

Esa es la clave de la película. Yo les sugería unas pautas, unas situaciones que tenían que recrear. Algunas de las situaciones son totalmente reales, que pasaban en el momento y yo tenía la suerte de poder registrarlas con la cámara, y otras llevaban unas pautas sobre las que improvisaban. En todo el rodaje no hay ninguna toma que se parezca a la anterior porque siempre había diálogos nuevos.

¿Han actuado antes o es su primera vez?

En el caso de mi padre es su primer contacto con el mundo del cine, y mi primo protagonizó un cortometraje mío anterior, muy pequeñito hecho en un fin de semana. Ahí es donde surgió mi pequeña admiración por él. Su primer papel, entre comillas, fue un juego en el que hizo de Sherlock Holmes cuando tenía 4 años, era muy txiki.

Por el nombre del actor adulto, Jesús Palacio, intuía que era familiar… ¿Por qué eligió trabajar con él y con su primo, Miguel Burgueño, en lugar de actores profesionales?

Hasta ahora todos los trabajos que he hecho en el mundo audiovisual han sido con familiares o con gente no actor o actriz, gente que no tiene ninguna experiencia. Yo buscaba hacer una película que tuviera más relación con la vida que con el cine. Eso solo se puede conseguir con una persona que no tiene ni idea de actuar, que según le pones la cámara va a ser como es realmente. Obviamente en el momento que le pones a alguien una cámara delante no se va a comportar al 100% con naturalidad, pero sí que tiene algo de verdad que me encanta capturar con la cámara. Mi intención es seguir por ese camino. El largometraje que estoy escribiendo ahora también quiero que lo protagonicen niños que no son actores.

Me da la sensación de que en la cinta los dos personajes tienen las mismas aspiraciones. ¿Es eso lo que ha querido transmitir?

Lo que más me interesaba de esto es que la relación entre niño y adulto era muy horizontal. Cuando se les oye hablar o imaginar cosas están a la misma altura; siempre digo que el adulto es mi primo y el niño es mi padre. No son diálogos en los que salga el adulto hablando al niño de manera infantil o rebajandose mucho al nivel de un niño de hacer el tonto. Eso es verdad, ellos cuando hablan siempre tienen una relación muy horizontal. Me parece tan especial que me apeteció rodar desde esa igualdad.


En el argumento los protagonistas quieren rodar una película, ¿terminaron haciéndola?

La película que quieren hacer, al final es esta película. Se cierra el bucle. Las escenas que aparecen al final de la película son las escenas que ellos acabaron haciendo. Sí que es cierto que eso sí que era parte ficción y no ficción. Lo bonito de ‘Ya no duermo’ también es que si no fuera por la película, ellos no hubieran tenido la intención de rodar nada más.

Me parece interesante que en la película se habla sobre técnicas de cine. Es casi como una metapelícula.

Eso es porque en la realidad mi padre es un amante del cine, y eso se lo trata de transmitir a mi primo. Hay muchas escenas que se rodaron y que no aparecen en la película en las que sale mi padre hablando sobre la historia del cine y los vampiros, explicándole cosas a mi primo. Al final descarté esas escenas porque era más un adulto explicándole al niño y no me apetecía tirar por ahí.

Estudió Bellas Artes, y tiene relación con la fotografía. ¿De qué manera ha aplicado ese aprendizaje al corto?

Siempre me ha gustado la fotografía. Uno de mis mayores objetivos al hacer la película era capturar esas imágenes, mirar a mi padre, a mi primo, hacer una peli juntos, pero sobre todo hacer que me gustase visualmente, que las imágenes tuvieran relación con lo que a mí me gusta. Para ello rodamos en el pueblo de mi madre, en Palencia. Me parece el sitio perfecto porque tiene unos paisajes preciosos.

¿Qué acogida espera que tenga la película en el festival?

Pues la verdad que no tengo ni idea. Es algo que me causa bastante curiosidad. He recibido mucho apoyo entre mis familiares y amigos, y en la escuela, pero de ahí a saltar al público general, y no solo eso, sino estar en Zabaltegi-Tabakalera donde estaré rodeada de gente extremadamente buena… me da bastante respeto. Estoy en una sección muy exigente, con películas de cineastas que llevan toda la vida en ello. Pase lo que pase yo estaré contenta, guste o no guste, el haber estado en esta sección para mí es muy buena noticia. Lo que pase a partir de ahora ya me da igual.

Ha comentado que está preparando su primer largo, y otra vez con niños. ¿No es difícil trabajar con ellos?

El otro día lo pensaba mucho. El largometraje lo ha inspirado al 100% mi primo. Mi pasión por hacer cine ha venido por observarle a él y por quedarme fascinada por lo que recogía en la cámara gracias a él. Me inspiró a escribir una historia en la que en un principio él también era protagonista, pero por el tema del coronavirus estás siendo un poquito complicado. Estoy haciendo lo que me gusta, y el día que deje de hacerlo pues dejaré de hacer cine, así de claro. Además es muy divertido trabajar con niños, sobre todo si quieres abordar la realidad, y así puedes ver hasta qué punto puede llegar la imaginación de los niños. Nunca he trabajado con tantos niños a la vez, supongo que será difícil. Con mi primo ha sido muy fácil: es muy serio trabajando.