K. CHILIBOST-M. UBIRIA BEAUMONT
ZIBURU
Entrevue
ENEKO ALDANA
ENVIADO DE EH BAI AL REFERÉNDUM EN KANAKY

«Este voto es el fruto de décadas de combate y determinación»

17.000 kilómetros separan a la localidad vasca de la que Eneko Aldana es electo, Ziburu, de la capital de Nueva Caledonia, Nouméa. De vuelta a casa, desgrana sensaciones y enseñanzas de una gira que le ha permitido vivir junto a la comunidad independentista «el acto de autodeterminación más trabajado».

Eneko Aldana responde a las preguntas de Mediabask y GARA en dos tiempos. Desgrana, pisando todavía tierra kanak, las sensaciones que le ha dejado su estancia en «un territorio que ha preparado de forma paciente y concienzuda un acto de autodeterminación» y recién bajado del avión, de vuelta a Euskal Herria, apunta a las perspectivas de futuro que abre «una consulta que, por causa de la colonización, implica a Francia y a Europa, y que demuestra que ejercer el derecho a decidir sólo ayuda a mejorar las cosas».

¿Qué sabor le dejan los resultados del referéndum?

Mi valoración de los resultados no puede ser otra que la que ya ha hecho pública el FLNKS al reconocer que el porcentaje obtenido por el sí a la independencia ha desbordado sus mejores expectativas en esta primera consulta. Es evidente que no se ha ganado el referéndum, y que el desequilibrio demográfico provocado con la colonización, con la consiguiente minorización de la población originaria, ha dado, de momento, la ventaja al campo unionista; pero yo retendría el hecho de que ese elemento demográfico por sí solo no ha proporcionado una victoria suficiente al unionismo. La alta participación, la capacidad de activación de la ciudadanía, es un elemento clave, mirando a un futuro no muy lejano, ya que las urnas pueden volver a ponerse a partir de 2020.

En todo caso, por provincias, hay diferencias marcadas, con una capital que vota al 80% por la permanencia en Francia.

El reparto territorial de los resultados es una constante en el mapa electoral de Kafka. El norte y las islas Loyauté, con presencia mayoritaria de población originaria han votado independencia y Nouméa y el sur, de mayoría europea, han votado en contra. Esa ruptura es un símbolo de otras quiebras, derivadas del colonialismo, que son inocultables. Con todo, también en Nouméa la propuesta independentista ha empezado a calar, lo que es un pequeño avance que se deberá consolidar con estrategias, generando confianza, de cara a la siguiente consulta.

La activación de la comunidad independentista ha permitido disipar, al menos en parte, un temor fundado, el de la desafección de las nuevas generaciones hacia el proceso.

El independentismo ha logrado una fuerte movilización electoral, lo que no consigue en citas electorales clásicas. El pueblo kanak, el pueblo originario, ha votado por encima del 80% a favor de la independencia, lo que indica que, pese a toda la represión, pese a toda la política para hacerle desaparecer, el pueblo kanak no ha sido asimilado, y mantiene viva la llama cara a lograr la soberania plena. La esperanza está en la importante reafirmación por el voto de los jóvenes, objeto de una fuerte marginación, y en su incorporación a este momento decisivo del proceso de descolonización.

Pese a todo, la situación de la lengua, la cultura, adquiere tintes trágicos. La estrategia colonial no ha cesado.

La lengua, la cultura originaria, están minorizadas. Con los acuerdos de Matignon-Nouméa hubo, por el contrario, una reapropiación paulatina de las tierras, y tambien un avance en clave social y económica que, con ser imperfecta, ha permitido mejorar, e insisto, preservar una conciencia. El pueblo kanak ha construido con gran sacrificio un proceso de liberación nacional y social, y EH Bai no puede sino compartir y apoyar esa visión de liberacion integral.

Más allá de la simplificación, kanak versus caldoche, la sociedad insular es un crisol de culturas y de matices.

Hay muchas realidades étnicas y comunitarias, distintas categorías culturales y una vertebración social compleja. Dar una perspectiva común a esa diversidad es el reto mayor, pero lo que este referéndum ha demostrado es que Nueva Caledonia se ha preparado mucho, durante décadas, con una paciencia encomiable... En 1980 nadie hubiera pensado que este pueblo habría podido llevar a París a los acuerdos que preceden a este escenario. Con luces y sombras, es evidente que el independentismo ha alumbrado un nuevo escenario. Desde el respeto, hay que reconocer ese largo combate y esa voluntad sostenida en el tiempo para derribar de una vez por todas la lógica colonial.