Joseba SALBADOR

Tiempos difíciles para despedir a los difuntos

Las restricciones impuestas en esta segunda ola de la pandemia, entre ellas la prohibición de salir del municipio en la CAV o los estrictos límites a entierros y velatorios en Nafarroa, vuelven a poner las cosas un poco más difíciles a quienes han perdido a un familiar.

Los cementerios no se llenarán esta vez como otros años. En la imagen, Derio. (Luis JAUREGIALTZO | FOKU)
Los cementerios no se llenarán esta vez como otros años. En la imagen, Derio. (Luis JAUREGIALTZO | FOKU)

Sin llegar a los extremos vividos durante el confinamiento de primavera, cuando muchas familias no pudieron dar el último adiós a la persona fallecida, las restricciones impuestas en esta segunda ola de la pandemia vuelven a poner las cosas un poco más difíciles a quienes han perdido a un familiar. La prohibición de salir del municipio ha provocado incluso la paradoja de que ningún residente en Bilbo pueda acudir este fin de semana a poner flores al cementerio municipal por estar ubicado en Derio, salvo que a última hora se arbitre algún tipo de excepción.

Los casi dos meses de confinamiento vividos en marzo y abril provocaron situaciones desconocidas hasta ahora: prohibición de funerales y velatorios, y entierros con la asistencia al cementerio de tan solo tres personas. Unas normas que no hicieron sino aumentar hasta límite desconocidos el dolor de las familias en uno de los trances más duros de la vida.

Con la entrada en vigor de la desescalada, y aunque con diversas limitaciones, las familias pudieron volver a despedir dignamente a sus seres queridos, de tal forma que durante el verano se han podido celebrar los funerales y entierros con relativa normalidad.

No obstante, las nuevas restricciones impuestas por los gobiernos autonómicos ante el repunte de los casos de Covid-19 vuelven a poner las cosas un poco más difíciles a quienes se ven obligados a despedir a un ser querido.

En lo que respecta a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, el decreto que entró en vigor el pasado lunes día 26 y que ordena el cierre perimetral de la comunidad autónoma, restringe la asistencia en velatorios a un máximo de 30 personas al aire libre y a 6 en lugares cerrados, mientras que en los entierros el número máximo permitido de asistentes a la comitiva es también de 30 personas en espacios abiertos, y de 10 en espacios cerrados. Tampoco en las iglesias y otros lugares de culto se podrá sobrepasar el 50% de aforo.

En Nafarroa, las medidas preventivas para el estado de alarma y confinamiento perimetral vigentes desde el pasado día 22 restringen la asistencia en entierros y velatorios a 25 personas en espacios abiertos y a 10 en espacios cerrados, mientras que la comitiva no podrá superar las 25 personas. La asistencia a lugares de culto no podrá superar el 30% de su aforo máximo.

Asistencia a los cementerios
En cuanto a la asistencia a los cementerios durante la festividad de Todos los Santos, este año será mucho menos concurrida que nunca, ya que las autoridades han recomendado a la ciudadanía que acuda a los camposantos de forma escalonada, sin dejarlo para el día 1, y que no permanezcan en ellos más de una hora.

Sin embargo, la prohibición de salir del municipio de residencia decretada por el Gobierno de Gasteiz hará que muchos ciudadanos no puedan acudir a los cementerios donde se encuentran sus seres queridos, por encontrarse en otra localidad. Una medida que afecta de lleno a todos los bilbainos y bilbainas, que no podrán acudir al cementerio municipal por encontrarse este en el vecino municipio de Derio. Aunque no son pocos los que sostienen que en teoría sí se podría acudir por tratarse de un municipio colindante.

Sea de una forma o de otra, lo cierto es que esta norma de última hora ha provocado un importante perjuicio a sectores como el de las floristerías, que ya habían realizado la compra más fuerte del año y que, al tratarse de un producto perecedero, difícilmente podrán evitar pérdidas muy importantes.

Tal y como explica Mikel Zuazua, propietario de una floristería con más de cien años de historia en el Casco Viejo de Bilbo, «hay muchos clientes que se han echado para atrás, no solo los que iban a poner flores en Derio, sino otros muchos que tienen a sus parientes enterrados en cualquier otra localidad diferente a la de su residencia».

Para tratar de solventar esta situación, Zuazua ofrece a los clientes que tenían encargadas las flores la posibilidad de trasladarlas y colocarlas en el lugar indicado, ya que los profesionales sí pueden acudir a los camposantos. Sin embargo, serán muchas las flores que queden sin vender. «La semana que viene tendremos que idear todo tipo de promociones para dar salida a todo lo que nos quede en la tienda, porque sería una pena echarlo todo a la basura», se lamenta.

