Pablo RUIZ DE ARETXABALETA
BILBO
Entrevue
JOSÉ EDELSTEIN
FÍSICO TEÓRICO

«El pensamiento de Einstein produce el mismo goce que una obra de arte»

José Edelstein (Buenos Aires, 1968) es físico teórico, doctor y actualmente profesor en la Universidad de Santiago de Compostela. Su trabajo se centra en aspectos de la física teórica de altas energías, desde la gravitación a la física de partículas.

El título “Einstein para perplejos” es una referencia a la “Guía para Perplejos” del filósofo judío del medioevo español, Maimónides, con el que José Edelstein y Andrés Gomberoff quieren mostrar que la divulgación científica no son textos «prohibidos» o inaccesibles, sino que, como afirmaba aquel filósofo, «puede leer cualquiera, lo único que requieren cierta disciplina, leer cuatro textos previos y en cierto orden». El libro que presentó la semana pasada en Bilbo pretende ser «la mejor narración posible para que el que lo lea experimente el goce intelectual» de seguir los «razonamientos impecables» de Einstein, sus ensayos, sus logros y sus anécdotas. «Es como el alpinista que va al Everest y luego te cuenta la experiencia de lo que se ve. Si quieres tener la experiencia completa tienes que subir tú. Pero si no estás dispuesto a subirlo cuanto mejor te lo cuenten mejor idea te vas a hacer», afirma.

Einstein sigue siendo un icono que prácticamente personifica la Ciencia.

Tenía una figura icónica reconocida por todo el mundo, incluso hoy. Claro que lo que ocurre es que todo el mundo sabe quién es pero nadie sabe qué hizo. Algo parecido está pasando o va a pasar con Stephen Hawking. Por otra razón es una figura muy popular pero lo que la gente sabe es que salió en un capítulo de Los Simpson.

¿Convertirlos en un icono pop es una barrera para conocer su trabajo?

Es una barrera. Pero al mismo tiempo si no fuera icono pop directamente ni se conocería. Paul Dirac, fue el segundo físico más grande. Siendo muy joven sentó las bases de la mecánica cuántica. Otros nombres de grandes físicos sí transcendieron pero Dirac en general no mucho. Y creo que es algo que la gente se pierde porque hay muchas historias fabulosas, increíbles. Casi diría que cualquier científico tiene detrás una historia apasionante.

También es una figura icónica por su biografía personal.

Le tocó vivir un periodo de las dos guerras mundiales, en particular el nazismo, siendo un científico de envergadura. A posteriori es difícil caer en la cuenta de que el físico más importante de sus tiempos tuvo que huir de su país porque lo mataban. Siempre reacciono cuando escucho hablar de que fue «un físico alemán»; renunció al pasaporte alemán y lo hizo dos veces. Decenas de personas con el apellido Einstein murieron en Auschwitz. Fue pacifista a pesar de que erróneamente se le asocia a la bomba nuclear, con la que no tuvo nada que ver. Como escribió una carta al presidente Roosevelt alertándole de que Hitler la construiría se le toma como impulsor de la construcción de la bomba, en la que no participó nada. De hecho, yo creo que lo mantuvieron al margen. Einstein apenas supo de la bomba de Hiroshima, con Bertrand Russell y otros intelectuales, fundaron el movimiento Pugwash que hasta el día de hoy aboga el desarme nuclear, el respeto a las instituciones internacionales, que haya un orden internacional… Creo que en el fondo era un pacifista ingenuo que minimizaba la maldad que en el fondo anida en muchos seres humanos.

¿Cuántas de las cosas que se le atribuyen son falsas ?

En internet, ni hablemos. Casi diría que hay que dudar de todas las frases que van acompañadas de la foto de Einstein. Hay frases sobre cosas que incluso no existían en su época. Son ridículas. Hay un texto en el libro cuyo personaje central es Nicola Tesla, que está muy vinculado a esto porque hoy en día en internet se le tiene por el gran genio ignorado del siglo XX, lo cual es falso básicamente. Pero que tanta gente acepte eso tiene que ver con esa cuestión gregaria del ser humano de querer estar en un grupo. Mola estar en ese grupo de los pocos que nos dimos cuenta de que Tesla era un genio y no Edison, que es un cabrón o Einstein. Para mí Tesla no está ni entre los cien mejores científicos del siglo XX. Mucho menos va a ser comparable a Einstein. Somos duros con Tesla en el libro. Yo creo que cuando Einstein llegó a Estados Unidos se sintió desplazado. Era extravagante, vivía en Nueva York, era el genio propio y Einstein venía a quitarle su lugar. En su enfado, no solo fue muy violento contra Einstein en las cosas que dijo sino que además se puso a decir que la teoría de la relatividad estaba mal y que él tenía una mejor que anunció todos los años y nunca publicó. No entendió nada y con un agravante: que no le faltaba capacidad. No se lo voy a perdonar.

