El Ejecutivo de Pedro Sánchez presentó la propuesta de cuentas públicas con un mensaje de optimismo sobre la evolución económica y como un «punto de inflexión», según la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que subrayó que hace «compatible» la consolidación fiscal con el aumento del gasto público y «la redistribución de la riqueza». La subida impositiva a grandes empresas y rentas más altas recogida en los Presupuestos de 2019 permitirá una recaudación récord de 227.356 millones de euros con la que el Gobierno español espera unas políticas de gasto que suben en todos los capítulos, salvo el relativo a los intereses de la deuda pública.

El presupuesto consolidado –que incluye Seguridad Social y organismos autónomos–se eleva a 365.520 millones, un 3,1 % más que en 2018, de los que la mayor parte se corresponde con el gasto en pensiones, que crece un 6,2%, hasta 153.864 millones.

Con todo, la aprobación está en el aire. Frente a la petición de acciones en favor de los presos políticos catalanes desde los grupos catalanes, el Gobierno español recalcó que no entrará en «cuestiones que competen al poder judicial». Podemos, también dejó abierta la posibilidad de tumbar las cuentas, tras denunciar que el Gobierno está incumpliendo muchas cuestiones que se comprometió a desarrollar.