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Kiev y Moscú advierten del peligro de una guerra total en Ucrania

Tras el recrudecimiento de los combates en el este de Ucrania que ponen en la cuerda floja el acuerdo de alto el fuego, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, advirtió del peligro de la «gigantesca amenaza» de los ataques insurgentes, mientras Rusia alertaba de que el proceso de paz corre el riesgo de «volar en pedazos».

Los combates del miércoles en el este de Ucrania han dejado al menos 26 muertos, en los choques más violentos desde que se firmó el alto el fuego del pasado 15 de febrero, casi a la vez que insurgentes tomaron la estratégica ciudad de Debaltsevo. Las últimas horas muestran la poca vigencia de los acuerdos.

«La amenaza de una vuelta de las acciones militares de gran envergadura de grupúsculos terroristas rusos se ha vuelto gigantesca», afirmó el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, en su discurso anual ante el Parlamento, y aseguró que más de 9.000 soldados rusos se encuentran actualmente en Ucrania. Por su parte, Rusia denunció las provocaciones ucranianas y «los intentos de desestabilizar la situación y disparar la tensión». El ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, aseguró que los acuerdos de Minsk 2, «están permanentemente amenazados de volar en pedazos por los actos de las autoridades de Kiev, que intentan obviar su obligación de establecer un diálogo directo con el Donbass».

Kiev acusó a los rebeldes de haber desencadenado una gran ofensiva con más de 10 tanques y mil hombres contra sus posiciones en Mariinka, a unos veinte kilómetros de Donetsk, en la madrugada del miércoles y a Rusia de continuar suministrándoles «armamento de última generación», combustible y alimentos. Por su parte, los insurgentes niegan haber comenzado la ofensiva, y acusaron a las fuerzas ucranianas de haber lanzado bombardeos masivos previamente.

Un informe de la OSCE apuntó a los insurgentes al señalar que se habían movido «un gran número de armas pesadas en los territorios controlados por la República popular de Donetsk, sobre todo hacia el oeste de la línea del frente, cerca de Mariinka, antes y durante los combates. La OSCE precisó que ocho vehículos blindados se dirigían hacia el oeste, de los que cuatro eran tanques, además de un camión militar que transportaba una pieza de artillería de 112 milímetros de calibre y una columna de infantería. El Estado mayor ucraniano admitió que sus tropas también habían desplazado armas de un calibre mayor de 100 milímetros para repeler los ataques rebeldes. Según los acuerdos de Minsk, este tipo de artillería debía haber sido alejada varias decenas de kilómetros de la línea de separación de fuerzas.

La UE calificó los combates como la violación más grave del cese el fuego, que amenaza con desencadenar «una nueva espiral de violencia». Los ministros de Exteriores alemán y ucraniano, Frank Walter Steinmeier y Pavlo Klimkin, hablaron de «brutales violaciones» de la tregua, aunque defendieron todavía la viabilidad de los acuerdos de paz. «Hoy por hoy no tenemos otro instrumento», dijo Steinmeier.

Kiev autoriza la intervención de tropas extranjeras en el país

El Parlamento de Ucrania autorizó el despliegue en su territorio de fuerzas extranjeras bajo un mandato de la ONU o de la UE. La ley excluye a aquellos países implicados en la «agresión militar contra Ucrania», en referencia a Rusia. Precisa que el despliegue de tropas extranjeras debe responder a una petición expresa de Kiev. La Constitución prohíbe el emplazamiento de tropas de otros países, por lo que en cada caso debe ser aprobada una ley ex profeso.GARA