Beñat ZARRABEITIA
Athletic

«Queremos ganar la Europa League»

Eneko Bóveda sonríe, si cabe, más. Valverde le ha abierto la puerta a la titularidad en el eje de la zaga, nuevo para él, pero al que se ha adaptado con rapidez. Otro billete que no quiere perder.

Eneko Bóveda fue el protagonista del programa «Harrobia» de anoche en Hamaika Telebista. El defensa de Durango cuenta con numerosas opciones para sustituir al sancionado Etxeita en el centro de la defensa rojiblanca de cara al derbi del domingo. Un puesto en el que parece haber convencido a Ernesto Valverde desde su inesperada irrupción en el choque frente al Eibar.

El conjunto armero ha sido clave en la andadura de Bóveda, ya que después de cuatro temporadas en Ipurua con un crecimiento personal y colectivo constante, se ganó el billete de vuelta para Lezama. Un lugar que conoce como la palma de su mano, ya que llegó a la factoría rojiblanca procedente de la Ikastola Maiztegi de Iurreta, con apenas 11 años. «Vine siendo un niño y me he sentido siempre como en casa, muchas veces he bromeado sobre la cantidad de horas que he pasado aquí, ya sea en las propias instalaciones o en los viajes que he hecho en autobús. Al final, lo cierto es que me he criado en casa y en Lezama». Sin embargo, al igual que otros integrantes de la plantilla actual, Bóveda tuvo que hacer las maletas para ganarse su retorno a la primera plantilla.

«Entonces tenía 20 años y ahora tengo 26. En estas edades seis años suponen un salto personal muy grande. Algo que en el fútbol se agudiza aún más, ya que nuestra trayectoria profesional suele ser de 10 o 15 años, por lo que estamos hablando casi de la mitad de una carrera. He tenido la suerte de estar en un equipo que en muy poco tiempo ha tenido un crecimiento muy grande como es el Eibar. He acumulado muchas experiencias e intento que todas ellas tengan un efecto positivo», reflexiona.

La apuesta de Garitano

La trayectoria de Bóveda en el fútbol profesional es inseparable de la de Gaizka Garitano como entrenador. Ambos realizaron conjuntamente el camino desde Segunda B hasta primera con el conjunto armero. El futbolista durangarra considera que «es la persona más importante de mi carrera. Llegó a Eibar en un momento delicado para mí, ya que después de la primera temporada que pasé allí había algunas dudas respecto a mi potencial. Gaizka apostó por mí, me conocía de antes ya que sigue muy de cerca todo lo que ocurre en el Bilbao Athletic o Lezama, y desde entonces ambos hemos compartido estrecha relación profesional. Él cree en mí y yo creo en él».

Eneko guarda un recuerdo imborrable sobre su paso por el conjunto armero, «una etapa muy bonita y entiendo que con el paso del tiempo valoraré aún más el haber sido una parte central de su crecimiento. Siento muy propio al Eibar aunque mi casa esté en Lezama».

En ese sentido y consciente de lo que le ha costado ganarse un sitio en el primer equipo de los leones, considera que es algo que tienen que tener presente todos los integrantes de las categorías inferiores del club. Su ejemplo o los de Aduriz, Iraizoz, Beñat, Etxeita o Eraso lo reafirman. Viajes de ida y vuelta, marcados por el crecimiento personal y futbolístico. Para Bóveda, «una cosa es lo que se escucha o lo que dicen los entornos con 18 o 20 años, cuando se dice que un jugador va a llegar, que si uno va a jugar el Mundial y el otro en ningún lado... Sin embargo, el fútbol y su ámbito laboral son muy amplios y será el tiempo el que te demuestre qué lugar te has ganado. El mundo no se acaba porque en un momento dado te den la baja en Lezama o alguien no confíe en ti».

Bóveda fue el primer jugador sobre el que el Athletic echó sus redes durante la temporada pasada, sus actuaciones durante la primera vuelta convencieron a la entidad de Ibaigane para repescarlo. «Para mí ha supuesto un gran salto hacia adelante. Es cierto que en lo personal ha supuesto el cierre de un círculo, pero en lo fútbolístico ha sido un paso hacia arriba. Afortunadamente, en los últimos cuatro años, más grandes o más pequeños, siempre he podido dar un salto hacia adelante. Es verdad que Athletic y Eibar compartimos categoría, pero lo cierto es que ambos competimos por dos objetivos muy distintos».

