Agustín GOIKOETXEA - Idoia ERASO - Arantxa MANTEROLA
BLBO - BAIONA
MANIFESTACIONES DE SARE Y BAGOAZ

El apoyo masivo y más plural pone de nuevo a los presos en la agenda

Una multitudinaria marcha –63.000 personas, según el recuento de GARA– exigió en Bilbo que se respeten los derechos básicos de los presos en el camino a la solución y la paz. Fue más plural que nunca.

Bilbo renueva la lucha contra la dispersión...

Decenas de miles de personas volvieron ayer a recorrer las calles de la capital vizcaina para reclamar el fin de la actual política carcelaria, la libertad de los presos gravemente enfermos o acabar con la legislación de excepción que aplica de facto la cadena perpetua. La afluencia de autobuses y vehículos particulares, que colapsaron los accesos al Botxo en el primer sábado de rebajas, obligó a demorar media hora su inicio.

A las 17.00, hora fijada para el comienzo de la manifestación convocada por Sare y Bagoaz, las calles del entorno de La Casilla estaban repletas de personas ansiosas de sumarse a ella. Autonomía estaba a rebosar y miles de personas comenzaban a colmatar la zona de Egaña y Zabalburu a la espera del paso de la manifestación, cuya llegada se hizo esperar.

Al frente, seis furgonetas de Mirentxin que semana tras semana recorren la geografía española y francesa para ayudar a los familiares en sus visitas. Portaban carteles luminosos que señalan los 780 kilómetros a Alacant, 850 a Córdoba y Murcia, 875 a Granada, 945 a Clairueaux y 1.040 a Almería. Su paso fue saludado, al tiempo que ocupantes de los vehículos encendían bengalas entre gritos de apoyo y aplausos.

Detrás iban familiares de los prisioneros gravemente enfermos Txus Martín, Josetxo Arizkuren, Iñaki Etxebarria, Jose Ramón López de Abetxuko, Ibon Fernández Iradi, Gorka Fraile, Gari Arruarte, Jagoba Codó, Aitzol Gogorza, Lorentxa Gimon e Ibon Iparragirre, con carteles en los que se recogía su delicado estado de salud. A continuación, en cuatro hileras encabezadas por quinqués, centenares de familiares, muchos de ellos niñas y niños, en una imagen que sobrecogía, coreando incesantemente «Euskal presoak etxera» al tiempo que mostraban las enseñas con las que se reivindica la repatriación de los presos.

A escasos metros, la pancarta con el lema ‘‘Derechos humanos, resolución y paz’’ en los tres idiomas oficiales en el país, que portaron la expresa Miren Zabaleta, los miembros de la CUP David Fernández y Anna Gabriel –que concitaron el interés mediático por el acuerdo que se había hecho público poco antes en Catalunya–, el músico Fermin Muguruza, la bertsolari Alaia Martín, el abogado Félix Cañada, el ex futbolista txuriurdin Iñaxio Kortabarria, el letrado Juan Daniel Barandiaran, el exconsejero de Justicia Joseba Azkarraga, la víctima de ETA Rosa Rodero, la también exconsejera de Lakua Gemma Zabaleta, el profesor de la UPV-EHU Iñaki Lasagabaster, el expreso Josemi Etxeandia (recientemente liberado tras cumplir la totalidad de la condena a pesar de estar enfermo), la periodista y también expresa Teresa Toda, Angelita Burgoa (madre del preso Ibon Iparragirre) y el exprisionero Juan Mari Olano.

En la espera, al margen de la expectación por la presencia de Fernández y Gabriel, fue sin duda la participación de Rosa Rodero –viuda del sargento de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea– el gran foco de interés mediático. Después de atender a los medios, departió con participantes como Jone Goirizelaia, Javier Madrazo, Tasio Erkizia y Gemma Zabaleta. Pasó más desapercibida la presencia del activista saharaui Hassanna Aalia, que se acercó hasta la pancarta para saludar a quienes la portaban.

Fue uno más de los participantes, entre los que se entremezclaban los secretarios generales de ELA y LAB, Txiki Muñoz y Ainhoa Etxaide, con otros miembros de sus centrales y otras fuerzas sindicales como Steilas, ESK y CNT, junteros de Podemos y cargos institucionales de EH Bildu, junto a dirigentes de las formaciones que conforman la coalición, sin olvidar al jeltzale Iñaki Zarraoa, habitual en estas convocatorias. La nómina de personas de la cultura y deporte fue amplia.

Con mucha dificultad, la movilización fue recorriendo la calle Autonomía entre aplausos y consignas hasta que, a la altura de la intersección con Alameda de Rekalde, se encontró con un centenar de solidarios con la causa vasca que portaban banderas de sus diferentes pueblos. «Libertad, libertad, detenidos por luchar», repetían los integrantes de Euskal Herriaren Lagunak, uniéndose al incesante «Euskal presoak etxera».

