Carlos GIL
Analista cultural

Entre dos hilos

Nadie hablará de nosotros cuando dejemos de vindicar lo justo. Andamos desnortados porque los enemigos han pasado de ser líquidos a ser gaseosos. Nadie parece estar haciendo sombra, ni sus perfiles pueden siluetear algo más que una insignificancia. Ando leyendo al filósofo coreano Byung-Chul Han y me tiene inmerso en un proceso de asimilación de su descripción del sistema variable en el que vivimos. No es que cambien los paradigmas, en que hemos superado eras, etapas, sin ser conscientes ni tener una mínima guía de supervivencia.

Asegura que estamos en una segunda Ilustración y que superada la estadística, ahora el control viene de eso que mencionamos con ligereza: Big Data, donde parece ser que van a saber hasta lo que vamos a pensar en los próximos segundos. Es decir, podría ser que por un algoritmo que desconozco, algo o alguien siguiera escribiendo este artículo porque ya ha descifrado lo que he de pensar o estoy pensando. No me da miedo, porque estoy entre dos hilos que se han perdido, el telefónico y el umbilical, ya que también superada la época bacterial estamos de lleno en la neuronal.

Colocado en esa nube que alimentamos con esa voluntad gregaria de estar a la última en medios que nos proponen una ficción de libertad, deberemos aferramos de manera incansable a lo que nos proporcione belleza humanista, cultura descifrada, comunión con el esencialismo dialéctico, en una polaridad alterna de negatividad y positividad en equilibrio. Los excesos pueden llevar al cansancio.