Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «La aparición»

Los problemas sociales y sicológicos que esconde la fe

La dualidad que presenta Xavier Giannoli como cineasta le hace compartir películas melómanas y caricaturescas como “Chanson d’amour” (2006) o “Madame Marguerite” (2015) con otras más reflexivas acerca de lo real y lo ficticio, entre las que se encontrarían “Crónica de una mentira” (2009) y “La aparición” (2018). Le van por lo tanto los dobles sentidos y la representación de eternos dilemas poco menos que irresolubles, así que se podría decir que es un hombre más de andar el camino con todas sus dificultades que de alcanzar la meta en pos del triunfo definitivo. Sabiendo esto, ningún espectador debería sentirse decepcionado al ver su nueva realización, porque se trata de participar en la intensidad de un proceso cargado de dudas e incógnitas, de experimentar la mecánica del suspense por sí misma, sin necesidad de que el desenlace sea lo esperado o lo que haya de satisfacer en última instancia nuestra natural curiosidad.

Lo que tienen en común todos los personajes de “La aparición” es que de una u ora manera buscan la redención a unas vidas violentadas, y siempre hay quien se refugia en la fe para poder encontrar la paz en este mundo tan hostil. Por muy racional que sea el protagónico Vincent Lindon en la investigación canónica que le ha encargado El Vaticano sobre la aparición mariana, a fin de aportar a la comisión verificadora el punto de vista crítico de un periodista, no puede evitar sentirse identificado con la joven visionaria, una huérfana que ha pasado su niñez entre centros y familias de acogida, mientras que él sufre el estrés postraumático de haber sido enviado especial en Oriente Medio.

Aunque viva en un convento envuelta en las angelicales plumas de los cojines en que trabajan las monjas, ella es una chica de la era global y tecnológica, que poco o nada tiene que ver con aquellos pastorcillos que decían ver a la Virgen, dando pie al consiguiente peregrinaje.