Maitane ALDANONDO
Bilbo

LA SALVE RENACE APORTANDO SU ESENCIA A UNA CERVEZA DEL SIGLO XXI

La industria cervecera vasca ha tenido una larga tradición, pero ésta fue decayendo a lo largo del siglo XX. Uno de los referentes de las décadas 1960-1970 fue la empresa bilbaína La Salve, creada en 1886 por José Schumann y Cordés, hijo de un cervecero alemán asentado en la ciudad. El nombre proviene de la ubicación de la fábrica, situada en un recodo de la ría conocida popularmente como La Salve. La empresa desapareció en 1978, hasta que dos amigos, Jon Ruiz y Eduardo Saiz, decidieron recuperar la marca. Ambos han compartido trayectoria profesional en el campo de la distribución y la alimentación; lo que les permitió detectar en el desarrollo del mercado de la cerveza una oportunidad para llevar a cabo un negocio con su estilo y haciendo las cosas a su manera. Tomaron como referencia lo ocurrido con la marca Moritz en Barcelona y vieron un hueco claro para «una marca recordada con un montón de valores asociados, un diamante en bruto, un tesoro», explica Saiz.

Los dos promotores pusieron en marcha el proyecto con gente del mundo inversor, empresas del tejido industrial vasco, del campo de la alimentación, familiares y amigos. También la familia Perez-Yarza, últimos propietarios de la cervecera, decidieron formar parte de la iniciativa. Saiz recuerda que el proceso fue muy rápido, ya que lanzaron la idea en diciembre de 2013 y la sociedad limitada se constituyó el mes de julio de 2014. «En un mes llegamos a multiplicar por tres la cantidad de dinero inversor que habíamos puesto como necesario para arrancar con el proyecto». La cerveza La Salve volvió a comercializarse el 7 de agosto de ese mismo año y su puesta de largo fue días después en la Aste Nagusia.

El promotor valora la experiencia de esta puesta en marcha como algo «apasionante» y lo conseguido hasta el momento como el fruto de su dedicación. «Es una propuesta comercial que tiene cabida y los cinco que trabajamos a día de hoy de forma directa en la empresa estamos conquistando diariamente esa parcela para que sea una realidad. Es un mercado donde nadie regala nada. Con el trabajo, con el esfuerzo, con la pasión y haciendo las cosas diferente es como creamos la oportunidad. Lo hacemos día a día».

INNOVAR PARA COMPETIR

Llevan poco más de 18 meses en el mercado y están presentes en el 25% de los establecimientos hosteleros vascos, más de 1.050 locales, en el 95% de los puntos de alimentación y en todas las cadenas relevantes. Prevén que este año llegarán a los 2.600 establecimientos. De entre 300 nuevas marcas ha sido la que más ha crecido en 2015 y su facturación ha superado la del conjunto de las 16 marcas locales situadas en Euskal Herria. El pasado ejercicio comercializó más de 200.000 litros, multiplicando sus ventas por cuatro respecto a 2014. Este año alcanzarán el millón de litros en el mercado. Saiz señala que si consiguen cumplir con las previsiones serán «la marca pequeña más grande del Estado». Se confiesan muy contentos con la aceptación que están teniendo. «Euskadi es una zona donde los consumidores demandamos marcas de aquí que generen valor, con una forma diferente de entablar una relación con el consumidor y el cliente».

El mercado de la cerveza es muy competido, porque seis grandes empresas dominan el 99,99% del consumo, por lo que es difícil entrar. «Hay que competir en una serie de variables brutales a la hora de quitar clientes a las multinacionales. No le quitamos clientes a los pequeños, somos un dinamizador para que los pequeños se hagan grandes, porque con nosotros el mercado se ensancha». Precisamente una de esas grandes empresas pasó a formar parte del accionariado de La Salve en marzo de 2015. Tras seis meses de negociaciones Mahou-San Miguel adquirió el 25% de las acciones. Los dos promotores, que siguen siendo los accionistas mayoritarios, nunca pensaron que alguna de las multinacionales se acercaría a ellos, pero «a los dos meses de salir tres mostraron su interés». Esta asociación resuelve la cuestión de la distribución y les permite afrontar el propósito de alcanzar el 10% de la cuota de mercado vasco para 2019, con una facturación cercana a 14 millones de euros.

El objetivo de La Salve es el liderazgo local, pero de forma gradual quieren tener presencia en aquellos sitios donde los clientes buscan y valoran las marcas vascas. Por eso han arrancado dos planes para entrar en la hostelería de Madrid y Barcelona, donde ya están presentes en ocho locales. Están en una posición intermedia entre las grandes y las pequeñas marcas, lo que les permite aspirar a ser referentes en el campo de la innovación y el desarrollo (I+D). Esa es su baza para hacerse un hueco en el mercado, ya que como apunta Saiz «muchas veces se han olvidado de cosas tan importantes como la innovación porque igual no les ha hecho falta para seguir compitiendo. Vemos en la innovación una posibilidad de generación de valor y una necesidad para seguir compitiendo con las grandes».

