Un estudio promovido por la Diputación de Gipuzkoa ha analizado la imagen que los libros de texto proyectan sobre el caserío en las aulas. Según las conclusiones, se ha constatado una serie de estereotipos ligados al primer sector. «Se sospechaba», según sus impulsores, que en la sociedad y en la educación existe un gran desconocimiento del mundo del caserío, por lo que se solicitó a Pedro Berriotxoa, investigador, antropólogo e ingeniero agrónomo, que llevara a cabo la investigación.

Tal y como expusieron en rueda de prensa desde el departamento de Desarrollo Rural, en la investigación se han analizado los libros de texto de ocho editoriales que se utilizan en Educación Primaria y Educación Secundaria Obligatoria por un alumnado de edades comprendidas entre 6 y 16 años.

«A pesar de que en algunas editoriales la sensibilidad hacia el caserío es manifiesta, en otras se confirman los siguientes estereotipos: caserío antiguo; edén bucólico; tradicional y folclórico; mujer de caserío, invisible; autárquico; apartado y lejano; ahistórico…», explicó el propio Berriotxoa. «Desde el exterior, se da una imagen positiva del caserío, una imagen atractiva, pero totalmente asociada al folclore, lo que supone una carga para el caserío», considera.

El investigador cree que son prejuicios que se encuentran lejos de la realidad, y con el fin de evitarlos, se ha recopilado una serie de recomendaciones para poner a disposición de todas las editoriales, particulares y centros de enseñanza que deseen crear material didáctico sobre el caserío y su población.

Berriotxoa afirma que la imagen que reflejan los libros de texto es también reflejo de la opinión mayoritaria que la sociedad tiene sobre el caserío y que el cambio de uno puede ayudar al cambio del otro.

El proyecto forma parte de un espacio de reflexión que la Diputación lleva a cabo junto al propio sector primario. Una vez se consensuaron los retos del sector, se crearon tres grupos de trabajo: rentabilidad, gestión y comunicación, del que ha partido esta primera investigación. Se espera que la iniciativa de pie a otros estudios.

Los libros analizados abarcan a alumnado de entre 6 y 16 años, dado que la investigación había detectado previamente una serie de prejuicios en dicha franja de edad.