Beñat ZARRABEITIA
Periodista

La corrupción ahoga a la FIFA

El máximo organismo del fútbol mundial vive sus horas más bajas. La FIFA padece una crisis sin precedentes tras la operación ordena- da por la Fiscalía de Estados Unidos a finales de mayo y en la que el FBI arrestó a varios altos dirigentes por presuntas prácticas de corrupción registradas durante los últimos 24 años.

El escándalo ha hecho temblar los cimientos de una organización jurídicamente definida como una ONG pero que dispone de mayor peso diplomático que muchos Estados. En definitiva, el ocaso de lo que muchos han llegado a definir como el Vaticano del fútbol.

La crisis parecía haberse llevado por delante al propio Joseph Sepp Blatter, presidente hasta ahora de la FIFA y que todavía sigue en el cargo. Apenas cinco días después de reeditar su quinto mandato, el pasado 2 de junio, el dirigente suizo anunció su inminente marcha acechado por las investigaciones sobre la corrupción, presionado por los medios y enfrentado a los dirigentes de la UEFA. Las duras críticas de antiguos jugadores como Diego Armando Maradona o Gary Lineker también han obtenido un gran eco.

Los acontecimientos se han sucedido, llegándose desde el propio organismo a poner en duda la designación de Rusia y Qatar como sedes para los Mundiales de 2018 y 2022. Y es que las sospechas de corrupción en torno a la designación de ambas citas, fundamentalmente de la catarí, forman parte de las investigaciones del FBI.

La trama de corrupción cuenta con «raíces profundas» según indicó la fiscal general de EEUU, Loretta Lynch. Durante los últimos 24 años, algunos dirigentes de la FIFA presuntamente habrían formado parte de «una red de sobornos, fraude, conspiración y chantaje». La cifra de la que se habla asciende a los 150 millones de dólares –133 millones de euros aproximadamente– vinculada a pagos ilícitos para la obtención de contratos para la explotación de los derechos televisivos o el marketing deportivo destinado a grandes torneos internacionales. Entre los mismos, destacan los 110 millones de dólares derivados de la Copa Centenario 2016, cita que englobará en EEUU a selecciones pertenecientes a las divisiones de la CONCACAF y la CONMEBOL. Es decir, a escuadras del norte, centro y sur de América.

detenidos directivos de mucho peso

La redada se produjo el pasado 27 de mayo en un lujoso hotel de los Alpes suizos. Los arrestos se registraron aprovechando la cita anual de la FIFA, previa al congreso que debía aprobar la reelección de Joseph Blatter como presidente de este organismo.

Entre los nueve detenidos están nombres de enorme relevancia como el de Jeffrey Webb, empresario de las Islas Caimán y presidente de la CONCACAF, que se postulaba como uno de los grandes rivales de Blatter por el mando de la FIFA. Jack Warner, miembro del comité ejecutivo y antiguo máximo responsable de la CONCACAF, que también desempeñó el papel de vicepresidente en el organismo mundial. También contó con puestos de importancia en el ámbito de la política, ya que fue ministro de Seguridad Nacional en Trinidad y Tobago.

Otro de los detenidos fue el paraguayo Nicolás Leoz, expresidente de la CONMEBOL, la división sudamericana, entre 1986 y 2013, año en el que se vio obligado a renunciar tras verse involucrado en otro caso de corrupción. Junto a ellos, fueron también arrestados el presidente interino de la Confederación Brasileña, José María Marín, o los máximos responsables de las federaciones de Venezuela, Nicaragua y Costa Rica. Al igual que Eduardo Figueredo, el que fuera presidente del comité organizador del Mundial de 2014 en Brasil.

Sudáfrica no ganó la votación de 2010

Una de las revelaciones más sorprendentes en torno al escándalo de la FIFA envuelve de lleno a la designación de la Copa del Mundo de hace cinco años. Según aseguró el periódico “Sunday Times”, Marruecos fue la ganadora real de la votación, pero el Campeonato se disputó finalmente en Sudáfrica. En un vídeo grabado de forma clandestina al exdirigente de la FIFA Ismail Bhamjee se asegura que durante la decisión del Comité Ejecutivo en 2004, el país del Magreb se impuso por dos papeletas. Sin embargo, según el propio Bhamjee, la actuación de Jack Warner fue clave para que finalmente el Mundial se disputase en Sudáfrica. Como compensación, se adjudicaría a Marruecos la organización del Mundial de Clubes de 2014.

