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Las lluvias que sacudieron Bizkaia no fueron detectadas por Euskalmet

Tareas de achique en Muxika y Gernika seguían ayer al «susto» de la víspera, cuando las fuertes trombas de agua cogieron por sorpresa a los habitantes de ambas localidades de Busturialdea. Desde Euskalmet se explica que no se lanzó ninguna alerta porque no detectaron que un fenómeno de esas características pudiera suceder en Bizkaia.

Los afectados por las lluvias torrenciales que se registraron el jueves por la tarde y la noche en Bizkaia, especialmente en localidades de Busturialdea y Uribe Butroe, dedicaron ayer la jornada a evaluar y reparar los daños producidos, que podrían sumar un millón de euros según la estimación inicial de las aseguradoras. Las intensas precipitaciones generaron alrededor de un centenar de incidencias en los servicios forales de carreteras y bomberos, especialmente en Gatika, Maruri-Jatabe, Muxika, Gernika e Ibarrangelu.

Los bomberos, por ejemplo, rescataron a una veintena de personas que habían quedado atrapadas en sus vehículos y atendieron quince avisos por inundaciones de garajes, locales y viviendas. La localidad más afectada fue Muxika, donde su alcalde, Aitor Goldaraz, aseguró que la víspera vivieron momentos de «pánico» porque «el agua venía con muchísima fuerza y en poquísimo tiempo».

En declaraciones a Radio Euskadi, José Antonio Aranda, responsable de Euskalmet, confesó que fue «una situación que no vimos venir». «No hay ningún modelo meteorológico, ni nuestro ni del mundo, que haya visto esto», reiteró.

«Ocurrió una cosa muy extraña. Se vieron copos de nieve donde no se tenían que ver copos de nieve», desveló. Aranda comentó que este tipo de precipitaciones son más propias del verano, pero «en invierno este tipo de intensidad es desconocida, cayeron ocho litros y medio en 10 minutos».

El primer edil afirmó que el «susto» les vino de «imprevisto» a las y los muxikarras, que pasaron una tarde y noche «complicada». Goldaraz apuntó a que la situación no fue fácil para los habitantes de la zona más baja del municipio, donde está la confluencia del río Oka con el Elizalde, al haberse desbordado ambos. Muchos vecinos tuvieron que dormir en casa de amigos o de familiares. «Algunos están incluso en el bar», desveló.

«No hemos tenido ningún aviso. Otras veces hay avisos amarillos o naranja, grados... pero esta vez no ha habido ningún aviso como para decir que puede haber riesgo de inundaciones o lluvias intensas. Si no, se toman medidas respecto a los coches, los caseríos aislados o el ganado. A partir de las 18.30 empezó a llover y fue un caos», lamentó.

El alcalde de Muxika, al igual que el de Mungia, manifestó que no les avisaron de lluvias torrenciales que les hubiera permitido desde el Ayuntamiento «tomar algunas medidas para evitar daños como avisar para la retirada de coches aparcados en zonas bajas y el desplazamiento de ganado». Ayer aconsejó a los vecinos que «saquen fotografías y videos de todo para hacer cualquier valoración».

Goldaraz trataba de sacar algo positivo de la experiencia extrema vivida la víspera, y es que los vecinos estaban ayudándose unos a otros para achicar agua y retirar el lodo que ocupaba bajos de viviendas y algunos establecimientos. El alcalde anunció que se coordinarán con la Diputación y con Lakua «para el tema de los daños». También tratarán de que el consorcio de seguros agilice los trámites porque «son muchos».