Koldo LANDALUZE
DONOSTIA

Estados Unidos ha certificado el final de la neutralidad en internet y otorga poder a las operadoras

La neutralidad de internet llegó ayer a su fin en Estados Unidos con la entrada en vigor de una ley. Ahora las operadoras podrán ralentizar o bloquear sus conexiones y elevar las tarifas de los servicios que ofertan.

El pasado mes de diciembre, el gobierno de Estados Unidos sacó adelante, por una mayoría de tres votos a dos, el plan denominado “Restauración del orden de la libertad en Internet”. Un proyecto que suponía el fin de la neutralidad en la red en el país impulsada por Barack Obama, mediante el que las grandes corporaciones –entre los cuales figuran gigantes como Comcast, Verizon y AT&T– pasaban a ser quienes decidan cuáles son los límites en internet.

Ayer se cumplió el plazo de la puesta en marcha de esta ley impulsada por Donald Trump que otorga un gran poder a unas operadoras que ahora cuentan con el respaldo legal para ralentizar o incluso bloquear cualquier página en internet a su antojo, por ejemplo, en función de lo que pague la empresa o el usuario que contrate sus servicios para conectarse a internet o de acuerdo a cualquier otro criterio.

La neutralidad de internet tal como se ha conocido hasta ahora supone aplicar a todos los datos que circulan por la red el mismo tratamiento, sin prioridad ni jerarquía de unos sobre otros.

Diferentes expertos internacionales coinciden en señalar que la ruptura legal de la neutralidad de internet en Estados Unidos afectará al resto del mundo en el sentido de que los operadores de fuera de ese país tendrán que conectar con los de Estados Unidos para permitir al usuario el acceso a sitios web albergados en servidores estadounidenses. No obstante, el impacto de la medida se prevé menor fuera de Estados Unidos, dado que las grandes plataformas tipo Netflix, Google, Facebook o Amazon, con presencia en todo el mundo, replican habitualmente sus páginas web para distribuirlas en servidores de países más cercanos geográficamente al usuario y agilizar así la descarga de sus respectivos contenidos.

Desde Europa se afirma que, al menos a medio plazo, no parece que la decisión adoptada en Estados Unidos vaya a inspirar la senda legal de las autoridades en Europa, en donde –según diferentes voces– se apuesta por la defensa de derechos como el de la privacidad de los datos personales en internet.

No obstante, también se dice que lo acontecido en Estados Unidos debería advertir a Europa para que no se pliegue al lobby de las operadoras.