GARA
BILBO

El Museo de Bellas Artes muestra la época de Goya como pintor de la corte

La exposición de la pinacoteca bilbaina está compuesta por un total de 96 obras, de las cuales el núcleo principal, 72, proceden de la colección del Prado. El motivo de la muestra «Goya y la corte Ilustrada», según precisa su comisaria Manuela Marín, es explicar el Goya pintor de la corte ilustrada de los Borbones de entre siglos, como indica el título, «pero muestra además, su increíble categoría como artista y creador de imágenes.

Entre las piezas que podrán verse en el Museo de Bellas Artes de Bilbo figuran obras maestras del pintor de Fuendetodos (Zaragoza), Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828), como “La gallina ciega”, el retrato de “Carlos III, cazador”, “El pelele”, “La vendimia”, “Muchachos trepando al árbol”, “Niños con perros de presa” y el retrato del Marqués de San Adrián, entre otras.

De las 96 piezas expuestas, 36 son cuadros del propio Goya, de ellos 25 de la colección del Museo del Prado y 11 más aportados por el museo bilbaino y otros centros artísticos y colecciones particulares.

Junto a ellos, se muestran, por primera vez al público fuera del Museo del Prado, 11 cartas de puño y letra del artista pertenecientes a su correspondencia con su amigo aragonés Martín Zapater.

El resto, 43 cuadros, son obras pertenecientes a los pintores más importantes de la corte y contemporáneos de Goya como Paret, Maella, Del Castillo, Meléndez, Carnicero y Tiépolo.

La muestra permite apreciar al Goya que «ilustró los cambios que quisieron imprimir a su reinado los Borbones españoles en el siglo XVIII. Así, se puede observar la tendencia de los nuevos Borbones (Carlos III y Carlos IV) por propiciar una unión de las distintas clases sociales y alejarse de esa forma de la imagen de separación casi sagrada de los reyes del resto de los mortales», que había imperado hasta entonces, remarcó ayer Marín.

Puso como ejemplo el cuadro “La gallina ciega”, «donde se ve a los aristócratas jugando a este juego junto a los majos y las majas que en la época representaban a las clases populares, aunque se puede apreciar también la tensión y el desagrado que este acercamiento produce en la nobleza, en el gesto de una de las aristócratas».

La exposición inicia su recorrido con la llegada de Goya a la corte de Madrid en 1775, cuando empieza a pintar cartones con escenas de caza para los tapices del rey.

En esta exposición hay una sección «dedicada a lo que podría llamarse el imperio de la mujer, que es importante e interesante porque refleja el nuevo papel de la mujer en la época», agregó la comisaria.

En este sentido, Manuela Marín señaló que el cuadro “El pelele” puede considerarse como una de las primeras obras sobre «el poder de la mujer», ya que en el mismo aparece un grupo de cuatro jóvenes manteando la figura de un hombre.

Marín aconseja al espectador observar con detenimiento los retratos de Goya para apreciar cómo el genio aragonés «llegaba hasta el fondo mismo del retrato, hasta calarlos por completo, pero sin juzgarlos».

«Pese a lo que se ha dicho en ocasiones –precisó–, Goya no juzga; presenta lo que ve, pero no dice, ‘Este es mejor, este es peor’; eso lo deja a criterio del espectador. Tan solo nos los presenta con absoluta claridad».

La muestra estará abierta hasta el 28 de mayo.