Oriol ANDRÉS GALLART
Beirut (Líbano)
Entrevue
SAFA AL AHMAD
DOCUMENTALISTA SAUDÍ

«La monarquía saudí exagera el rol de Irán, evidente pero matizado, en la crisis yemení»

En poco más de medio año, la toma del gobierno en Yemen por parte de los rebeldes hutíes, una tribu chií del norte del país que depuso a principios de año al e presidente Al Hadi, ha sacudido los precarios equilibrios de poder en el país. Safa Al Ahmad es una periodista y documentalista originaria de Arabia Saudí. Desde 2010, ha cubierto frecuentemente las sucesivas crisis en Yemen. A finales del pasado año, volvió allí para cubrir el levantamiento de los hutíes. El resultado es el documental 'The fight for Yemen', que se estrenó el pasado 7 de abril y se puede ver online.

Al inicio de las protestas, parecía que los hutíes tenían una base de apoyo importante. ¿Cuál es la situación ahora?

Al inicio, mucha gente pensaba genuinamente que los hutíes mejorarían la situación, que combatirían la corrupción. Han llegado a alianzas con mucha gente, con muchas tribus e incluso con aliados tradicionales de Ali Saleh. Pero a medida que ha pasado el tiempo ha quedado claro que los hutíes no estaban interesados en escuchar otras voces, sino en que los demás siguieran sus mandatos. Han hecho las mismas cosas que criticaban de los gobiernos de Saleh y de Al Hadi. Cuando llegaron, aseguraban que pondrían fin a la corrupción pero han colocado su gente. Se han hecho con el control del dinero y ahora invierten millones en financiar sus celebraciones. Y eso que hablamos de uno de los países más pobres del mundo. Las víctimas se han convertido en verdugos. Arrestan a manifestantes, los asesinan, los torturan y los raptan.

Muchos analistas consideran el conflicto yemení parte de una guerra fría entre Arabia Saudí e Irán por el poder regional. ¿Está de acuerdo con este planteamiento?

Pienso que el rol del Irán no está tan claro, me parece un poco sobre-exagerado. Hay pocas pruebas de qué Irán esté tan implicado en el conflicto como lo está Arabia Saudí. Por supuesto, creo que hay una relación entre los hutíes e Irán pero no de tal alcance como asegura Riad. Incluso identificarlos como una milicia chií es muy engañoso porque los hutíes son zaydíes y no duodecimanos, como los chiíes de Irán. Son sectas muy diferentes. El lenguaje de los medios genera confusión sobre quiénes son los hutíes. Están muy politizados y el elemento sectario define solo una parte pequeña de su identidad. Asimismo, su composición ha cambiado desde el inicio de su movimiento. Los conflictos de los hutíes son muy locales, Irán no tiene el poder para decirles qué tienen que hacer. Es una alianza como la que Irán mantiene con Hamas. No significa que de repente esta organización de la resistencia palestina vaya a convertirse al chiísmo, sólo tienen un pacto político. Los hutíes tienen sus propios intereses y agenda.

Yemen tiene una estructura tribal muy compleja. De acuerdo con su experiencia ¿cree que el poder tribal puede ejercer como un poder disuasivo o, al contrario, pueden ser la chispa de una guerra civil?

Ali Saleh trabajó sistemáticamente para debilitar la estructura tribal. No quería que las tribus mantuvieran su fuerza porque quería ser la persona más poderosa en Yemen. Pero al mismo tiempo su gobierno también era débil. Así que la población se encontraba con que no había un sistema tribal tradicional del que poder depender ni tampoco un gobierno fuerte. Ahora pasa lo mismo y es una situación peligrosa. Ambas instituciones, tribu y gobierno, son débiles, y en el medio están las milicias. Las milicias armadas se encuentran por todas partes ahora. Donde antes había el control y equilibrio de la tribu para evitar el inicio de una guerra civil, ahora esta presencia es mucho más débil. Así que la situación en Yemen es muy peligrosa, más allá incluso de los sangrientos bombardeos saudíes.

La misma Arabia Saudí apoyó de hecho a la monarquía chiita durante los años sesenta.

Exacto. Entonces Arabia Saudí apoyó a la monarquía porque es su sistema natural. Fueron a la guerra contra Egipto. Irónicamente ahora ambos países luchan en el mismo bando en Yemen. Es una muestra de cómo es de irrelevante el elemento sectario y que todo ello es político y muy complejo.

¿Ha influido la llegada de un nuevo monarca en Arabia Saudí, Salmán bin Abdulaziz?

