Las bolsas se encuentran en máxima tensión, después de que la troika echara para atrás la última oferta de Atenas. Por tanto, no será hasta después del referéndum cuando se retomen los contactos con el fin de abrir las negociaciones. Si los griegos aceptaran los recortes podría comenzar un periodo de inestabilidad institucional, con la salida del actual gobierno y la convocatoria de elecciones. Así las cosas, se vive un agitado compás de espera en el que no faltan declaraciones y avisos cargados de intención para poner en duda la viabilidad del sistema financiero griego, incluso con los préstamos de Europa. Según el FMI, necesitará más de 50.000 millones de euros entre octubre de 2015 y final de 2018, por lo que sería necesario un nuevo rescate y una quita de deuda. Aunque la crisis griega absorbe la mayor parte de la atención, ayer también hubo tiempo para reflexionar sobre el empleo de Estados Unidos. En el mes de junio se crearon 223.000 nuevos puestos de trabajo, menos de lo esperado, pero la tasa de paro bajó dos décimas, hasta el 5,3%, su menor nivel desde 2008. Este dato, según los expertos, no es obstáculo para que la Reserva Federal mantenga su guía para el inicio de la subida de los tipos de interés. El punto muerto en la crisis griega penalizó a los índices europeos, que se movieron casi toda la sesión en rojo. El Ibex restó un 0,60%, hasta los 10.846,40 puntos, mientras que París retrocedió un 0,98%, y Fráncfort, un 0,73%. Solo Londres (+0,73%) se anotó un avance. En el Ibex, los peores fueron IAG y OHL al caer más de un 2,50%, frente a Red Eléctrica (+1,42%), el mejor del día. En París, Valeo y Accor, con descensos superiores al 2%, encabezaron las bajadas.