El vídeo fue grabado en 2010 y se encuentra en posesión de la FIFA desde hace tiempo, según “The Telegraph”. A Warner se le acusa también de haber solicitado siete millones de dólares a la candidatura egipcia para tener opción de organizar aquel Mundial. Asimismo, entre los cargos que se investigan contra el propio Warner, el FBI sospecha que pudo desviar a sus cuentas personales 750.000 dólares destinados por la FIFA y la Federación de Fútbol de Corea para ayudar a reconstruir Haití tras el terremoto acontecido en 2010.

¿Qué pasará con las citas de 2018 y 2022?

La pasada semana, el presidente de la Comisión de Auditoría y Cumplimiento de la FIFA, Domenico Scala, admitió por primera vez que las elecciones de Rusia y Qatar como sedes de los Mundiales de 2018 y 2022 podrían ser «revisadas» en caso de que «surgieran pruebas en torno a la compra de votos». Esta posibilidad fue descartada poco después por el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, quien mantuvo que su equipo «se encargó del proceso electoral para los campeonatos de 2018 y 2022 y hemos seguido todos los procedimientos vigentes. No hubo nada en los procedimientos que pudiera afectar al resultado, ni se han vulnerado las reglas. Una conclusión a la que también llegó la auditoría», apuntó.

En términos similares se manifestó el ministro de Deportes de Rusia, Vitali Mutkó, –que será interrogado por la Justicia suiza en torno al escándalo– quien aseguró que su país «actuó dentro del reglamento existente». Lo cierto es que la construcción o remodelación de los estadios continúa adelante y parece poco probable la revocación de la sede. Así, el estadio Olímpico de Moscú continúa con su proceso de mejoras, al igual que lo hacen los nuevos campos de fútbol en San Petersburgo, Sochi, Krasnodar, Ekaterimburgo, Rostov, Nizhny Novograd, Volvogrado, Saransk o Krasnodar.

Más complicado se antoja el futuro del torneo de Qatar. A principios de 2013, la revista “France Football” informó de implicaciones corruptas del más alto nivel que salpicaban hasta al expresidente francés Nicolas Sarkozy o al propio Michel Platini, presidente de la UEFA. El semanario francés detallaba una presunta reunión de carácter secreto celebrada en el Elíseo el 23 de noviembre de 2010, exactamente una semana antes de que tuviese lugar la votación para designar las sedes de 2018 y 2022. En la misma, según dicha publicación, habrían participado el entonces presidente francés, Sarkozy, el máximo mandatario de la UEFA, Platini, el actual emir catarí y miembro del COI Tamim bin Hamad Al Thani, así como Sebastien Bazin, miembro de la empresa propietaria de un París Saint Germain acuciado en aquellos tiempos por importantes problemas económicos.

En tal encuentro, se fraguaría la compra del club parisino por parte de Al Thani y la creación de una cadena de deportes para competir con Canal Plus por los derechos televisivos del Campeonato francés, en una maniobra supuestamente propicia para los intereses de Sarkozy, que quería limitar el peso de la conocida cadena de pago. Todo, a cambio de la promesa de Platini para dar su voto a Qatar y no a Estados Unidos, siempre según el semanario galo.

El 2 de diciembre de 2010 Blatter anunciaba que el país elegido para albergar la cita mundialista de 2022 era Qatar, gracias a los votos de 14 de los 22 miembros del ejecutivo de la FIFA. Uno de los que votó a favor de este país fue el presidente de la Federación Española, Ángel María Villar, a cambio de que el emirato diese su apoyo a la candidatura ibérica para el Mundial de 2018. Cabe recordar que en marzo de 2013, la selección española disputó un lucrativo encuentro amistoso contra Uruguay en Doha.