En cualquier caso, Mikel Zuazua lamenta que las declaraciones realizadas por el alcalde de Bilbo, Juan María Aburto, han generado gran confusión entre la gente, «ya que Derio es municipio colindante, y muchos no entienden por qué no se puede acudir a este cementerio».

Donostia, Gasteiz e Iruñea
En Donostia, por su parte, el Ayuntamiento recomienda a la ciudadanía que la visita en grupo a los cementerios de Polloe, Altza e Igeldo sea de un máximo de seis personas y que la permanencia en dicho lugar se limite a un tiempo máximo de una hora. El aforo estará controlado en todo momento por la Guardia Municipal, quien podrá ordenar la suspensión temporal del acceso con el fin de evitar que se produzcan aglomeraciones en el interior de los mismos. En los cementerios de Polloe y Altza se prevé una puerta de entrada y otra de salida de visitantes.

En Gasteiz, el Ayuntamiento ha pedido a la ciudadanía que no acuda a los cementerios el día 1, con el fin de evitar aglomeraciones, y que en todo caso, las visitas se hagan de forma individual o en grupos reducidos. En el caso de El Salvador, se accederá por una de las puertas y se saldrá por otra. En Santa Isabel, por su parte, se abrirán nuevos accesos que habitualmente suelen estar cerrados.

Y en Iruñea, el Gobierno navarro ha limitado el aforo máximo del cementerio San José a 2.000 personas, con visitas en grupo de un máximo de cuatro integrantes del mismo núcleo familiar y de una duración máxima de una hora. Las tareas de limpieza y depósito de flores deberán realizarse los días previos.

Aumento de las incineraciones

Aunque existen diferencias entre territorios, se puede decir que la pandemia del covid-19 ha provocado un aumento de las incineraciones, en detrimento de las inhumaciones. Es un dato que ha quedado en evidencia en Bizkaia y en Gipuzkoa, mientras que en Nafarroa, por ejemplo, este año apenas ha habido cambios, quizás por el elevado número de cremaciones que ya se realizaban en los últimos años.

Según señala Koldo Uribe, responsable de la Funeraria Uribe de Gernika-Lumo, que cuenta con tanatorios también en Lekeitio e Ispaster, «este año sí hemos notado que cada vez menos gente quiere hacer un entierro al uso, y que cada vez son más los que se inclinan por incinerar. Es algo que aumentó mucho en el confinamiento anterior, cuando se incineraban nueve de cada diez cuerpos. Y aunque ahora ha bajado un poco esa proporción, se puede decir que son ocho de cada diez los que se incineran».

Coincide en esta apreciación Montse Carmona, responsable de los tanatorios de Azpeitia y Azkoitia. «Antes de la pandemia ya se venía observando un aumento importante de las cremaciones, pero ahora esa tendencia ha crecido de forma considerable. Y en los casos de fallecidos por Covid-19, prácticamente la totalidad se llevan a incinerar», afirma.

Al margen de ello, y previamente a las normas dictadas esta semana, las funerarias vascas ya venían aplicando los protocolos de seguridad previstos para este sector. Así, en caso de que el fallecido lo haya sido por Covid-19, el cuerpo se entierra o se incinera antes de que transcurran 24 horas- «En esos casos –explica Koldo Uribe–, el cuerpo se trae del hospital a una sala especial que tenemos en el tanatorio, donde se prepara para llevarlo directamente al crematorio, sin pasar por el velatorio».

En el caso de las distancias de seguridad y aforos, Uribe explica que aunque su funeraria cuenta con tres salas en el velatorio, nunca se hace coincidir a las tres familias en las instalaciones. «En caso de que haya más de un fallecido, organizamos los horarios de forma que siempre haya solo una familia en el tanatorio».

Montse Carmona añade que hay casos de familias grandes que tienen que entrar de forma escalonada en la sala del velatorio, ya que en su caso el aforo solo permite la entrada de solo ocho personas en cada sala.

Una vez incinerado el cuerpo, las cenizas sí son entregadas a las familias, muchas de las cuales deciden llevarlas al funeral. «En los casos en los que la familia no ha podido estar presente en el momento de la cremación, es habitual que lleven las cenizas al funeral para poder así despedir simbólicamente a sus seres queridos y aliviar un poco el dolor», indica el responsable de la funeraria de Gernika.