GARA
BRUSELAS

May, entre la espada de sus detractores a diestra y siniestra, y la pared de la UE

Presionada tanto por muchos de los que consideraba suyos como por la oposición, Theresa May blande el riesgo del rechazo del Parlamento al acuerdo sobre el Brexit para exigir nuevas concesiones a la UE.

La primera ministra británica, Theresa May, insistió a su salida de la cumbre de la UE en que considera posible arrancar a los Veintisiete «garantías adicionales» sobre la cuestión de la frontera irlandesa, el gran escollo que le impide lograr la mayoría en el Parlamento de Westminster al acuerdo de un Brexit ordenado.

Cuarenta y ocho horas después de que salvara una moción de censura interna tory, que apoyaron un centenar largo de diputados, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE rechazaron renegociar el acuerdo y varios de ellos mostraron su malestar por el tono apremiante de la premier británica.

May arrancó una declaración por la que el Consejo Europeo reafirma el carácter «temporal» y «excepcional» del bakstop (salvaguarda) que, con el objetivo de impedir el restablecimiento de la frontera intrairlandesa, obligaría a Gran Bretaña a aceptar una unión aduanera con la UE más allá del 31 de diciembre de 2020, fecha límite del período de transición previsto en el Brexit.

Así, la UE deja clara «su firme determinación (de) trabajar con rapidez en una futura relación o arreglos alternativos que garanticen que no haya frontera física para el 31 de diciembre de 2020, de modo que la salvaguarda no se tenga que activar». En la misma línea, «si la salvaguarda se activa alguna vez, se aplicaría solo temporalmente y la UE emplearía sus mejores esfuerzos para negociar y concluir con toda prontitud un acuerdo sucesivo que la reemplazaría», añade.

Sin embargo, el Consejo Europeo se negó a incluir un párrafo que fue objeto de debate y que evocaría la posibilidad de «garantías adicionales» que podrían ser ofertadas posteriormente». La propia Irlanda y el Estado francés lideraron la oposición a su inclusión.

May intentó utilizar el miedo de la UE a que los Comunes rechacen el acuerdo sobre el Brexit para arrancarles más concesiones.

La premier afronta presiones internas y externas. Los unionistas del DUP, que blindan su mayoría teórica en el Parlamento, le recordaron que no la tiene y le urgieron a «plantar cara» a la UE y negociar un nuevo acuerdo.

Los brexiteers, que perdieron la moción de censura contra May, se decantan por un brexit duro y sin acuerdo, escenario para el que la UE, y más tras la cumbre de ayer, asegura que se está preparando.

No se acaban ahí las presiones sobre May. La líder escocesa, Nicola Sturgeon, le urgió a someter ya el acuerdo del Brexit al Parlamento. Hicieron lo mismo los laboristas, que prevén su derrota y luego presentar una moción de censura contra May. En caso de que los tories hicieran piña en torno a ella, los laboristas amenazan con forzar la convocatoria de un segundo referéndum. El expremier Tony Blair lo da por hecho y así se lo dice a la UE.