La gran pancarta con el lema ‘‘Euskal presoak Euskal Herrira’’, que se sumó a mitad de la calle, se fue quedando atrás rodeada por miles de personas a las que les costó avanzar cada metro. Más de media hora requirió alcanzar Zabalburu, donde Teresa Toda y Joseba Azkarraga efectuaron una valoración de urgencia en nombre de Sare, destacando el éxito de la cita.

Escuchar a la sociedad

Además, el exconsejero de Justicia mandó un mensaje a los «nuevos» actores políticos confirmados el 20D y también «a los viejos», recordándoles que la «inmensa mayoría» de la sociedad vasca reclama «medidas para terminar con el sufrimiento de la dispersión». Azkarraga añadió que «solo habrá una resolución del conflicto cuando las consecuencias del mismo se hayan solucionado; por supuesto la situación de las víctimas, pero también la de 470 presos a los que día a día se vulneran sus derechos».

Tras pasar el «nudo» de Zabalburu, donde al cortejo le costó transitar, enfiló Hurtado de Amezaga, donde, junto a la valla de la estación de Renfe, cuatro miembros de Askapena que fueron juzgados en la Audiencia Nacional por su internacionalismo solidario, advirtieron del riesgo de una condena de cárcel. En la plaza Circular, Komite Internazionalistak denunció la actitud del Estado turco hacia los kurdos, exigiendo la libertad para sus presos.

En torno a las 19.00, entre cánticos del ‘‘Hator, hator’’, los miembros de Etxerat ocuparon las escalinatas del Ayuntamiento, dejando paso a la pancarta de cabeza, cuyos portadores se fundieron entre las miles de personas que les seguían.

Dos parejas de barrenadores comenzaron a horadar una piedra caliza mientras su sonido se fundía con la txalaparta de Oreka TX. El harrijasotzaile Urtzi Telleria alzó en cinco ocasiones una piedra cilíndrica antes de que los bertsos de Amets y Maialen Arzallus –desde Baiona– se concatenaran con los de Alaia Martín y Julio Soto.

Xabier Euzkitze y Zuriñe Hidaldo tomaron después la palabra para denunciar el sufrimiento que sigue generando la dispersión. «No es posible, no es admisible que la política penitenciaria de un gobierno se aplique bajo los parámetros de la venganza», enfatizaron, antes de añadir que «es hora de decir ¡basta ya!» y retirar los obstáculos a la solución y la paz. El acto se cerró con la actuación musical de Xabi Solano, que sirvió como broche a una movilización multitudinaria.

...y Baiona añade emoción y color

Baiona se unió por primera vez a la marcha multitudinaria anual a favor de los presos y exiliados vascos reuniendo así a numerosos habitantes de Ipar Euskal Herria y ciudadanos venidos especialmente de Gipuzkoa y Nafarroa Garaia. La salida de Lauga y la llegada a las orillas del Errobi fueron los momentos más emotivos de la marcha de tres kilómetros que reunió a 8.000 personas.

La grave situación de Lorentxa Guimon, encarcelada en la prisión de Renne,s fue una de las protagonistas de la protesta de ayer. Tras la banderola principal, una específica rezaba en francés: «SOS Lorentxa Guimon. Liberad a los prisioneros enfermos».

Las reivindicaciones a favor de los derechos de los presos se oyeron sobre todo al comienzo de la manifestación, es decir, a su paso por el centro de la capital labortana, y recobraron fuerza en la última parte del trayecto.

Políticos, electos y miembros de diferentes movimientos sociales y sindicales hicieron suyas dichas demandas con su presencia. Así, las parlamentarias socialistas Frédérique Espagnac, Sylviane Alaux y Colette Capdevielle participaron en la marcha de ayer. Esta última, tras recordar la Conferencia Humanitaria por la Paz que tuvo lugar en París en junio pasado, subrayó que la de ayer no solo es una reivindicación ciudadana, sino asumida también por gran parte de profesionales y representantes de diferentes ámbitos políticos y sociales.

Citas necesarias

La consejera regional de Los Verdes-Europe Ecologie, Alice Leiciagueçahar, afirmó que son necesarias citas como la de ayer para recordar que la sociedad vasca sigue movilizada: «No les vamos a dejar que sigan sin hacer nada». Entre los consejeros departamentales se encontraban también el abertzale Alain Iriart y la socialista Marie-Christine Aragon.

Los alcaldes de Hendaia, Kotte Ecenarro; de Biarritz, Michel Veunac; de Arberatze, Sauveur Bacho; de Uztaritze, Bruno Carrère; de Izura, Daniel Olzomendi; y de Baiona, Jean-René Etchegaray, fueron algunos de los primeros ediles presentes en el acto. «Los gobiernos español y francés están inertes, hacen como si no vieran, o no quisieran ver, lo que ha sucedido desde hace cuatro años y medio» remarcó este último.

