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MCALLEN-TIJUANA

Mattis visita a sus tropas en la frontera mientras los migrantes pisan el acelerador

James Mattis llegó ayer a McAllen, en la frontera con México, para apoyar a las tropas estadounidenses desplegadas allí con la misión de impedir la entrada de los migrantes de la caravana centroamericana, que pisan el acelerador para llegar a territorio de EEUU.

«Quiero ver cómo están las tropas que han sido desplegadas en apoyo del Departamento de Seguridad Nacional y los agentes de la Patrulla Fronteriza», señaló el secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, a su llegada a McAllen, en Texas, uno de los tres estados, junto a Arizona y California, donde se encuentran los cerca de 5.600 militares que participan en la operación.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó el envío de tropas a la frontera sur para evitar que pudieran entrar en el país las caravanas formadas por miles de migrantes centroamericanos que, desde hace semanas, recorren México con el fin de solicitar asilo en EEUU.

El principal contingente de la caravana de migrantes centroamericanos avanza en grupos por el noroeste de México, todavía a unos 2.000 kilómetros de Tijuana, donde ya se han congregado cientos. Tras un mes de travesía, el principal grupo, en su mayoría hondureños, partió de Guadalajara (Jalisco) el martes y ayer milesse encontraban entre Nayarit y Sinaloa.

La caravana aceleraba ayer vertiginosamente su paso, con miles de centroamericanos que pasaron la noche en buses sobre la carretera del desértico noroeste de México.

Casi un centenar de transexuales y algunos homosexuales llegaron a Tijuana el domingo, y el martes arribaron otros 350 migrantes, todos integrantes de la gran caravana. Emocionados, corrieron a la playa a bañarse y metían la cabeza entre las rejas metálicas de la frontera, mientras el grueso del grupo que salió el 13 de octubre de San Pedro Sula, aceleraba el paso por el estado de Sinaloa. Por primera vez desde que iniciaron su periplo, los migrantes no pasaron la noche en un campamento. Tras sortear muchos obstáculos, llegaron al atardecer del martes a la carretera de La Concha, en Sinaloa, donde hay un gran estacionamiento para los tráileres de carga que van de paso.

Llegar cuanto antes

Ese espacio, con sanitarios y luz eléctrica, pudo haber servido de campamento, pero los migrantes prefirieron enfrentar el intenso frío nocturno de esta zona de México, con fuerte presencia del narcotráfico, para continuar su ruta. Su próxima escala será Navojoa, en Sonora, un vasto estado fronterizo.

«Queremos llegar cuanto antes, lo más rápido posible, tenemos más de un mes fuera de nuestro país», dijo a AFP Saúl Rivera, un salvadoreño de 40 años, de los primeros en llegar a La Concha y lograr trepar a uno de los numerosos buses conseguidos por un cura activista.

Ante la inminente llegada de la caravana, EEUU cerró parcialmente con barricadas y alambres de púas las garitas fronterizas de San Ysidro y Otay Mesa, que conducen a California. El 9 de noviembre, Trump decretó el fin de las peticiones de asilo para quienes ingresen de forma irregular en EEUU, en un intento de disuadir a los integrantes de la caravana, a quienes ha calificado de «criminales».

La llegada de la caravana satura los centros de acogida en Tijuana

Los miles de migrantes que empiezan a llegar a las ciudades del norte de México con la intención de solicitar asilo en EEUU están saturando albergues y centros de acogida, poniendo en aprietos la logística de quienes les brindan ayuda. De los 14 albergues en la frontera, diez están totalmente abarrotados y organizaciones civiles y funcionarios advierten de que en los próximos días esperaban la llegada de varios miles de personas más. Solo en Tijuana, casi 3.000 personas, muchas de ellas mexicanas, esperan su turno en las casas de migrantes. GARA