Joseba VIVANCO
Fútbol internacional

¿Alguien da más?

El Tosno ruso gana la Copa y puede desaparecer, un club israelí incluirá «Trump» en su nombre y Rooney se va al peor equipo yanqui.

Si de verdad quieren vivir mucho más que un partido de fútbol o una rivalidad deportiva trasladada al día a día de una ciudad y dos aficiones enconadas, vayan reservando entrada para el choque que enfrentará la próxima temporada en la Bundesliga2 al Sankt Pauli y al Hamburgo. 54 años, 261 días, 22 horas, 30 minutos, 1 segundo. Ese es el tiempo exacto que marcaba el reloj del estadio del Hamburgo cuando el colegiado ordenó que echara a rodar el balón en la última jornada del campeonato alemán, en la que el ‘Dinosaurio’ acabaría por perder la categoría que nunca había abandonado y así lo reflejaban las manijas en el Volksparkstadion.

Un partido que fue suspendido por el lanzamiento de bengalas de los radicales locales y que, entre el abucheo del resto de la grada por esa actitud, obligó a la policía a irrumpir en el césped incluso a caballo. Luego, técnico y jugadores acabaron formando un círculo, entre lágrimas, certificando un final con el que el histórico club venía flirteando los últimos años. Un equipo que llegó a ser subcampeón de Europa en 1980, ante el Nottingham Forest en el Bernabéu, y campeón en 1983, ante la Juventus en Atenas. Que en su época más dorada llegó a convencer al mismísimo ídolo del Liverpool Kevin Keagan para que cambiara los Reds por el Hamburgo.

El adiós del único club en no haber perdido nunca la máxima categoría en Alemania deja un poco más huérfano a ese selectisímo club de clubes que siempre se han mantenido en lo más alto. Real Madrid, Barcelona y Athletic en la Liga, Inter en la Serie A, Porto, Sporting lisboeta y Benfica en Portugal, Utrech, Feyenoord, Ajax y PSV en la Eredivise o Celtic en Escocia.

Nada garantiza un traspiés a los infiernos, ni los éxitos efímeros. El FC Tosno de una devaluada Premier rusa, fundado en 2013 a 53 kilómetros de San Petersburgo, ascendido en 2017 a la máxima categoría, se alzaba hace solo unas fechas con la Copa del país y en el mismo mes su propietario se ha declarado insolvente, ha perdido la licencia para jugar en la Europa League por esos impagos, ha bajado a Segunda división y podría hasta desaparecer.

La que ha perdido de golpe en la máxima división del fútbol turco sus dos representantes es la capital Ankara. Osmanilispor (que llegó a jugar contra el Villarreal en Europa) y Gençlerbirliği dicen adiós al campeonato, aunque su hueco lo ocupará el modesto Ankaragücü, que acaba de ascender. Nunca la ciudad ha levantado un título liguero, siempre a la sombra de Estambul. En la última jornada, al Galatasaray solo le falta un punto para coronarse campeón, aunque los últimos días la noticia ha sido la durísima sanción al excolchonero y exculé Arda Turam, castigado 16 partidos y con 8.000 euros por insultar y empujar a un linier y amenazar al árbitro.

Singularidades del fútbol turco todavía sin superar el esperpento griego. En la tensa final de la Copa helena, con tres expulsados, el AEK no pudo firmar el doblete al imponerse 0-2 el PAOK, cuyos jugadores celebraron el título con caretas de su presidente, el ínclito Ivan Savvidis, el tipo que irrumpió pistola en mano en el campo durante el partido PAOK-AEK en liga.

¿Creían haberlo visto todo? El FC Beitar de Jerusalem ha aprovechado el traslado de la embajada de EEUU a la ciudad santa para modificar el nombre del club y pasar a denominarse Beitar Trump Jerusalem. El nombre original data de una organización política fundada por Zeev Jabotinsky, ideólogo de la derecha israelí, cuyos miembros, en los años 30, cuando se fundó el club, eran detenidos por las autoridades británicas acusados de terrorismo. Hoy, sus hinchas más extremistas son nacionalistas racistas y arremeten contra todo lo árabe, siendo el único club israelí en el que no ha jugado ningún futbolista árabe. ‘‘El Beitar siempre será puro’’, rezan sus pancartas. Cuando en 2004 un club con futbolistas árabes en sus filas ganó la Copa fue un golpe tan duro que su grupo de radicales, conocidos como ‘la familia’, publicaron una esquela en el diario de mayor tirada del país anunciando la muerte del fútbol israelí. Amén.

