EDITORIALA
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El Che continúa inspirando la lucha por el cambio

Hoy se conmemora el 50 aniversario del fusilamiento del guerrillero argentino-cubano Ernesto Guevara de la Serna en Bolivia. Tras su muerte, el Che se convirtió en una de las figuras más emblemáticas del siglo XX. Un revolucionario que tras participar en la victoria de la Revolución cubana abandonó en la isla despachos y cargos oficiales para luchar en África y América por la liberación de los pueblos del Tercer Mundo, y que finalmente terminó muriendo en ese impulso internacionalista. Su vida fue un ejemplo ético y también un ejemplo de audacia, compromiso y altruismo que inspiró a muchas personas a lo largo y ancho de todo el mundo.

El Che murió en un momento de auge de la lucha anticolonial. En aquella época un gran número de países alcanzaron su independencia, muchos de ellos además, tras largas luchas de liberación. A pesar de que el Che fue derrotado y su estrategia insurgente salió malparada de la experiencia boliviana, su lucha, como tantas otras, fue un ejemplo de coraje que dejó enseñanzas que, posteriormente, han servido para ensayar nuevas estrategias mucho más efectivas. Tal como recordó ayer el presidente de Bolivia, Evo Morales, ellos mantienen los mismos objetivos por los que luchó el Che, sin embargo, mientras el Che quería liberar con balas, ellos lo hacen con votos.

Cada época y cada lucha tiene su propio contexto, relación de fuerzas y objetivos. Ese conjunto es el que determina las estrategias políticas más adecuadas para modificar las relaciones de poder, transformar las relaciones sociales y alcanzar la libertad. Y el intento de trasladar miméticamente una experiencia fuera de su contexto suele terminar en fracaso. Quizás lo que el ejemplo del Che nos enseña es que nuevas revoluciones estallan una y otra vez por el impulso que mueve a la gente a construir una sociedad más justa. Y en ellas surgen también nuevas épicas, como estamos viendo estos días en Catalunya.