Los ataques aéreos liderados por Arabia Saudí en el Yemen han supuesto un cambio importante, ya que se trata de una implicación directa, y no delegada, dando dinero a diferentes partes. Aún así, pienso que es un tema sensible, ya que el gobierno no quiere enviar sus propias tropas. Esto puede acabar siendo algo muy diferente, el tiempo dirá. Por lo demás, los cambios en Arabia Saudí han sido solo de puertas adentro en los círculos de poder.

¿Cuáles crees que son los intereses que han empujado a los saudíes a los ataques aéreos?

En mi opinión, tiene relación con el hecho de que los hutíes firmaron numerosos acuerdos y después renunciaron a ellos, y llegaron a Adén. Creo que Arabia Saudí simplemente no quiere que los hutíes tomen el control del país. Por eso financiaban a tribus que los combatían. Pero las razones para implicarse en la guerra ahora, no me quedan tan claras... Diría que probablemente tenga que ver con la fragmentación del Estado: no hay presidencia, no hay parlamento ni gobierno. Yemen no es un estado camino de la quiebra sino que ya es un estado fallido. Pero por otro lado, millones de personas se refugiarán dentro de Arabia Saudí y no creo que esto sea de su interés.

¿Se atreve a hacer previsiones con relación al conflicto?

Si el conflicto sigue así, no creo que los saudíes envíen tropas a combatir contra los hutíes. Creo que el conflicto se desbordará. Pensando en el mejor de los casos, creo que el escenario es de guerra civil.

 

“Existen muchos grupos disidentes en Arabia Saudí”

Arabia Saudí es un país con un fuerte bloqueo informativo. En 2011, en Qatif, una región al este del país, se inició una protesta masiva en demanda de mejoras sociales y libertades. La región es el hogar de la minoría chií en el país –menos del 15% de 29 millones–. Es una región deprimida pese a albergar uno de los mayores yacimientos de petróleo. La población chií se queja de discriminación. Durante dos años, Al Ahmad documentó y filmó secretamente la protesta, que fue duramente reprimida, con al menos dos decenas de muertos, y episodios armados. Su cobertura dio lugar al documental ‘Saudi's secret uprising’, estrenado en la BBC en 2014. Su emisión supuso a Al Ahmad la prohibición por parte del régimen saudí de regresar al país, donde vive buena parte de su familia.

El régimen saudí parece no tener grietas. Pero su documental muestra que es una imagen falsa, que hay disidencia en el país.

Se trata de una ilusión de régimen sólido. Existen muchos grupos disidentes. Pero el control de los medios es tan fuerte que no salen a la luz. En Arabia Saudí hay descontento: hay muchos problemas de corrupción, de infraestructuras, de mala calidad de la educación, del transporte público, y una alta desocupación. Todo esto, unido a la falta de libertades individuales y de espacio público hace la vida imposible para los saudíes. Pero no existe la posibilidad de impulsar reformas, la gente es arrestada u hostigada.

Un año después de la presentación del documental, ¿cuál es la situación en Qatif?

Hace pocos días hubo una redada masiva en Awamiya [una población de Qatif]. El día anterior, se había hecho un llamamiento a protestar contra la guerra en Yemen. Incluso antes de que se celebrara ninguna manifestación, la policía empezó a arrestar gente y hubo tiroteos. Esto pasa en el contexto de una situación muy tranquila, no había problemas en Awamyia. No hay tolerancia para la disidencia, ahora especialmente en todo lo relativo al Yemen.

¿Qué tipo de discriminación sufre la población chií?

Lo que encendió las protestas en Qatif fue una combinación entre los problemas mencionados –corrupción, desocupación, etc.–, y la represión religiosa que sufren los chiíes. Por ejemplo, en Arabia Saudí, no está permitida la celebración de la Ashura. O, mientras que la construcción y mantenimiento de las mezquitas normalmente va a cargo del Ministerio de Asuntos Religiosos, en el caso de las mezquitas chiíes no ocurre así. Esta intolerancia también la sufren otros como los ismaelíes. Pero los chiíes están más organizados y esto les ha permitido mantener una protesta de tres años, algo nunca visto en la historia de Arabia Saudí.

¿Se trata pues de un conflicto de carácter sectario o político?

No es sectario. El gobierno habría aplastado cualquier protesta, tanto suní como chií. Hay muchos activistas políticas suníes que llevan presos 10 y 15 años por pedir reformas constitucionales. Un trato diferente reciben los terroristas suníes, los miembros de Al-Qaeda o del ISIS arrestados. A ellos los ponen en centros de rehabilitación y les dan dinero y beneficios.O ANDRÉS GALLART