Koldo LANDALUZE
DONOSTIA

Google cobrará a fabricantes la preinstalación de Play Store

Para evitar nuevas y millonarias multas, Google anunció que adaptará su modelo de negocio para los dispositivos que utilicen el sistema operativo Android. Su nueva política tiene como objetivo cobrar a los fabricantes de móviles por la preinstalación de Play Store.

El Ejecutivo comunitario multó a Google el pasado mes de julio con 4.343 millones de euros por vulnerar las normas de competencia de la Unión Europea al utilizar su sistema operativo Android para reforzar la posición de dominio de su buscador.

Google apeló esa decisión a inicios de octubre ante el Tribunal General de la Unión Europea pero en paralelo, y mientras se resuelve ese recurso que podría durar años, la tecnológica debe cumplir con las exigencias europeas. Los de Mountain View tenían de plazo hasta el próximo noviembre para adaptar sus servicios a las exigencias comunitarias, so pena de sanciones adicionales del 5% de sus ingresos diarios por cada jornada que pasase sin cumplirlo.

Vistas las orejas al lobo, el próximo 29 de octubre la multinacional estadounidense instaurará un nuevo modelo de negocio destinado a los fabricantes de teléfonos que instalen Android. Ese sistema operativo, el más utilizado del mundo, seguirá siendo gratuito y de código abierto para los fabricantes de teléfonos que quieran preinstalarlo en sus dispositivos y las empresas que lo deseen pueden además firmar un “acuerdo de compatibilidad” con Google, de forma que se comprometan a limitar las modificaciones que obren en Android. De esa forma, el sistema operativo de Google será válido para todas las aplicaciones que se distribuyen a través de su tienda digital Play Store.

Sin embargo, y esta es la gran novedad, los fabricantes deberán pagar una licencia por preinstalar Play Store. Dicha licencia también dará derecho a instalar otras aplicaciones de la firma californiana como Google Maps, Drive o YouTube. El motor de búsqueda Google Search y el navegador Google Chrome podrán instalarse por separado y de manera gratuita.

Google seguirá remunerando a los fabricantes que preinstalen algunas de sus aplicaciones y las muestren en un lugar concreto de la pantalla del teléfono, aunque no exigirá exclusividad, como ya hacía desde 2015.