Pese a ser un lugar en el que ha pasado buena parte de su vida, el jugador de Durango reconoce que «cuando eres nuevo en un equipo siempre hay dificultades, al principio tienes más cuidado a la hora de vivir la situación con naturalidad». Y en esas llegó su gran oportunidad. El conjunto rojiblanco arrancó antes que nadie la competición debido a las previas de la Europa League, pero Bóveda no entraba en el once de Valverde. Hasta uno de los partidos más importantes de la historia moderna del club, la vuelta de la final de la Supercopa en el Camp Nou. 31 años después los leones tenían la oportunidad de volver a proclamarse campeones, como así fue, y Txingurri decidió situarle a él en el lateral derecho. «Fue un partido importantísimo para mí. En aquel momento no estaba entrando en los planes del entrenador y verme en el once en un partido tan importante para el club me dio mucha vida y la certeza de que tenía opciones de pelear por estar en el once».

Cumplió sobradamente y, en el marco de la euforia colectiva, la hinchada se quedó con su agradable tarjeta de visita.

Objetivos ambiciosos

Con la confirmación que supuso el título de la Supercopa, Bóveda es consciente del cambio de mentalidad que se ha dado en el vestuario rojiblanco. Es la principal diferencia que ve respecto a su efímero paso por el primer equipo de la mano de Joaquín Caparrós. «Desde que he vuelto, he visto unas ganas terribles por ganar. La tendencia del equipo ha sido de un crecimiento constante durante los últimos años, situándose entre los mejores de la Liga y jugando finales. No se pudo ganar y este año había un convencimiento de que con la Supercopa, la Copa o la Europa League teníamos que acabar en el balcón del ayuntamiento». Una reflexión en la que ahonda al señalar que «tenemos más convencimiento y ambición, ya no nos conformamos con ofrecer una buena imagen en Liga y llegar a alguna final. Queremos cosas más concretas como estar entre los mejores de la Liga y ganar la Europa League. Somos conscientes de que es muy difícil y de que puede que no lo consigamos, pero el mero hecho de hablar de ello y plantearlo ya es un síntoma de crecimiento».

En lo personal, comenzó en el lateral derecho pero, para sorpresa general, Valverde decidió ubicarlo en el eje de la defensa en el partido contra el Eibar. Apuesta que el técnico gasteiztarra ha repetido posteriormente. «Es algo que me sorprendió, la víspera de jugar contra el Eibar habló conmigo y me dijo que me iba a alinear en el centro de la defensa. Posteriormente he sabido que llevaba tiempo dándole vueltas e imagino que busca tener alternativas de distinto perfil».

Una nueva ubicación en la que reconoce que está «a gusto, es una posición que tiene similitudes con la de lateral. Al final, hay que ganar duelos directos, vencer en los saltos o anticiparse, pero es cierto que a la hora de dominar los espacios puede que me falten automatismos». No obstante, incide en que «me gustaría probarme para ver hasta dónde puedo llegar como central, tres partidos son una muestra muy pequeña y estoy convencido de que jugando y entrenando en esa posición tengo un margen de mejora muy amplio. En el fútbol hay cosas que se realizan de forma automática y para eso es imprescindible practicar».

Superada la cuesta de enero con nota a pesar de la eliminación copera, el Athletic continúa con su serie de partidos ante rivales complicados. Tras la derrota en el Bernabéu, la noria no para de girar con los inminentes enfrentamientos ante Olympique de Marsella y Real Sociedad. Bóveda considera que la cita europea puede tener una gran incidencia ya que «pasar o no la eliminatoria puede tener un efecto muy importante tanto en nosotros mismos como en el entorno ya que todos tenemos una gran ilusión puesta en la Europa League».

De cualquier forma, el durangarra, al igual que su técnico, es consciente de la que Liga es el elemento más importante para el club. «De cara a realizar una valoración más fiel a la realidad, la Liga es la competición que más se ajusta a esos criterios en lo que a regularidad y crecimiento respecta. 38 jornadas son una muestra lo suficientemente amplia. Es cierto que en Copa nos han eliminado bastante pronto pero, vista la eliminatoria, tampoco hemos podido hacer mucho más y en Europa un mal partido te puede dejar fuera, no es algo que queramos pero puede ocurrir. Por eso la Liga es tan importante».