Antonio TORRES DEL CERRO (Efe)
PARÍS

Givenchy, el discípulo de Cristóbal Balenciaga que vistió a Hepburn, Kennedy y Kelly

Hubert de Givenchy, fallecido a los 91 años, deja un legado inspirado en el trabajo del getariarra Cristóbal Balenciaga y cuenta en su haber con creaciones que vistieron Audrey Hepburn, Jackie Kennedy o Grace Kelly.

Nacido en 1927 en el seno de una familia aristocrática en Beauvais (Estado francés), el modisto se retiró de la escena en 1995, pero se mantuvo hasta sus últimos días como uno de los grandes iconos de la eclosión del prêt-à-porter de alta gama, una moda mucho más informal, pero con todos los estándares de calidad. Por ello, Givenchy está considerado un pionero en la moda de la segunda mitad del siglo XX. Después de él vinieron nombres hoy consagrados como Yves Saint Laurent, Valentino, Karl Lagerfeld, Dolce&Gabanna, Donatella Versace o Giorgio Armani.

A pesar de que su familia poseía una próspera fábrica de tapices, Givenchy prefirió irse a París. Contaba con 17 años y fue un gesto de rebeldía en una época en la que estudiar moda se veía con recelo. Aprendió el oficio con Jacques Fath, Robert Piguet, Lucien Lelong y Elsa Schiaparelli. En 1952, fundó su propia maison, en el octavo distrito de París. Creó «los separables», faldas ligeras combinadas con blusas de algodón voluminosas. El concepto de lo «relajado chic» había nacido. Dos años más tarde, crea su primera línea de prêt-à-porter de lujo bautizada Givenchy Université.

El éxito de sus creaciones le sirven para ganarse portadas como las de la revista “Elle” y las actrices del Hollywood y otras celebridades se pelean por contar con él. Lauren Bacall, Greta Garbo, Jeanne Moreau, Elisabeth Taylor, Marlène Dietrich, Jacqueline Kennedy-Onassis, la princesa Grace de Mónaco se visten con creaciones de Givenchy, pero es con Audrey Hepburn, a la que conoce en 1953 durante las pruebas de vestuario de la película “Sabrina”, con la que tiene la relación profesional y personal más intensa. El icónico vestido negro que Hepburn lleva en “Desayuno con Diamantes” es obra del diseñador francés. En 1957, Hepburn promocionaba el primer perfume del diseñador, “L’Interdit”.

Con Balenciaga

También en 1953 un Givenchy veinteañero se encuentra con otra figura crucial: Cristóbal Balenciaga, a quien considera como padre y mentor. Se conocen en un cóctel en Nueva York e inician una relación profesional que sería un antes y un después para el francés.

«Sabía mejor que nadie cómo tratar el tejido y cómo ensalzarlo, siempre con respeto. Tiene mi reconocimiento eterno», señalaba, y aseguraba que Balenciaga le mostró que «el vestido debe acomodarse al cuerpo de la mujer, no el cuerpo de la mujer a las formas del vestido».

La admiración por la figura del modisto vasco le llevaría a impulsar el proyecto de construcción del Museo Balenciaga de Getaria y la constitución de la fundación, de la que fue presidente. Su compromiso con el museo le llevó a donar su colección particular de “balenciagas” a la entidad. A Balenciaga y Givenchy los unía también el amor por la música: al uniforme blanco que diseñó Balenciaga para el Orfeón Donostiarra en 1964 se le unió el año pasado año uno nuevo, una túnica negra con un cinturón «rosa Balenciaga» que lleva la firma de Givenchy.

Mediante una nota, el diputado de Cultura y presidente de la Fundación Balenciaga, Denis Itxaso, lamentaba la muerte del modisto y recordaba que gracias a su intervención en 2014 se recibió el legado de Rachel Mellon «y él mismo nos dejó el recuerdo de su elegancia y su exquisita cortesía» en la exposición que, con las obras cedidas por Mellon, comisarió en 2017.