Mikel CHAMIZO
BILBO

Musika-Música explorará el sonido de entreguerras

El maratón anual de conciertos de música clásica de Bilbao, el festival Música-Musika, se celebrará este año entre el 1 y el 4 de marzo y estará dedicado a los compositores que vivieron y crearon música durante el período de entreguerras del siglo XX (1914-1939), con el deseo de mostrar el amplio espectro de géneros y tendencias estéticas de la época.

El festival Musika-Música, que nació en 2002 al amparo de la Fundación Bilbao 700 con el objetivo de acercar la música clásica a la ciudadanía, vivió un momento clave en su historia en el año 2014. En aquella edición el festival bilbaIno, que durante más de una década había sido una filial del conocido La Folle Journée de Nantes, se desvinculaba de la organización francesa para iniciar su andadura en solitario. Nantes había apostado ese año por una programación en torno a la música americana del siglo XX, desde el jazz a Philip Glass y a las bandas sonoras de Hollywood, y transportarla a Bilbo le pareció demasiado arriesgado al equipo liderado por Begoña Salinas, que decidió jugar sobre seguro y vertebrar el festival en torno a dos de los compositores más populares de todos los tiempos, Beethoven y Brahms. Se reforzó asimismo la presencia de artistas del Estado español, que ya habían tenido su hueco en el pasado pero que ahora pasarían a ocupar una parte central de la programación. La Orquesta Sinfónica de Euskadi, por ejemplo, no comenzó a participar en el Música-Música hasta el 2014.

Sin embargo, y aunque la decisión de escindirse de La Follee Journée apuntaló la personalidad propia del Musika-Música, también evidenció un marcado conservadurismo por parte de la organización, que parecía estar demasiado preocupada por batir, año tras año, las astronómicas cifras de asistencia del festival como para arriesgarse a apostar por a autores no tan comerciales.

Por eso la edición del 2018, diseñada por completo por la nueva directiva de Josune Ariztondo, fue una sorpresa desde su anuncio hace un año y aún más tras conocerse los detalles de la misma en la rueda de prensa del pasado miércoles: estará dedicada al periodo de entreguerras, a los años comprendidos entre 1914 y 1939, y junto a autores tan populares como Ravel, Rachmaninov, Sibelius o Shostakovich apostará por compositores que aún se le siguen resistiendo al gran público, como Bartók, Stravinsky, Schoenberg o Poulenc, e incluso por autores de nicho como Webern, Berg, Nielsen, Korngold, Kreisler, Respighi, Ibert o Martinu.

La predicción es clara: este Musika-Música verá circular menos multitudes por los pasillos del Euskalduna –el año pasado se bordeó la cifra de 35.000 asistentes–, a no ser que la comunidad melómana bilbaina y el númeroso público que acude desde fuera reaccione de forma inesperada a la propuesta. Y, sin embargo, en un plano artístico, es quizá la edición más rica y variada de la historia del festival, además de una puerta de acceso bien compendiada y reveladora a uno de los períodos más fascinantes de la historia del arte y de la música.

Una época, como señaló en su presentación el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, marcada por periodos de júbilo, como los “felices años 20” del pasado siglo, y otros de “desolación”, como el generado por la crisis financiera de 1929. Una «época convulsa en la que los compositores europeos se alejaron de las convenciones musicales establecidas en los siglos anteriores y buscaron sus propios lenguajes musicales generando nuevos y diversos universos creativos», en palabras de la organización, que para asomarse a toda esta diversidad ha preparado más de 70 conciertos y actividades divulgativas y didácticas entre el jueves 1 de marzo y el domingo 4, fechas de celebración del festival. La mayoría de ellas, 56, se concentrarán el sábado y el domingo, con un total de 1500 músicos participantes entre profesionales y aficionados.

Habituales y novedades

El concierto inaugural se celebrará el jueves y correrá a cargo de la Orquesta Sinfónica de Bilbao, que tradicionalmente abre todos los Musika-Música. En esta ocasión lo hará con la ayuda de la Sociedad Coral de Bilbao y el Coro Easo para interpretar la ambiciosa cantata “Kullervo” de Sibelius. Entre las orquestas participantes figuran algunas que son ya habituales de la cita bilbaína, como la Orquesta Sinfónica de Galicia, la Orquesta Ciudad de Granada o las sinfónicas de Nafarroa y Euskadi, pero también conjuntos foráneos de tanta calidad como la Orquesta de Cámara Europea, la Camerata de la Royal Concertgebouw Orchestra de Ámsterdam, los Solistas de Salzburgo o la Orquesta Sinfónica de San Petersburgo, que abordará una obra paradigmática de la Segunda Guerra Mundial, la “Sinfonía nº 7” de Shostakovich, que ellos mismos estrenaron en 1942 con el ejército nazi a las puertas de la ciudad de Leningrado. Entre los solistas destacan muchos que ya son “familia” del festival, como los pianistas Judith Jáuregui, Iván Martín y Luis Fernando Pérez, los violinistas Lina Tur Bonet y Artur Kakanovskiy y los violonchelistas Iagoba Fanlo y Pablo Ferrández. Entre las agrupaciones de cámara, los cuartetos de cuerda Artis y Gerhard, el Trío Ludwig y el Trío Galdós Como novedad, este año participará también la Banda Municipal de Txistularis de Bilbo, que interpretará obras de Guridi, Butrón o Intxausti. Las entradas tendrán precios populares que oscilan entre los 4 y los 12 euros, y se celebrarán asimismo conferencias y mesas de debate en torno al periodo de entreguerras, de acceso gratuito.