Agustín GOIKOETXEA
BILBO

Una inversión de 730 millones hará posible que el TAV entre en Bilbo

Los gobiernos de Madrid y Gasteiz, junto con el Consistorio bilbaino, presentaron ayer el proyecto de la nueva estación de Abando, a la que quieren que llegue soterrado el TAV en 2023 después de una inversión estimada de 730 millones de euros. Estas instituciones postergan hasta entonces la gran operación urbanística que se acometerá en el corazón de la ciudad, con la que pretenden obtener las plusvalías necesarias para sufragar buena parte de los trabajos.

El ministro de Fomento, Iñigo de la Serna; la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras de Lakua, Arantxa Tapia; y el alcalde de Bilbo, Juan Mari Aburto, presentaron ayer el proyecto de la nueva estación de Abando, que permitirá la entrada del TAV al centro de la capital y abre la puerta a una gran operación urbanística. El primer edil calificó de «histórico» el día por lo que suponía de espaldarazo a la alta velocidad mientras en el exterior decenas de miles de mujeres se manifestaban con motivo de la huelga feminista.

Una vez que el proyecto de la intermodal está definido, se pondrá en marcha de forma inmediata la tramitación del estudio informativo, que estará en noviembre para ser sometido a información pública, con el fin de que en verano de 2019 esté definitivamente aprobado. El plazo de ejecución será de cuatro años, por lo que se aventura que las obras finalizarán para 2023, dando cumplimiento al cronograma temporal acordado.

El acto interinstitucional se produjo un año después del acuerdo que las tres administraciones adoptaron sobre el soterramiento y la definición de las características básicas de esa obra. Así, el TAV accederá al corazón de la villa a través de un túnel de 6,2 kilómetros. La solución acordada contempla una estación intermodal integrada, con las líneas de cercanías de Renfe y Feve, conexión directa con el metro, con un intercambiador de autobuses de 13 dársenas, así como un parking de 550 plazas y una parada de taxis.

La terminal –cuyo acceso se realizará desde el vestíbulo de la actual estación, a cota de la calle Hurtado Amezaga– dispondrá de dos niveles con ocho vías cada uno para el tráfico ferroviario y una entreplanta solo para viajeros entre ambas plantas. El nivel inferior se destinará para los tráficos de ancho convencional, como las cercanías, y los de la red de ancho métrico que se van a desplazar desde la estación de La Concordia, edificio singular que dejará de tener uso ferroviario.

De la Serna señaló que el coste estimado para todo el proyecto, tanto de acceso del TAV a Abando como de construcción de la intermodal, es de 730 millones de euros, aunque precisó que se trata de un cálculo «orientativo». Será financiada al 50% por el Ejecutivo español y las administraciones vascas.

No sé avanzó cómo se afrontará esa gran inversión, aunque se apunta a que un montante importante saldrá de la operación urbanística que se acometerá una vez que la playa de vías y otras instalaciones anexas dejen libres 90.000 metros cuadrados de terreno.

El alcalde reconoció que las plusvalías que se puedan generar con el uso del espacio que se libere por el soterramiento «van a suponer un alivio importante para la financiación», pero advirtió de que el Ayuntamiento «no va a hacer ninguna barbaridad» para que esos aprovechamientos «sean el músculo más importante de este proyecto».

Aburto manifestó que ayer se cerraba «el dibujo de la futura estación de Abando, y, a partir de ahora, nos va a tocar a nosotros empezar a soñar con el desarrollo de lo que sucederá encima». Esta futura terminal posibilitará la integración del Ensanche con el centro histórico conformado por los barrios obreros de Zabala, San Francisco y Bilbao la Vieja, que están ahora separados por la trinchera de Cantalojas. Tal y como prometió desde su llegada a la Alcaldía, dijo que se compromete a «no parar» hasta satisfacer esa reivindicación ciudadana.