Ramón SOLA
DONOSTIA

El PNV patina doblemente y EH Bildu refuerza sus tesis

La mayoría independentista en el Parlament supone un contratiempo para el PNV, que había mostrado su escepticismo con el resultado. Pierde además a su socio de Unió. EH Bildu, por contra, constata el momento de pisar el acelerador también en Euskal Herria.

«Es difícil que Catalunya sea un Estado, no engañemos a la gente». Lo afirmó el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, en una entrevista a Radio Euskadi recién iniciada la campaña electoral catalana. Acababa de volver de la Diada, donde también se posicionó a la defensiva, prometiendo a Artur Mas que le respaldarían «si la cosa acaba mal». Parece claro que el PNV ha patinado en sus pronósticos: desde anoche, que Catalunya llegue a ser Estado es algo más fácil, prácticamente la mitad de la ciudadanía se ha «engañado» con ello y Mas no necesitará ningún rescate jelkide.

El PNV había pasado de puntillas por la campaña, intentando mantener un equilibrio imposible entre sus socios históricos Convèrgencia y Unió, pero aparentemente con mayor querencia por Unió (recibió a su cabeza de lista, Ramon Espadaler, en Sabin Etxea y con cámaras). Ahora Unió prácticamente ya no existe, y el único socio o al menos referencia para los jelkides en Catalunya es el partido de Artur Mas, con una apuesta independentista inequívoca.

Así que Sabin Etxea tiene varios problemas con este resultado. Y similar, o mayor, es el atolladero del Gobierno de Lakua, que comprometió para esta legislatura un nuevo estatus y no ha hecho ninguna propuesta concreta ni ha operativizado la ponencia parlamentaria creada al efecto.

Como detalle significativo, en el Consejo de Gobierno de finales de agosto en el Palacio Miramar, Iñigo Urkullu se incomodó ante una pregunta bastante sencilla: si el Gobierno de Lakua reconocería una declaración de independencia catalana. Se escudó en que «no entro en la casuística». Y luego introdujo dudas sobre cómo se debía leer un resultado mayoritario por la independencia como el de anoche, al apuntar que «me da qué pensar» que para reformar un Estatuto se requieran mayorías cualificadas y para emprender un proceso independentista, por contra, se dé por buena una mayoría simple de escaños. Quizás mantenga este criterio para intentar aguar los avances catalanes y justificar su propio inmovilismo.

EH Bildu, por «otra marcha»

Por contra, la llamada de EH Bildu a «meter otra marcha» también en Euskal Herria queda reforzada con el resultado del 27S, al igual que con una campaña previa que ha dejado de relieve la precariedad de los argumentos del Estado. La coalición explicará hoy sus conclusiones en rueda de prensa.

EH Bildu ha tenido una implicación bastante mayor que la del PNV en la campaña catalana, respaldando a las dos listas independentistas. EA y Aralar han apoyado a Junts pel Sí mientras que Sortu y Alternatiba han hecho lo mismo con la CUP, pero dentro de una misma apuesta: un nuevo Estado en Europa.

En términos políticos, el resultado de ayer confirma que es muy necesaria una consulta en Catalunya y también en Euskal Herria. Y en este contexto, a la vuelta de la esquina está el registro por parte de EH Bildu de una ley al respecto en el Parlamento de Gasteiz.

Coincidiendo con la jornada electoral, ayer la publicación política catalana ‘‘Directa’’ difundió un adelanto parcial de la entrevista realizada a Arnaldo Otegi mediante cuestionario en la cárcel de Logroño. En ella el líder independentista preso se muestra autocrítico sobre el posicionamiento vasco ante el proceso catalán hasta la fecha: «Seguimos vuestro proceso con auténtica admiración y respeto. La vuestra es también nuestra batalla y tengo la impresión de que no lo hemos entendido y como pueblo no hemos estado a la altura en este momento histórico al no haber abierto un segundo frente antioligárquico en Euskal Herria».

Otegi sitúa el independentismo vasco y catalán en estos parámetros antioligárquicos y como mejor prueba recuerda que todos los poderes fácticos sin excepción se alinean en contra de ambos procesos.