Muestra de esa convicción, La Salve destinará el 20% de los beneficios anuales a esos conceptos. Por el momento el acuerdo de colaboración firmado con AZTI-Tecnalia hasta 2017 está siendo decisivo en esas áreas. En el marco de la alianza se definieron 8 proyectos a desarrollar en 4 años, entre lo que se encuentra elaborar cerveza sin gluten, una verdadera cerveza sin alcohol o La Salve Local, una cerveza kilómetro cero que quieren lanzar al mercado este mismo año. Hablan de recuperar terreno agrícola para plantar lúpulo o destinar el bagazo, subproducto resultante de la elaboración de cerveza, para su uso como producto alimenticio. El promotor reconoce que «ha sido un agente de tracción desde el momento que salimos al mercado. Son proyectos de un valor incalculable porque deben posicionar a la marca y al sitio donde está como elemento de innovación en el ámbito estatal. Supone una oportunidad para generar valor y riqueza».

PRODUCIR EN BIZKAIA DESDE 2016

Tienen cuatro cervezas en el mercado: Original, Original plus, Munich y Lager Auténtica. Las elaboran con las recetas originales en un intento por recuperar parte de su esencia, pero actualizándolas. «Los consumidores mayores cuando la prueban dicen que les recuerda a los antiguos sabores de los años 60. Tenemos claro que es parte de la nostalgia y del recuerdo, pero tenemos la obsesión de ser rigurosos porque creemos que en eso hay gran parte del alma de la marca», matiza Saiz. Actualmente se producen en La Rioja de la mano de uno de los accionistas, el maestro cervecero Alberto Pacheco. No obstante, pronto acometerán uno de sus propósitos iniciales: traer la producción a Bizkaia.

El promotor explica que con las cifras de ventas actuales y el crecimiento previsto necesitan controlar todo el proceso. Para este proyecto cuentan con el apoyo del fondo F4F de AZTI-Tecnalia y con un presupuesto inicial de dos millones de euros para hacer frente a la obra. La fábrica tendrá un volumen de producción anual de dos millones de litros, pudiendo crecer hasta los ocho millones. De acuerdo a un estudio elaborado por la consultora LKS, la superficie mínima necesaria sería de 2.000 metros cuadrados para el primer escenario, de 2.800 metros cuadrados para producir cuatro millones de litros, y recomienda una superficie total de 4.000 metros cuadrados para alcanzar los ocho millones. Estiman que la planta de producción generará 25 puestos de trabajo directos y 15 indirectos de distribución. «Nuestro objetivo es generar riqueza, empleo, fortaleza económica y proyección de la marca asociada a una marca de relieve como es Bilbao-Bizkaia», puntualiza Saiz.

La fábrica se construirá y estará operativa este mismo año. Quieren que sea un activo que genere valor para la empresa y esperan poder anunciar el emplazamiento en un par de meses. La antigua estación de La Naja es la prioridad para los dos promotores, pero si no es posible, tienen localizados otras posible localizaciones en la propia ciudad o en municipios cercanos, como la Escuela de Aprendices de Altos Hornos en Sestao. Buscan un inmueble con carácter arquitectónico singular e histórico en un emplazamiento que necesite de cierta regeneración urbana. «No nos queremos meter en cualquier sitio por muy buenas condiciones que nos den en algunos ayuntamientos o determinados agentes. Estamos buscando un edificio que venga en línea con la esencia de la marca que habla de recuperar un patrimonio que tuvimos. Queremos ser un dinamizador de nuestro pueblo, vender generando valor, riqueza y sobre todo recuperando historia». No será exclusivamente una planta de producción, sino un lugar que englobe recursos como el Museo de la Cerveza, el Instituto de la Cerveza, una zona de cata y degustación o espacios para actividades culturales. Aspiran a que sea un sitio neurálgico de encuentro tanto de gente de la ciudad como de turistas, ya que, como subraya Saiz, «la cerveza por su consumo y por como se entiende socialmente es un elemento socializador y de generación de actividad cultural más allá de la generación de valor». Además de un elemento de venta, quieren ser agentes activos de la cultura y muestra de este compromiso llevan organizados o patrocinados más de 350 eventos.

Cinco cervecerías artesanas vascas premiadas en Barcelona

La primera edición del concurso internacional de cervezas artesanas Barcelona Beer Challenge tuvo lugar el pasado domingo, 6 de marzo. Más de 150 marcas provenientes de 16 países se dieron cita en Museo Marítimo de Barcelona y presentaron 500 creaciones de los 34 grandes estilos cerveceros a competición. No faltó la representación vasca y cinco microcervecerías volvieron a casa con alguna de las tres medallas –gold, silver o bronze– otorgadas en cada apartado.

La bizkaitarra Baias y la gipuzkoarra Basqueland Brewing Project recibieron un doble reconocimiento. Los de Gorbeia fueron premiados con dos medallas de plata, una en el apartado Strong American Ale por IPA Baias y otra en el de Fruit and Spice Beer por Kerala Baias. Por su parte, los de Hernani quedaron en primera posición en los apartados Pale Bitter European e IPA Speciality con las cervezas Capt. Norb y Coastal Eddie, respectivamente. En esa segunda categoría la cerveza Hop Hunters Winter IPL de Bidassoa Basque Brewery fue merecedora de una medalla de bronce. La Martutene Jailbreak de Gar&Gar Donostia quedó en segunda posición en la categoría de American porter & stout, al igual que la cerveza Gorritxo de los gasteiztarraz GaragArt que se llevó la plata en la categoría American Amber Ale.