Tanto los representantes cataríes como el propio Platini siempre han negado las informaciones publicadas por “France Football”, pero las mismas fueron ampliadas meses después por “The Times”. El medio de comunicación inglés profundizó en los sobornos a países africanos y el dominio por parte de Warner en las cuentas de la FIFA. En su información detallaba que el emirato había podido pagar sobornos para obtener la designación del Mundial. Este diario mantenía que el antiguo directivo de la FIFA Mohamed ben Hammam habría abonado cinco millones de dólares a federaciones africanas para que diesen su voto en favor de Qatar.

Más de 400 trabajadores muertos

Pero, el de la corrupción de los dirigentes, no es el único problema al que se enfrenta la celebración del Mundial de 2022. Numerosas ONG, entre ellas Amnistía Internacional, han denunciado las condiciones en las que se están realizando las obras para la construcción de los estadios. Diversas fuentes indican que son más de 400 los trabajadores fallecidos durante la edificación y censuran la situación cercana al esclavismo que padecen los empleados procedentes de países como Nepal y Corea del Norte. El rechazo es latente y son varias las campañas que piden que se revoque la designación de Qatar. Algunas de ellas son avaladas por conocidos exfutbolistas como los franceses Vikash Dhorasoo y David Ginola.

La posibilidad de que el Mundial se dispute en otoño para intentar mitigar el efecto de las altas temperaturas cataríes, superiores a los 40 grados en muchos casos, ha levantado el rechazo de numerosas Ligas y federaciones europeas, ya que el calendario habitual variará de forma notable. Inglaterra, de momento, se mantiene a la expectativa para ejercer como sede alternativa.

Sin embargo, no son las adjudicaciones de los Mundiales los únicos aspectos investigados por el FBI. El ojo policial también mira los derechos de explotación del marketing deportivo en relación con los contratos que unen a la Confederación Brasileña de Fútbol y a la empresa deportiva Nike.

¿Y ahora qué?

La posibilidad de que las actuaciones de la Fiscalía estadounidense se amplíen está muy presente, por lo que el panorama que se cierne en torno a la FIFA resulta altamente imprevisible. Se desconoce el alcance y consecuencias de las investigaciones.

No obstante, las últimas informaciones, publicadas por el periódico suizo “Schweiz am Sonntag” alertaban de que Blatter –que aún sigue aferrándose al cargo– podría estar reconsiderando la posibilidad de seguir en el cargo a petición de las principales federaciones de Asia y África. Una decisión que choca directamente con las intenciones de Domenico Scala, el auditor mayor en la cúpula del organismo.

Para relevar al actual presidente, ya se postulan diferentes nombres. El más insistente es el del príncipe jordano Alí Bin Al Hussein, que podría llegar acompañado de Diego Armando Maradona en el puesto de vicepresidente, según asegura el astro argentino. Otros insignes exfutbolistas como Michel Platini, presidente de la UEFA, el brasileño Arthur Antunes Coimbra “Zico” o Luis Figo también se han postulado. A priori, el francés es el que más opciones tiene, pero el brasileño cuenta con el apoyo en su experiencia como jugador y seleccionador nipón, mientras que el luso trata de explotar una imagen renovadora. Tanto, que durante su precandidatura llegó a proponer la ampliación del Mundial hasta «40 o 48 selecciones». Medida que buscaría lograr avales de federaciones menores a las que les cuesta acudir con regularidad a la gran cita.

Pero, las sospechas en torno a la corrupción dentro de la FIFA no son nuevas. Uno de los más vehementes a la hora de denunciarlas es el diplomático francés Jerome Champagne. Antiguo dirigente del órgano futbolístico entre 1999 y 2010 aboga por un debate sobre el futuro de la entidad cimentado en cuatro ejes: La conversión de la FIFA en un organismo proactivo; el reposicionamiento de las federaciones en el centro de la toma de decisiones; una distribución más justa de los ingresos para compensar las desigualdades actuales y una gestión basada en la modernidad, la transparencia, los valores democráticos y la ética.

En definitiva, está por ver si el escándalo deriva en una catarsis y refundación o simplemente se queda en un mero lavado de cara. Lo que parece evidente es que la imagen de la todopoderosa FIFA ha quedado muy tocada, hecho que le distancia de aficionados y patrocinadores. Sin una profunda regeneración y depuración, el máximo organismo del fútbol mundial perderá uno de los bienes a los que aspira cualquier organización: La credibilidad.