Por su parte, Lucien Betbeder, alcalde de Lekorne y presidente del Biltzar, declaró que participó en la marcha en condición de persona y también de electo para apoyar el proceso de resolución y recordó que «estamos en vísperas de la creación de la mancomunidad única y es necesario tratar los temas del acercamiento y la amnistía y tambíen encontrar una salida a esta situación». En ese sentido, apeló al Estado francés a respetar sus leyes.

En el bloque de representantes políticos y sociales estaban también los miembros de Sortu Rufi Etxeberria, Xabi Larralde o Maite Ubiria y los de AB Peio Etxeberri-Aintxart y Jakes Borthayrou, que denunció el bloqueo de los estados y aseguró, tras mencionar lo acordado en la Conferencia de Aiete, que «para que el proceso avance es necesario solucionar la cuestión de los presos».

Junto a ellos marchaban también numerosos electos municipales, entre ellos la concejala comunista de Donibane Lohizune Yvette Debarbieux y el abertzale de Baiona Jean-Claude Iriart, que explicó así su presencia: «Hay que reforzar el proceso de paz y apoyarlo hasta que se consiga».

Asimismo, estuvo presente el portavoz estatal de NPA, Philippe Poutou, que hizo declaraciones contundentes. «Mi presencia en esta manifestación es para mostrar mi solidaridad al pueblo vasco y a sus presos y para que el Estado cambie su postura sobre el acercamiento». Añadió que está en «completo desacuerdo con la indivisibilidad del Estado» y que reconoce el derecho del pueblo vasco a decidir, incluida su independencia.

Desde el ámbito sindical acudieron Michel Larralde, secretario general del sindicato CFDT del País Vasco, o Jean-Louis Dupin, responsable de la CGT-Salud y Acción social. El miembro de LAB y presidente del Consejo de Prud’Hommes (tribunal de asuntos laborales), Jerónimo Prieto, habló sobre la situación de los presos y recordó en particular la difícil situación de Lorentxa Guimon: «El Estado debería de aplicar su propia ley y liberarla».

La presidenta del Consejo de Desarrollo, Caroline Phillips, también afirmó que «el proceso de paz tiene que avanzar y encontrar el camino para que Euskal Herria se desarrolle».

Varios miembros del movimiento civil Bake Bidea, como Christophe Desprez o su presidenta Anaiz Funosas, así como representantes del Colectivo de Exiliados y de Presos Políticos Vascos, no faltaron a la cita.

Hablando al corazón

Tanto las declaraciones de electos, sindicalistas o miembros de movimientos sociales como el mensaje final coincidieron en interpelar a ambos estados para que aborden la resolución al tiempo que apelaban a la sociedad vasca a seguir trabajando en favor de la paz.

Sin embargo, hubo momentos especiales en los que los manifestantes sintieron más de cerca y con más fuerza la razón que los llevaba a manifestarse ayer por las calles baionarras. En concreto, el de la salida de los familiares, con sus característicos quinqués y banderolas de «Euskal preso eta iheslariak etxera». A su paso fueron recibidos con sentidos aplausos que resonaron en la rotonda de Lauga.

También llegaron al corazón los mensajes transmitidos por los bertsolaris en Bilbo y en el escenario labortano. Desde la capital vizcaina se oyeron en Baiona los bertsos de Julio Soto y los de Aiala Martin, que constataban que lo que había movilizado a los presentes era la certeza que con cariño y esfuerzo se pueden «mover las piedras».

Amets Arzallus, junto al Errobi, instó a la sociedad a «derribar el muro tirando desde los dos lados». Aunque fueron las palabras de su hermana Maialen las que más directamente llegaron al corazón de los manifestantes: «Tenemos un arma entre las manos, el amor del pueblo». Sus palabras recibieron la mayor ovación.

La jornada de ayer estuvo marcada en Baiona por la manifestación desde por la mañana, e incluso fuera de la ciudad, en las carreteras de llegada a Lapurdi, donde se produjeron retenciones de varios kilómetros en momentos puntuales.

Antes de su comienzo se dio a conocer que se habían sumado nuevos electos a la ya extensa lista de más de 200 cargos que apoyaban la protesta, entre ellos el alcalde de Banka, Michel Oçafrain; el de Uharte-Garazi, Jean San Pedro; y Beñat Arrabit, de Arrosa y presidente de la mancomunidad Garazi-Baigorri.

Desde el mediodía, la explanada Roland-Barthes mostró un gran ambiente que también continuó tras la manifestación gracias a la actuaciones de los Xiberoots, 2Zio eta Joseba B. Lenoir Gang.