Agustín GOIKOETXEA
FORO SOBRE IGUALDAD EN LA EMPRESA

MUCHO QUE CAMBIAR PARA QUE SE DILUYA LA BRECHA DE GÉNERO

CONTROLES EXTERNOS E INTERNOS, MATERIA A ABORDAR EN LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA, FORMACIÓN Y MAYOR TRANSPARENCIA FUERON, ENTRE OTRAS, ALGUNAS DE LAS IDEAS EXPUESTAS AYER EN UN FORO EMPRESARIAL DE MUJERES CELEBRADO EN BILBO PARA SUPERAR A MEDIO PLAZO LAS PROFUNDAS DESIGUALDADES DE GÉNERO QUE EXISTEN HOY.

La Asociación de Empresarias y Directivas de Bizkaia (AED) organizó ayer a mediodía en la Torre Iberdrola, en Bilbo, un foro con el objetivo de buscar medidas para alcanzar la igualdad en las empresas. María Silvestre, directora del Deustobarómetro Social, defendió con ahínco una política de cuotas para responder en el corto plazo a una desigualdad estructural, receta que rechazó Gonzalo Sánchez, presidente de PWC España, para quien el problema no está en que se alcance el 30% de mujeres en los consejos de administración, tal y como fijan las recomendaciones de buen gobierno para 2020, y sí contar con más directivas, un camino que entiende en el que se irá avanzando progresivamente.

No es lo mismo una gran compañía de la que forma Sánchez y la pyme de la que es copropietaria Lourdes Moreno, que se quejó de la dificultad que encuentra para poder incorporar mujeres a la plantilla de su firma, Bolueta Engineering Group, que ofrece servicios de mecanizado, principalmente mecanizado de utillaje y herramientas, así como el mantenimiento y reparaciones urgentes al sector del petróleo, gas y energía. Ella sí aboga por las cuotas para avanzar, como se ha hecho en otros estados.

«El poder es masculino, por eso cuesta llegar», insistió Silvestre, quien añadió que donde se accede por méritos, como sucede en el ámbito público, el porcentaje de mujeres es mayor.

Iñaki Garcinuño, presidente de Cebek, se mostró favorable a «forzar el paso» en la empresa, partiendo de la promoción interna. Reconoció que «a muchos hombres» no se les sitúa en los equipos de dirección «por meritocracia».

Para acabar con la brecha salarial, Sánchez apostó por la «transparencia» mientras Silvestre advirtió de que en las escalas salariales bajas la diferencia es mayor, «reflejo de la desigualdad estructural». «Yo no solo lo fío todo a la educación para evitar la desigualdad. En el corto plazo, tenemos que hacer cosas», demandó la catedrática de Deusto.

Los «costes» de la igualdad

«La igualdad de género nos va a costar», aseguró Garcinuño, quien dejó claro que instituciones públicas y empresas deberán invertir para implementar medidas. El presidente de la patronal de Bizkaia incidió en la importancia que, en su opinión, debe tener la representación de los trabajadores al reclamar medidas de igualdad en la negociación colectiva, tal y como se plantean salariales y condiciones laborales. No pasó por alto las pocas mujeres que se encuentran enfrente en las mesas de negociación.

Silvestre estimó que la negociación colectiva puede ser clave, como también el control de Inspección de Trabajo para vigilar que se cumple con los planes de igualdad, como sucede en otros ámbitos. «Las leyes de igualdad son propositivas más que sancionadoras», confesó.

Garcinuño rechazó las medidas coercitivas. «Si no se cumple en la sociedad, por qué hay que presionar por medio de la Inspección de Trabajo a la empresa», interpeló. Tampoco le gusta esa vía a Lourdes Moreno, que tuvo en el pasado una fructífera carrera en entidades de inversión como JP Morgan, BNP Paribas o Credit Suisse First Boston, quien abogó por fomentar la educación y los estímulos.

«Hay más compromiso en lo medioambiental, aunque no tengo nada que reprochar, que en la igualdad de género», se quejó María Silvestre.