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BOGOTÁ

Un coche bomba deja 10 muertos en una escuela de policías de Bogotá

Bogotá se vio ayer sacudida por la explosión de una camioneta con 80 kilos de explosivos en una escuela de policías, que dejó al menos diez muertos y 65 heridos. Las autoridades, que no descartaban un atentado suicida, identificaron al autor del atentado, pero no revelaron su vinculación con ninguna organización armada. La FARC condenó el ataque, que consideró «una provocación contra la salida política al conflicto» y obstaculizar el proceso con el ELN.

Una camioneta cargada con 80 kilos de pentolita rebasó los controles policiales e irrumpió las 09.30 hora local (14.30 GMT), «abruptamente, según testigos, en la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander, situada en el sur de Bogotá y una, y segundos después voló por los aires a la altura del patio donde se celebran los desfiles y cuando se celebraba una ceremonia de entrega de medallas. A consecuencia de la explosión, diez personas murieron y 65 resultaron heridas.

El fiscal general de Colombia, Néstor Humberto Martínez, que compareció junto al presidente, Iván Duque, señaló que el vehículo era conducido por un hombre identificado como José Aldemar Rojas Rodríguez, oriundo del selvático departamento de Arauca, pero no detalló si el autor material de la acción, que murió en la explosión, formaba parte de alguna organización armada, ni tampoco si se trató de una acción suicida o si el explosivo fue detonado a distancia sin darle tiempo de escapar, como ha ocurrido otras veces.

Una funcionaria de los organismos de salud de las Fuerzas Militares que no se identificó relató a Caracol Radio que la camioneta llegó a los controles de seguridad de la escuela, una y «mientras le hacían el registro un perro detectó el explosivo». Según su versión, al verse descubierto, el conductor arrancó y «pasó por encima de un policía de la guardia». Otros policías corrieron detrás para tratar de detenerla pero ésta se estrelló contra un edificio de la escuela y se produjo la explosión.

«Los colombianos nunca nos hemos sometido al terrorismo; siempre lo hemos derrotado. Esta no será la excepción. No nos doblegarán», subrayó Duque quien regresó en forma apresurada de Quibdó, capital del departamento del Chocó, donde tenía previsto celebrar un consejo de seguridad regional.

El Consejo Político de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) condenó el atentado, expresó su solidaridad con las víctimas y convocó « a todos los sectores del país persistir en la construcción de un pacto nacional que saque la violencia y las armas del ejercicio de la política».

Pastor Alape, uno de sus líderes, estimó que se trata de «una provocación contra la salida política al conflicto, que busca «cerrar posibilidades de acuerdo con el ELN, deslegitimar las movilizaciones sociales y favorecer a sectores guerreristas».

A diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones, las autoridades no señalaron a ningún grupo como responsable del ataque.

El ELN derriba un helicóptero y captura a su tripulación

El Frente de Guerra Nororiental del ELN reivindicó en un comunicado el derribo el pasado día 11 de un helicóptero y la captura de sus tres tripulantes en la región del Catatumbo.

«Con la guerra decretada por el Gobierno de Iván Duque contra la región se ha incrementado la violación a los derechos humanos, que se expresa en el asesinato sistemático, atentados e intimidación contra dirigentes sociales, bloqueos y estigmatización del campesinado señalándolo de insurgente. El Ejército amenaza de manera abierta con operaciones paramilitares contra la población», denunció.

Precisó que «la aeronave fue controlada en un paraje rural del corregimiento de San José del Tarra, municipio de Hacarí; fueron retenidos los integrantes de la tripulación y se recuperó una importante suma de dinero que será destinada a la lucha revolucionaria». La guerrilla aseguró que ya se ha puesto en contacto con las familias para comunicarles que «se encuentran bien» y que tiene «voluntad de liberarlos, gestiones que estaremos organizando con los organismos humanitarios».

El Alto Comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, advirtió de que «el reloj de la paz» corre en contra del ELN. «Tiene que tomar una decisión ética y política urgente. Definir si realmente es un grupo que quiere dejar las armas y que las transformaciones sociales se realicen sin violencia», agregó.GARA