John Terry puede ascender

En la Premier League perdió la categoría el galés Swansea pero le sustituirá en la 2018-19 el Cardiff. Otro que le puede acompañar en ese ascenso es el Fulham, donde sigue deslumbrando, recuerden su nombre, el chaval de 17 años Ryan Sessegnon, 16 goles y 7 asistencias ya. Se las verá por un puesto con el Aston Villa, con quien puede regresar a la Premier tras dejar hace un año el Chelsea alguien que se fue a Championship por no enfrentarse a sus Blues; sí, hablamos del gran capitán John Terry. Se libró del descenso por los pelos el Southampton, a pesar de caer 0-1 ante el campeón Manchester City, que celebró por todo lo alto el gol de Gabriel Jesús en el minuto 94, porque ese tanto convertía a los Citizens de Guardiola en el primer equipo en los 130 años de historia de la liga inglesa que alcanza los 100 puntos en la clasificación.

Todo el mundo apunta al proyecto de equipazo que Jurgen Klopp está macerando en Liverpool, pero no es menos el futuro que empieza a atesorar el propio City. Ha anunciado la renovación de su portero Ederson hasta 2025, asegurando la portería para la próxima década. El golero brasileiro tiene 24 años, pero Mendy, Sterling, Bernardo Silva, Stones y Laporte tienen 23, Leroy Sané ha cumplido los 22, Gabriel Jesús y Zinchenko 21. Brahim Díaz 18, el prometedor Phil Foden aún 17... Son el futuro de la Premier, mientras el pasado dice bye bye. El red devil Michael Carrick se despidió de los terrenos de juego y el icónico Wayne Rooney jugó su último partido con el Everton para irse a la MLS estadounidense, parece, a jugar en uno de los peores equipos de aquella liga.

Salma Hayek y el Stade Rennais

Adiós a la Premier de los récords del Manchester City, a la Premier de las impresionantes actuaciones de Mohamed Salah y Kevin de Bruyne, a la de la histórica despedida de Wenger. Y el Chelsea que se queda sin Champions en favor del Liverpool. Nos volvemos a ver el 11 de agosto, Premier League. Hasta entonces, el run run de entrenadores, con Chelsea y Arsenal como destinos –Mikel Arteta y Patrick Viera suenan para los Gunners–, después de que en Francia ya se sepa que Thomas Tuchel cogerá las riendas del caprichoso PSG. Su compatriota y también deseado Julian Naggelsman se queda en el Hoffenheim, después de que la pasada campaña acabara 4º y en esta, tras irse tres de sus figuras al Bayern, haya terminado 3º. Y solo tiene 30 años.

Punto y final en Inglaterra, en Alemania e igualmente en Portugal, donde radicales encapuchados del Sporting de Lisboa accedieron esta semana al entrenamiento y agredieron al técnico Jorge Jesús y los jugadores Battaglia, Acuña o Dost. Los ‘leones’ perdieron el domingo su plaza de Champions en la última jornada, en beneficio del Benfica, su gran rival.

Última jornada en Francia con el Stade-Rennais, el club al que reflotó con sus inversiones el marido de Salma Hayek, que acaba quinto. En Italia también se dirime la última fecha. Allí la Juventus es oficialmente campeona por séptimo año seguido, el Sampdoria-Napoli fue detenido por el árbitro por cánticos locales como ‘‘Vesubio, lávalos con fuego’’ y con el presidente de la ‘Samp’ bajando al césped a pedir calma, y el Inter, ante 70.000 tifosi en San Siro, se queda por séptimo año consecutivo sin meterse en la Champions. ¿Alguien da más?