La UAGN utilizó facturas falsas para cobrar subvenciones
En 2010, el Consorcio de la Zona Media descubrió que la UAGN no había realizado unos talleres y el sindicato tuvo que admitirlo. Ahora, la documentación falsa que presentaron les pone en evidencia.
La Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (UAGN) no se limitó a rellenar hojas falsas para cobrar subvenciones por cursos no realizados. Según se desprende de los nuevos documentos que hace hoy públicos GARA, el fraude era mucho más complejo y requería de empresas instrumentales que elaboraban facturas para justificar los gastos de esos cursos ficticios. El problema está en que, una vez que se sabe que los cursos no llegaron a realizarse, todo el montaje se desmorona como un castillo de naipes.
A raíz de las publicaciones de GARA en las que se daba cuenta de una investigación abierta por la Guardia Civil, la Junta de la UAGN realizó de urgencia una rueda de prensa el 27 de abril reconociendo la existencia del fraude de falsificación de firmas para cursos. No obstante, el presidente del sindicato, Félix Bariáin, aseguraba no estar al corriente del fraude y decía ser una víctima más (dado que su firma aparece más de una vez en cursos no realizados). Las nuevas revelaciones que hace hoy pública este periódico siembran serias dudas sobre este testimonio de Bariáin, actualmente investigado por el Juzgado de Instrucción 1 de Iruñea.
Hoja de firmas falsificada
El primero de los documentos que recoge esta noticia es una hoja de firmas de un grupo de mujeres de un supuesto taller celebrado en Erriberri (Olite). Esta hoja se ha seleccionado porque existen otros tres testimonios que corroboran que ese taller jamás se celebró. El primero de ellos es la carta que tres extrabajadoras del sindicato enviaron a Javier Esparza (entonces consejero de Desarrollo Rural) en las que se alertaba de que este taller y otros tres más nunca se realizaron. Esta falsedad fue detectada por el Consorcio de la Zona Media, que así lo documenta en diversos informes, uno de ellos dirigido a una responsable técnica de Desarrollo Rural en 2011. En último término, la no celebración del curso fue corroborada por la vicepresidenta de la UAGN, Miren Sanz, que admite que la acción ni siquiera se inició a través de una instancia de renuncia (Documento 5).
Facturas irreales
El Documento 2 que acompaña este texto es la factura de una profesora por haber dado esta charla a la que hace referencia la hoja de firmas. Resulta difícil creer que UAGN abonara estos honorarios si esta técnico no dio el taller. Y sin embargo, el sindicato adjuntó un justificante de pago bancario con la transferencia, requisito necesario para cobrar la ayuda.
Más llamativas son las facturas que aparecen en los Documentos 3 y 4. En ellas figura la empresa Rural Imagen 2006. Los dueños de esa empresa son la propia UAGN y Fundagro (una fundación dependiente del sindicato) y en el momento de la emisión de las facturas estaba dirigida por Bariáin. Las dos facturas se relacionan con los cuatro talleres no celebrados. Concretamente, la señalada como Documento 4 recoge materiales que, supuestamente, se habrían entregado a los asistentes al taller. A través de la ficción de la entrega falsa de bolis y cuadernos, el sindicato pudo elevar el coste por alumno que asistía a sus cursos hasta los 22 por persona.
Al parecer, ese tipo de facturas de Rural Imagen se hacían de forma recurrente y GARA tiene en su poder otras muy similares que se corresponden a cursos sospechosos de no haberse celebrado. De hecho, en algunas de ellas el coste por alumno a través de entrega de material llega a superar los 60 euros, al incluirse manuales de más de 30 euros, además de maletines a 22 euros y portaminas a 2,5. El sentido de recurrir a este tipo de facturación –presuntamente– se debe a que la elaboración de materiales para la charla no era subvencionable, pero sí se podían recibir fondos públicos para elementos usados allí.
El Documento 4 es otra factura de Rural Imagen que mezcla cosas ciertas con elementos imposibles o de difícil justificación. Las inclusiones de los artículos en la revista “Tempero” y el periódico “La voz del agro navarro” son ciertas. Lo que no parece verdad es el contenido de dichas noticias. Llama la atención también el precio de esos artículos, un tanto alejado de lo que se cobra en revistas de tirada semejante.
Al igual que ocurre con las facturas de bolis y cuadernos, otros cursos identificados como falsos por las trabajadoras en su carta a Esparza también cuentan con cuantiosas facturas de Rural Imagen por dar publicidad a las actividades. Una de ellas, sobre cursos en Valles Pirenaicos, tiene un concepto “Gestión de medios” por un valor de 4.500 euros sin IVA.
Tampoco parece demasiado verosímil que Rural Imagen haya imprimido 200 carteles y 1.500 folletos publicitando unos talleres no realizados. Sobre todo, habida cuenta de lo que firmó la vicepresidenta del sindicato después de que los técnicos del Consorcio de la Zona Media descubrieran el fraude.
Reparto de responsabilidades
El último documento que hace público hoy GARA es la renuncia a la subvención. Por un lado, porque la UAGN asume que la acción «No se ha iniciado», lo que equivale reconocer que todas las facturas, incluso los carteles y folletos de Rural Imagen 2006, no tienen razón de ser. Por otro lado, por la firmante de la renuncia: Miren Sanz, que es la vicepresidenta de UAGN. Esto desmiente la afirmación de que la Junta desconociera el fraude. Es más, según se ha publicado, Sanz y Bariáin figuran como investigados. Junto con ellos están todos los consejeros de Rural Imagen 2006: David Lezáun, Jesús Recalde y José Andrés Palacios. Asimismo, la juez también ha mostrado mucho interés por esta empresa clave en varios de los interrogatorios que ya se han realizado.