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buenos aires
LEGALIZACIÓN DEL ABORTO EN ARGENTINA

Ganada la calle, las argentinas seguirán en lucha por el aborto legal

Cuando el Senado argentino sentenció, entrada la madrugada, el fin del proyecto de legalización del aborto, que había dado su primer paso en la Cámara de Diputados en junio, miles de mujeres, ganada la calle para su causa, siguieron repitiendo la consigna «¡Que sea ley!», en un grito esperanzado con el que prometen continuar la lucha.

Tal y como auguraban los pronósticos a las puertas de la crucial votación, el Senado de Argentina rechazó sancionar el proyecto de ley para legalizar el aborto y la iniciativa, considerada un debate histórico, no podrá ser presentada de nuevo en el Parlamento hasta 2019, a pesar de los casi mil abortos clandestinos que se estima se realizan diariamente. De los 71 legisladores presentes, 31 votaron a favor y 38 en contra, y dos se abstuvieron de votar el texto que ya había sido aprobado el 14 de junio por la Cámara de Diputados pero que se encontró con la oposición de la de senadores.

«Esto recién empieza, no podrán detener la marea feminista que vino a cambiar Argentina. Más temprano que tarde será ley», escribió en Twitter apenas terminada la sesión, la diputada Victoria Donda, una de las impulsoras del proyecto.

«Vamos a seguir peleándola, vamos a tener que seguir poniendo el lomo, como hacemos desde hace un montón de años», señaló Sofía Spinelli, de 26 años. Para esta joven, «se vivieron jornadas históricas porque antes éramos muchas pero nunca tantas. En la calle ganamos, pero la representación política no es fiel a lo que pasa en la calle», se lamentó.

Mientras unos –incluida la Iglesia– festejaban la decisión, otras lloraban. «Hay un retroceso más legal que social. Las pibas hicimos todas un avance. En la calle el aborto ya es legal, en los barrios el aborto es legal, los que no se dieron cuenta son los que están en el Senado», señaló Mailén, de 24 años. Con los ojos enrojecidos, admitía: «Tenerlo tan cerca y que se nos escape de las manos da mucha bronca e indignación».

«Nosotras ganamos un millón y medio de jóvenes y si los senadores votan en contra de la ley, seremos nosotras las que pasaremos a la Historia. Si no es ley mañana (por ayer) será el año próximo», dijo la abogada Nelly Minyersky, de 89 años, una de las líderes históricas de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Cuarenta muertes anuales

Uno de los principales argumentos de quienes apoyan que el aborto sea seguro, legal y gratuito es que en Argentina se calcula que se producen, según ONG, unos 354.627 abortos clandestinos al año, casi un millar al día. Estadísticas oficiales contabilizan unas 40 muertes anuales por esta causa, aunque se estima que son muchas más, y miles terminan hospitalizadas por complicaciones posteriores.

La sesión parlamentaria de más de 16 horas dejó patente las fuertes divisiones en el seno de cada grupo político ante una iniciativa que, impulsada durante años sin éxito por fuerzas de izquierda y grupos feministas, buscaba despenalizar el aborto hasta la semana 14 de gestación, y no solo en los supuestos por violación y por poner en peligro la salud de la madre. A partir de la semana 14, el aborto se garantizaba en casos de violación, de riesgo para la vida o salud de la mujer o si se diagnosticara la inviabilidad de vida extrauterina del feto. El proyecto permitía la objeción de conciencia de médicos, pero no de las instituciones médicas.

La ley en vigor, de 1921, tipifica como delito, con pena de prisión, el aborto salvo en esos dos casos. Solo en 2012 la Corte Suprema falló que una mujer violada puede abortar sin importar su capacidad intelectual –hasta entonces solo se contemplaba para «una mujer demente o idiota»– y sin autorización judicial ni denuncia previa. También ordenó al Gobierno poner en marcha protocolos hospitalarios para garantizar el aborto, pero la norma no se cumple y muchos casos llegan a la Justicia por la negativa de los hospitales a realizar la práctica.

Sectores feministas apoyados por legisladores buscan promover un referéndum para respaldar una nueva presentación legislativa el año próximo. Pero la posibilidad de que se abra otro debate parlamentario en 2019 es improbable por tratarse de un año con elecciones presidenciales en octubre.

Antes hay pendiente un debate parlamentario para reformar el Código Penal y algunos legisladores impulsan la inclusión allí de la despenalización del aborto, algo que cosecha mayor consenso parlamen- tario que su legalización.

En América Latina, solo en Cuba, Uruguay y Ciudad de México las mujeres pueden abortar de forma gratuita y libre.