BERTA GARCIA
CONSUMO

TDT

Se anuncian nuevos cambios en las infraestructuras de recepción de los edificios colectivos e individuales para adaptar las antenas de televisión a los nuevos canales de radiofrecuencia que vamos a recibir. Sin prisa, pero sin pausa, empieza la cuenta atrás de la liberalización de la banda de frecuencia que finalizará en junio del 2020.

De entrada, y de momento, se está desplegando lo último en tecnología de telecomunicaciones, porque en este campo la ciencia avanza que es una barbaridad, y ahora nos piden liberar el espacio radioeléctrico para que se acomode la 5G y vuelta a resintonizar los canales de televisión. Veremos lo que dura.

Estos cambios se decidieron en el Parlamento Europeo hace dos años, dando margen suficiente a los Estados miembros para que la ciudadanía se vaya adaptando. Claro que la medida implica gastos, porque hay que recurrir a un instalador oficial y dependiendo de la antena colectiva (o individual) que se tenga así será la factura. Todo sea por renovarse o morir en el intento si queremos acceder a la telefonía 5G de la que se nos prometen maravillas.

Variables según las circunstancias: Los cambios en las comunidades de vecinos van a depender de las características de la antena colectiva que se tenga actualmente. Por ejemplo, si se tiene amplificador de banda ancha, el usuario o usuaria solo tendrá que sintonizar los canales de la televisión nuevamente, sin tener que recurrir a un instalador.

Si se trata de una centralita programable será el instalador quien la reprograme. Mientras que si el tipo de antena cuenta con amplificador monocanal habrá que sustituir los amplificadores de los canales afectados.

Este nuevo cambio no va a afectar a los aparatos de televisión. Claro está, siempre que el televisor en cuestión soporte la recepción de la alta definición. En caso contrario, los afectados tendrán que comprar uno nuevo.

Tampoco es descartable que sorprendan con algún decreto-ley ofertando subvenciones, aunque esto dependería de la zona geográfica y sus dificultades, pero el precio del trabajo es de mercado libre, así que toca a las comunidades el buscar la mejor oferta.