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BILBO

Despedidas en Amurrio y Urduña para Fandiño tras una muerte «inevitable»

El considerado mejor torero vasco de la historia, Iván Fandiño, muerto el sábado por una cornada en Las Landas, fue velado ayer en Amurrio y se le incinerará en su localidad natal, Urduña. Los médicos remarcan que el fallecimiento era «inevitable» por los daños «irreversibles» en hígado, riñón y pulmones.

El tanatorio de Amurrio y el cementerio de Urduña son los dos escenarios de la despedida al torero vizcaino Iván Fandiño, fallecido a las 21.30 del sábado tras una cornada en la pequeña plaza de una minúscula localidad landesa de apenas 7.000 habitantes, Aire sur L‘Adour [la noticia no apareció ayer en el ejemplar en papel de GARA, aunque sí en el digital, por un problema de edición].

El fatal desenlace del torero, uno de los más importantes del escalafón actual, fue anunciado por su propia cuadrilla nada más producirse, pero hubo que esperar a ayer para tener un parte médico detallado desde el hospital de Mont de Marsan. La razón es que el matador llegó allí ya cadáver tras haber sufrido dos paros cardíacos en la ambulancia que recorría los 33 kilómetros desde Aire sur L‘ Adour.

El doctor Poirier, jefe de servicios del hospital Layné de la ciudad landesa, informó de que Fandiño entró a la enfermería de la plaza ya «prácticamente sin pulso. El hígado le había reventado y la vena cava también había sido seccionada».

Se mantuvo con vida durante algo más de una hora, pero el médico insiste en que el fallecimiento resultaba «inevitable» debido a los daños «irreversibles» en hígado, riñón y pulmones producidos por una cornada de quince centímetros. El propio Fandiño pareció plenamente consciente de la situación, ya que tuvo tiempo de decirle al matador Thomas Dufau, con quien compartía cartel: «Que me lleven rápido al hospital, que me estoy muriendo».

Fueron las últimas palabras de Fandiño, que tenía 36 años. Deja una hija de apenas un año. Aunque en la actualidad residía sobre todo en Guadalajara, por motivos relacionados con su profesión, mantenía un intenso contacto con Urduña.

Primero pelotari

Nacido el 29 de setiembre de 1980, Iván Fandiño despuntó primero como pelotari pero pronto se decantó por la tauromaquia. Se vistió de luces por vez primera en Laudio en 1999 y confirmó la alternativa en Vista Alegre (Bilbo) en 2005, pero su carrera se disparó en 2011 y 2012 y se asentó ya definitivamente en la Alcarria.

Fue el triunfador de la Feria de San Fermín de 2013. Y ya en 2015 se encerró con seis toros de ganaderías muy poderosas en Las Ventas de Madrid, en una corrida con tintes míticos aunque luego no satisfizo las expectativas. «Tengo una cita con la Historia. Si he de morir, moriré libre», dijo entonces.