Ramón SOLA
DONOSTIA

26 presas vascas están dispersadas en 18 cárceles en el Estado español

El alejamiento sacude a todo el Colectivo, pero la dispersión en prisiones diversas cada vez tiene más cara de mujer. Tras la última excarcelación de Leire Etxeberria, en el Estado español hay 26 presas en 18 cárceles, justo la mitad de ellas absolutamente solas. En el francés son once en cuatro y no hay módulo de mujeres en Mont de Marsan.

La excarcelación anteayer de la basauriarra Leire Etxeberria deja en el penal de Algeciras ya solo una presa vasca: Eider Pérez Aristizabal. La situación podría parecer excepcional, pero se está generalizando. El goteo –muy lento pero goteo– de excarcelaciones, el mucho menor número de mujeres que de hombres (son a día de hoy el 13,5% del Colectivo) y el mantenimiento a ultranza de una dispersión extrema provocan que actualmente en el Estado español la mitad de las presas de EPPK (trece de 26) no tenga compañera alguna de Colectivo tras los muros.

Según los últimos datos de Etxerat, están solas igualmente Lola López Resina en Ávila, Beatriz Etxeberria en Aranjuez, Anabel Egues en Córdoba, Oskarbi Jauregi en Curtis, Itziar Alberdi en Estremera, Irantzu Gallastegi en Huelva, Olga Comes en Mansilla, Oihane Bakedano en Jaén, Ainhoa García Montero en Murcia, Josune Oña en Foncalent, Josune Arriaga en Topas y Maria Lizarraga en Villena.

Son dos en los penales de A Lama (Lierni Armendariz e Idoia Martínez), Castelló (Marta Igarriz y Alicia Saez de la Cuesta), Almería (Lexuri Gallastegi e Iratxe Yañez) y Granada (Agurtzane Delgado y Ainhoa Mujika). Y la única cárcel española en la que puede hablarse de un cierto grupo de prisioneras vascas es en Picassent (Valencia), a 540 kilómetros de Euskal Herria, y se produce por una cuestión técnica: la existencia de un módulo de madres en que permanecen con sus bebés Aitziber Coello, Olatz Lasagabaster e Idoia Mendizabal, que se suman a Ainhoa Barbarin y Maite Pedrosa, que también cumplen condena allí.

En total, por tanto, son 26 mujeres distribuidas en nada menos que 18 cárceles, lo que supone una media que no llega a 1,5 por prisión. Ninguna de ellas, por cierto, está a menos de 350 kilómetros de casa; las reclusiones más cercanas se producen en León, Ávila o Salamanca.

En el Estado francés se cuentan hoy día once prisioneras vascas en cuatro cárceles, de ellas Izaskun Lesaka sola en Fleury Merogis, a 930 kilómetros. Tres hay en Roanne (Alaitz Aramendi, Lorentxa Beyrie e Itziar Moreno), otras tantas en Rennes (Maite Aranalde, Araitz Areitio y Marina Bernardó) y cuatro en Réau (Marixol Iparragirre, Ainhoa Ozaeta, Itziar Plaza e Iratxe Sorzabal). Como es sabido, el proceso de acercamientos no ha tenido impacto en ellas al no haber módulo de mujeres en Mont de Marsan.

En total, por tanto, 37 presas en 22 cárceles; una media de 1,7 por penal, una nueva señal del sinsentido de la dispersión.

 

Comparsas, con «Orain presoak»

La Federación de Comparsas de Bilbo escenificó ayer con la comparecencia de la imagen su apoyo a la iniciativa «Orain presoak!» y el llamamiento a la manifestación convocada el 20 de octubre en las calles de Bilbo. En víspera del inicio de Aste Nagusia, hacen suyas las cuatro reivindicaciones de esa dinámica, incidiendo en que «necesitan urgente solución»: el fin del alejamiento, la excarcelación de las personas presas gravemente enfermas, la acumulación de las penas impuestas en dos estados tal y como señala la legislación europea, y la progresión de grado que en la actualidad se concede a muy pocos de estos prisioneros. «Las comparsas también decimos ‘ahora los presos y presas’», concluyeron.GARA