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París

Aplazado el juicio por corrupción contra Nicolas Sarkozy

El juicio por corrupción contra Nicolas Sarkozy ha sido aplazado, a petición de los abogados de uno de los acusados, a causa de su estado de salud. El expresidente francés se enfrenta a graves cargos en el «caso de las escuchas» y podría ser condenado a una pena de prisión de hasta diez años.

Nicolas Sarkozy, en el juzgado. (Bertrand GUAY/AFP)
Nicolas Sarkozy, en el juzgado. (Bertrand GUAY/AFP)

Nicolas Sarkozy iba a ser juzgado a partir de este lunes en París por corrupción y tráfico de influencias en el denominado «caso de las escuchas», convirtiéndose así en el primer exjefe de Estado francés en ser juzgado por ese motivo en sesenta años.

Sin embargo, la vista oral se ha aplazado pocos minutos después de haberse iniciado, a petición de los abogados de uno de los acusados, el magistrado Gilbert Azibert, a causa de su estado de salud.

La presidenta del tribunal ha ordenado un examen médico del acusado que debe ser entregado antes del próximo jueves, cuando está previsto que se reanude el juicio.

Tras confirmar la identidad de los acusados y de los testigos previstos por la acusación y las defensas, la presidenta del tribunal ha accedido a retrasar el juicio, en el que Sarkozy afronta penas de hasta 10 años de prisión y 100.000 euros de multa.

El exmandatario conservador (2007-2012), de 65 años, que niega los cargos de los que se le acusa, ha prometido que se mostrará «combativo» en este juicio sin precedentes desde la instauración en 1958 de la V República.

Antes de Sarkozy, otro expresidente, Jacques Chirac (1995-2007), su predecesor y durante años su mentor político, fue condenado en 2011 a dos años de prisión, en suspenso, por malversación de fondos durante su etapa como alcalde de París, pero su estado de salud le impidió comparecer ante el tribunal.

¿Al Elíseo de la mano de Gadafi?

El «caso de las escuchas» tiene su origen en otro proceso judicial que amenaza a Sarkozy: las sospechas de que recibió financiación del régimen libio de Muamar el Gadafi durante la campaña presidencial de 2007 que le llevó al Elíseo.

Los jueces autorizaron pinchar el teléfono del expresidente y de este modo descubrieron que tenía una línea secreta en la que utilizaba el seudónimo ‘Paul Bismuth’.

Según los investigadores, algunas de las conversaciones que tenía allí revelaron la existencia de un pacto de corrupción. Junto a su abogado, Thierry Herzog, Sarkozy habría tratado de obtener información secreta de otro sumario a través del juez Gilbert Azibert.

Azibert habría tratado también de influir sobre sus colegas. A cambio, Sarkozy habría prometido al magistrado ayudarle a obtener un puesto muy codiciado en el Consejo de Estado de Mónaco.

De ser declarado culpable, el expresidente podría ser condenado a una pena de prisión de hasta 10 años y una multa máxima de un millón de euros (1,2 millones de dólares).

Un abogado y un juez, también procesados

Herzog y Azibert comparecerán junto a Sarkozy, acusados también de corrupción y tráfico de influencias.

«Ha estado trabajando en eso», le dice Herzog a Sarkozy en una llamada de principios de 2014.

Azibert ya era considerado como uno de los principales candidatos para el puesto en Mónaco, pero «si le das un empujón, siempre es mejor», dice Herzog en otra conversación.

«Lo haré ascender», le dice Sarkozy a Herzog, según la acusación. Pero unos días más tarde, Sarkozy le dice a su abogado que no hará esa «gestión» con las autoridades monegascas.

Una señal, según los fiscales, de que se los dos hombres se habían enterado de que la línea estaba pinchada.

El exjefe de Estado volvió a defenderse el viernes en el canal de televisión BFM. «El señor Azibert no obtuvo nunca un puesto en Mónaco. El Palacio de Mónaco publicó un comunicado diciendo que ‘Nicolas Sarkozy no intervino’ y todos los magistrados interrogados dijeron que el señor Azibert no intervino».

El delito de corrupción puede consistir en simples ofertas o promesas. «Me explicaré frente al tribunal porque yo siempre he hecho frente a mis obligaciones», añadió Sarkozy. Y aseguró: «No soy un corrupto».

Otra cita para el próximo marzo

Nicolas Sarkozy, abogado de formación, lleva tiempo acusando a la Justicia francesa de estar cometiendo una vendetta contra él.

Si se mantiene el calendario previsto, volverá a los tribunales en marzo de 2021, junto con otras 13 personas, por la presunta financiación irregular de su campaña a las presidenciales de 2012.

La Fiscalía acusa al equipo de Sarkozy de utilizar un esquema de facturas falsas orquestado por la empresa de relaciones públicas Bygmalion para gastar cerca de 43 millones de euros en la campaña, casi el doble del límite legal.

Sus numerosos problemas legales han obstaculizado su regreso a la política. Perdió unas primarias como candidato de la derecha frente a su ex primer ministro François Fillon en 2016.

Sin embargo, al igual que otros expresidentes franceses, Sarkozy goza de una gran popularidad desde que anunció su retiro de la política en 2018.

Cientos de admiradores hicieron cola en las librerías este verano para que firmara una copia de sus últimas memorias, ‘Le Temps des Tempêtes’ (‘Tiempo de las tormentas’), que encabezó la lista de los libros más vendidos durante semanas.