Los talibanes afganos anunciaron ayer el comienzo de su tradicional ofensiva de primavera, en la pretenden incrementar sus operaciones militares para «eliminar a los invasores extranjeros y quienes les apoyan, como espías, contratistas militares y civiles, y otras personas que trabajan para ellos como traductores», pero «sin causar daño a los civiles». La ofensiva, que comenzará el lunes en todo Afganistán, ha sido bautizada como «Khaibar» en honor a una batalla librada por el profeta Mahoma, según un comunicado colgado por el movimiento en su web. En el documento también se afirma que además serán objetivo de los ataques funcionarios y políticos afganos que apoyan la «ocupación extranjera».