¿Y de las cosas que sí aportó y merece la pena recordar?

Reformuló la base de lo que entendemos que es la energía la masa, la luz, el espacio, el tiempo. Einstein está presente incluso en la luz artificial. Lo contamos en el capítulo «La metamorfosis de la luz». Incluso cuando se equivocó, lo hizo con un gran gusto y con un notable sentido de la oportunidad. Tuvo errores garrafales que hablan de una persona con una gran confianza en sí misma. Y creo que es indispensable para hacer grandes teorías. Si no diría «¿quién soy yo para contradecir a Newton?».

Ideas sobre las que se siguen trabajando cien años después.

Acabamos de descubrir hace menos de tres años las ondas gravitacionales, lo cual abre la física de las próximas décadas. Yo me moriré todavía con la física de las ondas gravitacionales en su apogeo porque son la única otra señal que nos llega del espacio lejano con información de lo que ocurre en el universo. Hasta ahora era la luz. Hemos abierto otra ventana para ver el universo y acabamos de ver seis eventos. Es como si Galileo acabara de inventar el telescopio y lo hubiera usado seis veces. Queda por delante ver el universo a través de las ondas gravitacionales. Todo eso es la teoría de Einstein puesta en plena gloria así que queda Einstein para rato.

¿Y cómo va el encaje de la relatividad con la física cuántica?

Es el problema más importante a nivel teórico. Las dos teorías son como el agua y el aceite. Lo llevamos mal. Mal, pero bien. Creo que los científicos sobrellevamos mejor que el ser humano no científico convivir con algo que no sabemos todavía. El ser humano tiene tendencia a querer cerrar los huecos. La primera cosa que se me ocurre la pongo como respuesta. Los científicos somos en eso más pacientes. Llevamos décadas intentando ver cómo se concilia. La persona que más logró avanzar sobre este terreno porque tuvo la genialidad de encontrar un huequito en el que se podía avanzar sobre seguro fue Hawking. Logró explicar cosas increíbles de los agujeros negros que no hemos podido comprobar pero que todos creemos que son ciertas. Justamente encontró un resquicio en el cual se pudo usar la gravedad y la cuántica legítimamente, las dos.

Einstein dudaba.

No era tonto. Sabía que funcionaba, lo que creía era que la interpretación de la cuántica era incorrecta. Porque ese sí que es un tema que te rompe la cabeza. En el mundo cuántico, las cosas están y no están, se dan paradojas incomprensibles para el cerebro humano que vive en un mundo de las cosas más grandes. Einstein creía que toda esa perplejidad del mundo cuántico era parte de nuestra ignorancia, debido a que no conocemos todo. Si uno se toma la cuántica literalmente, la realidad objetiva no existe a nivel microscópico. ¿Está el átomo cuando yo no lo veo? La respuesta honesta de la cuántica es «no tiene sentido la pregunta. Solo tiene sentido cuando estás tú para verlo». Einstein decía, de forma socarrona: «Me gustaría pensar que la luna está ahí cuando yo no la veo». Pero el mundo cuántico ni está ni no está cuando no lo ves.

¿Para los profanos es necesario hacer algún «acto de fe» en algunos casos?

Los textos científicos son de libre acceso, se puede acceder y verificar. Es chocante pero todos los experimentos demuestran que Einstein tiene razón. Toda persona que usa un GPS está usando un sistema de triangulación muy simple. Para comprobar la posición se envían señales a los satélites, que comprueban en qué momento están emitidas y calcula la velocidad y el tiempo y me da la distancia. Para eso es crucial que el tiempo transcurra igual en la Tierra que en el satélite. Cuando los ingenieros hicieron el sistema GPS tuvieron que corregir el programa porque el tiempo transcurre más rápido en el satélite que en la Tierra. ¿Cuánto más rápido? No mucho, pero en un día se descalibraría el GPS 11 kilómetros. Sería inservible si no fuera por los cálculos de la relatividad general. Hubiera sido muy instructivo para el ser humano, y muy frustrante para los ingenieros, que se montara el sistema GPS sin saber esto. Me hubiera gustado ver la cara de un conductor cuando en lugar de aparecer en Bilbao aparece en Santurtzi.

Einstein lo adelantó antes de que se pudiera comprobar esa diferencia.

Y con argumentos puramente teóricos, de una belleza y forma conmovedora. Producen el mismo goce que una obra de arte. Con argumentos muy simples, que parten de la base de preguntarse qué pasa si hago experimentos en el vacío. Más vale que tenga razón Einstein, porque no hay ningún observador quieto en un laboratorio. Si se mueven las estrellas, nada está quieto. Además, todo experimento que hagas en la Tierra lo estás haciendo en un cuerpo que está rotando y se mueve en el espacio. La única forma de poner la física a prueba es haciendo experimentos o bien con una gravedad muy intensa o bien moviéndose muy rápido. Esas dos limitaciones nos han generado ilusiones falsas que Einstein vino a corregir.