Aritz INTXUSTA

AGITAN LA XENOFOBIA EN EL CAMPO PARA CRITICAR LA RENTA GARANTIZADA

Las declaraciones de un sindicato de terratenientes acusando a los inmigrantes de querer vivir sin trabajar desatan una agria polémica en Nafarroa en torno a la aplicación de la Renta Garantizada.

C uando las cartas vienen mal dadas, la culpa es del distinto. Esa es la máxima de la que se nutre todo discurso xenófobo. Las declaraciones del sindicato de terratienientes UAGN dispararon todas la alarmas. Su líder aseguró que no hay mano de obra en el campo y que esto se debe al esfuerzo que el Gobierno navarro está realizando ampliando la Renta Garantizada. Félix Bariain sostuvo la semana pasada que los subsidios a las personas sin recursos «suponen un freno brutal a la hora de encontrar trabajadores». Y, acto seguido, culpó de todo ello a los inmigrantes, a quienes considera que son los grandes perceptores de estas ayudas. Remató sus afirmaciones apuntando que la Renta Garantizada tiene, además, un efecto llamada.

Así, de un plumazo, un supuesto problema de mano de obra en el primer sector no es ya responsabilidad de toda la población o del sistema de producción, sino que la culpa recae en la población de origen foránea. El sindicato de agricultores y ganaderos EHNE salió enseguida a negar la mayor. «Desviar la atención hacia una crítica artificial de la Renta Básica Garantizada por criterios e intereses puramente políticos, teniendo en cuenta que vivimos en un mundo donde gran parte de la población carece de lo que podemos considerar esencial para sobrevivir, nos parece algo inmoral e insolidario», subrayó la central.

Aun con todo, la UAGN solo alimenta un fantasma que ya está ahí. El miércoles, el director general Patxi Tuñón y la responsable del Servicio Navarro de Empleo bajaron a Erribera a tratar de calmar los ánimos. «Lo que acordamos es que las ofertas de trabajo en el campo se tramiten a través del Servicio Navarro de Empleo. Los agricultores tenían una bolsa de trabajo que, al parecer, no funcionaba bien. Tenían sus propios canales y les ofrecimos los oficiales», comenta Tuñón.

Afortunadamente, en el trasfondo de todo esto, no está la Renta Garantizada, sino la recuperación. El convenio del campo fija un mínimo de 6,84 euros brutos por hora, lo cual, ciertamente no es mucho. Y lo peor es que, en los trabajos estacionales del campo, se ha instalado una importante economía sumergida. En muchos casos, el pago real por hora, se queda en 5,2 euros. La UAGN asegura que muchos inmigrantes solo aceptan dinero en B, pero claro, de eso nunca hay datos. Lo que sí que es comprobable es que cada vez hay más inclusión. La contratación de perceptores de Renta Básica ha aumentado una media mensual del 57% según los datos oficiales del Departamento de Derechos Sociales. Y la revisión a los perceptores para que acepten los trabajos y cursos es mayor que nunca. Pero para ese control hace falta que el trabajo se oferte por canales reglados.

La xenofobia nunca está fundamentada y se combate con datos. Ayer continuaba esta polémica en el Pleno parlamentario y se antoja necesario seguir con la pedagogía.