Beñat ZALDUA
DONOSTIA
FALLECE MIGUEL BLESA

Blesa, punto final a la farsa del milagro económico español

El expresidente de Caja Madrid, condenado por las tarjetas black, fue encontrado ayer muerto con un disparo en el pecho.

«He hablado con Paco y me dice que encantado, que le llames y te lo acerca a casa. Tiene el caviar Sevruga a 1.000 euros/kg, pero nos aconseja el Beluga Royal 00=, que en la calle lo vende a 4.000 euros/kg, pero a nosotros nos lo deja en 1.600 euros/kg (merece la pena), que no lo digamos a nadie. Cómprale ¼ de cada y pruebas. Un abrazo». El mensaje lo escribe un directivo de la antigua Caja Madrid al entonces presidente de la entidad, Miguel Blesa, cuyo cuerpo fue hallado ayer en una finca de Villanueva del Rey (Córdoba) con un disparo de rifle en el pecho. Las primeras informaciones apuntaron a un presunto suicidio, si bien la naturaleza de la muerte queda por confirmar.

Pocos como Blesa –Rodrigo Rato, quizá– simbolizan la economía de casino que rigió el Estado español hasta que la crisis hizo estallar una burbuja que no solo era inmobiliaria. Una forma de hacer que queda retratada en los 460 correos electrónicos del propio Blesa que la red Xnet hizo públicos a través de la web correosdeblesa.com. Regalos a diestra y siniestra –llego al cargó con los votos del PP y de IU–, un tren de vida millonario, desinterés por la marcha financiera real de la entidad –que llevaron a pique–, venta de preferentes a pequeños ahorradores... el relato del milagro económico español cae como un castillo de naipes email tras email.

El banquero de Aznar

Vayamos por partes. La fortuna empezó a sonreír a Blesa en la década de los 70, cuando conoció a un joven José María Aznar en las oposiciones a inspector de Hacienda. Ambos compartieron, además, su primer destino una vez conseguida la plaza: Logroño. Pero perseguir morosos y evasores no era la vocación de ninguno de los dos. Uno se fue a la política, mientras el otro abrió una asesoría fiscal para ayudar a empresas y particulares a pagar menos impuestos. Qué mejor que un inspector de Hacienda para eso.

Sus caminos se volvieron a cruzar un lejano 1996, cuando Aznar llegó a la Moncloa y se rodeó de sus más cercanos. «Aznar solo tenía dos amigos íntimos: Juan Villalonga y Miguel Blesa», publicó en su día la prensa madrileña. Al primero lo colocó en la recién privatizada Telefónica y al segundo al frente de Caja Madrid, la cuarta entidad financiera estatal detrás del Banco Santander, BBVA y la Caixa, además de gallina de los huevos de oro para el PP madrileño, cuyas luchas intestinas (entre Alberto Ruíz-Gallardón y Esperanza Aguirre) acabaron sacando a Blesa de la caja en enero de 2010, momento en el que fue sustituido por Rodrigo Rato. Pero eso es correr mucho.

En medio quedan trece años de mandato durante los cuales Caja Madrid se expandió internacionalmente, logrando sus mejores resultados en 2007, con la crisis a punto de explotar. La fórmula mágica fue pedir dinero a Alemania a espuertas y repartir créditos como si no hubiera un mañana. Pero lo hubo. Eran pies de barro para un castillo que no tardó en derrumbarse tan pronto pinchó la burbuja y se comprobó el escaso valor de la mayoría los créditos. Ni la venta indiscriminada y plenamente consciente de participaciones preferentes a pequeños ahorradores salvó la caja.

Pero por un momento, Blesa pareció librarse de la tormenta. A los 63 años, acabó su etapa en Caja Madrid con una indemnización de 2,8 millones de euros, mientras la entidad se fusionaba con Bancaja y otras cajas para fundar Bankia bajo el mando del flamante exvicepresidente español y exdirector del FMI, Rodrigo Rato. Su foto tocando la campana del parqué el día que la entidad salió a Bolsa quedará para la historia. También su imagen esposado con la mano de un policía sobre su cabeza, gracias a la acción de la iniciativa 15MpaRato, verdadero motor de las querellas que han sentado en el banquillo a los principales responsables de Caja Madrid y Bankia (ver despiece). «La muerte extingue la responsabilidad penal de nuestras causas contra Miguel Blesa, pero no convierte a nadie en inocente. Seguimos trabajando», escribieron ayer en su cuenta de Twitter.

22.429 millones de rescate

Blesa no solo pasará a la historia como corrupto, sino también como inepto y pésimo gestor. Ya en 2004, con la economía española creciendo a ritmo vertiginoso y un paro por debajo del 10%, los inspectores del Banco de España lanzaron un primer aviso a la entidad que presidía, pese a que en aquellos años exhibía ganancias millonarias: «Es necesario controlar la actividad promotora inmobiliaria, pues conlleva un elevado nivel de riesgo». Aviso repetido dos años más tarde: «La gobernanza de la entidad es mejorable».

Nadie tomó nota, ni en Caja Madrid ni en el Gobierno ni en las cúpulas de los organismos reguladores. Seis años más tarde, Bankia era rescatada con 22.429 millones de euros de dinero público. Once años después, el principal responsable de semejante disparate, junto a Rodrigo Rato, yacía en una finca cordobesa con un tiro en el pecho.

El exbanquero se va con muchas responsabilidades sin depurar

Miguel Blesa fue condenado a seis años de cárcel el pasado mes de febrero en el caso de las tarjetas black, las cuentas opacas con las que directivos y consejeros de Caja Madrid dilapidaron de forma ilegal y al margen del salario acordado 12 millones de euros. El propio Blesa gastó 436.688 euros. La sentencia fue recurrida, por lo que se encontraba en libertad hasta que el Supremo dictase la sentencia definitiva.

Pero antes ya había ingresado dos veces en prisión. Fue en el marco de la investigación sobre la compra del City National Bank de Florida por parte de Caja Madrid en 2008. Por orden del juez Elpidio Silva, Blesa ingresó en prisión el 13 de mayo de 2013, si bien salió a los cuatro días, después de abonar los 2,5 millones de euros de fianza. Un mes después, el juez volvió a decretar el ingreso en la cárcel, de la que salió a las dos semanas gracias a la Audiencia Provincial. El caso fue finalmente archivado y el juez Silva acabó inhabilitado.

Además, Blesa estaba imputado en dos expedientes más. El caso sobre los sobresueldos irregulares, en el que la Fiscalía pedía para él una pena de 4 años de prisión, estaba a punto de ser juzgado, mientras que la pieza en la que se investiga la comercialización de participaciones preferentes sigue en fase de instrucción en la Audiencia Nacional española.B.Z.